Estos dos grupos municipales de
contención realizaron durante el año la actividad artística en conjunto como un
proyecto inclusivo y terapéutico. Los jóvenes del ‘Sumate’ reciben apoyo
escolar, asistencia psicopedagógica y capacitación en oficios, pero además
generaron una estrecha relación con la institución para disminuidos visuales.
A fines del
2013 el patio de la casa de Besares 1240, donde funciona el Centro de Día para
Ciegos y Disminuidos Visuales de San Fernando, lucía un mural de colores
intensos y relieves con cerámicas decorado con mucho afecto por adolescentes
del Programa ‘Sumate’ de la Dirección de Promoción y Contención Social del
Municipio. Dos años después, ambos grupos revivieron el proyecto y lo renovaron
con nuevos materiales.
Esta tarea
integró nuevamente a importantes áreas inclusivas de la Comuna: el
establecimiento de rehabilitación gratuita y capacitación laboral para adultos
con problemas de visión; y el plan que ayuda en los estudios, enseña oficios,
garantiza controles médicos, brinda talleres culturales y ofrece prácticas
deportivas a 400 jóvenes sanfernandinos, en 3 sedes con profesores, promotores
sociales y psicólogos.
Más allá del
bellísimo resultado del proyecto artístico, el tiempo compartido entre los
miembros de los programas será para ellos inolvidable. Florencia Bazo,
coordinadora del ‘Sumate’, explicó la propuesta: “Nos pareció interesante que
los chicos puedan vincularse y cooperar con gente con capacidades diferentes,
porque tocamos esos valores en las clases”.
“Lo trabajaron
en diferentes etapas, desde hacer las piezas en los talleres de cerámica hasta colocarlas
para que sea un mural palpable que pueden sentir y descubrir quienes usan el
jardín del Centro para Ciegos”, indicó Bazo. “Ellos están muy contentos con la
actividad. Es un gran cambio para los que nunca antes habían tenido contacto
con alguien que tiene sus sentidos reducidos”.
Por su parte,
la coordinadora del programa que fue anfitrión de la actividad, María Fernanda
Triador, opinó: “Se complementaron muy bien. Más allá de que difieran los
intereses y gustos, trabajaron en conjunto. Relacionar a los no videntes con más
personas que las que tratan habitualmente es una experiencia muy importante, porque
por su patología les cuesta mucho la integración social”.
“La pérdida de
la visión, gradual o espontánea, no es algo sencillo de sobrellevar”, comentó
Triador. Y dio más detalles: “Nosotros lo dividimos en los aspectos que
comprometen lo manual, que les desarrolla el tacto y la percepción; y una parte
emocional que opera en su autoestima y moviliza su personalidad”.
Rubén, uno de
los tutores del Programa ‘Sumate’, compartió la sensación posterior a la
visita: “Estuvo muy bueno. Fue difícil porque preparamos cerca de 600 piezas y tuvimos
que ponerlas a todas. Además, vi chicos emocionados y algunos hasta se pusieron
a llorar al conocer a alguna de las personas del Centro de Ciegos”.
También Yamil,
otro joven del proyecto, contó: "Me gustó mucho terminar el mural después
haber venido varias veces. Hicimos una por una las piezas, las pintamos, y las
pusimos en la pared; conocimos gente nueva y charlamos de las cosas que pasan
en nuestros barrios. Fue algo nuevo, diferente, copado y buena onda”.