En este día especial en el que el mundo está
pendiente de la asunción del Papa Francisco, el Papa Argentino, el Papa del
Pueblo y de la esperanza, quisimos tener la palabra autorizada de un cura de
esos que se meten en el barro y la pelean al lado de los humildes, un cura de
esos a los que los problemas de su parroquia le llegan a diario y se hace
cargo.
Hoy en el micrófono de Mundo Norte Radio
entrevistamos al Padre Juan Carlos Di Camillo, Vicario Provincial de la Orden
de los Teatinos y Vicario de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Boulogne,
quien nos dijo entre otras cosas lo siguiente:
Francisco le trajo a la iglesia
la sensación de un cambio esperado, yo lo llamé “Aire Fresco”, renovó la
esperanza.
A los que veníamos trabajando
en los barrios, con una iglesia más del pueblo, nos confirma (la elección de
Francisco) nuestra labor diaria. No hay dudas de que a la Iglesia la dirige el
Espíritu Santo.
Aquí en la zona, lo que vengo
viendo, es que fue tal el “aire fresco” que el domingo se llenó la Iglesia.
Francisco avivó la Fe que
estaba tibia, inyectó un entusiasmo de la Fe.
El “efecto Francisco” supera a
la Iglesia, hoy todos esperan que la misma tenga signos fuertes,
evangelizadores, de esperanza, de pobreza, de trabajo y coherencia.
Tengo una gran alegría,
Francisco confirma el trabajo de tantos y tantos curas que venimos trabajando
por y para la gente, ya cumplo 24 años de sacerdote trabajando al lado de los
pobres.
Cuando un hermano nuestro,
sacerdote sobre todo comete un error, quedamos todos manchados. Ahora la
multitud de hombres o mujeres que estamos trabajando cerca del pueblo,
desgastándonos día a día, sufriendo persecuciones, sufriendo aislamiento, todo
eso nunca se veía.
Yo fui perseguido en
democracia. Me tuve que esconder…en democracia. Y eso por defender a los
pobres, por renunciar al neoliberalismo, luchar contra el poder económico que
unido al poder político querían limpiar a la gente que se oponía.
En democracia el Padre Pepe, se
tuvo que esconder. En democracia tuve que pedir custodia aquí en Boulogne por
oponerme al tráfico de drogas.
Fijate, en noviembre
inundaciones, pelea entre bandas, mataron a una nena, a Brisa, (en el Barrio
Obrero) tenía siete u ocho años, a esa chica yo le daba la ropa y la comida.
Ayer violaron a una mujer en el descampado. Todos los días la violencia crece y
crece. Y los que estamos pacificando somos los curas.
A veces desalienta, todos los
días hay que renovar la esperanza y ahora Francisco nos renueva la esperanza de
seguir trabajando. No se llega a dimensionar el trabajo en silencio que hace la
Iglesia y que ahora Francisco confirma.
Cómo no le ponen el nombre y
apellido a lo que nos pasa? El nombre es droga y el apellido es falta de
educación y trabajo.
Lo más grave es el silencio…El
otro día le decía a un grupo de jóvenes, si alguien a las 2 de la mañana tiene que venir a la casa del cura porque le robaron, tiene que ir a la casa del cura
porque lo violaron, tiene que ir a la casa del cura porque no tiene que comer,
tiene que ir a la casa del cura porque no sabe gestionar, tienen que ir a la
casa del cura porque no saben cómo parar la droga, tiene que ir a la casa del
cura porque los pibes se están agarrando a tiros, tiene que ir a la casa del
cura porque se están agarrando a trompadas digo: ALGO ESTÁ FALLANDO MAL. La
sociedad está desestructurada.
LA PRENSA Y LOS POLÍTICOS
TODAVÍA NO HICIERON UN PEDIDO DE PERDÓN.
Francisco mostró que sobre las
diferencias está la unidad dijo
mientras recordaba que Cristina Fernández le había rechazado 14 pedidos de
audiencia.
Ver la Iglesia llena me dio una
alegría profunda en el alma. Es muy difícil poner en palabras los sentimientos.
El domingo la mitad de la Iglesia eran pobres, era nuestra gente, la que
caminaba a nuestro lado y se sentía identificada. Esto la impulsó a dar gracias
a DIOS, esto es lo más lindo, Dios quiera que vuelva a ser la Iglesia de los
pobres.
Gracias a Dios, estoy renovado
en la esperanza.
Hace una semana que no salimos
del asombro, cada gesto, cada palabra (de Francisco) ejemplo: sacar el blindex
al Papamóvil. Los curas estamos para poner el pecho, no estamos para
escondernos. No estamos para cuidarnos y reservarnos en castillos y palacios.
Miremos los gestos, y que
nuestros gestos sean signos de Dios para nosotros.
No nos cansemos de renovar la
esperanza. La construcción no la hace el Papa, ni el Padre Juan Carlos, ni
Román, la hacemos todos. Hay que tejer de nuevo la red social. Y esa red social
se teje con amor, justicia y en paz.
Les decía a mis hermanos,
prepárense para un mundo multicultural, no podemos estar encerrados en las cuatro
paredes.
Tenemos que ser una Iglesia que
sea levadura, no que sea masa.
A los oyentes les digo: “Me
hago eco de las palabras de Francisco, recen por nosotros, por Francisco, por
los curas, que nosotros rezamos por ustedes, trabajemos juntos por la unidad,
por la justicia y en paz. Que Dios los bendiga a todos”
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