"Después, ¿qué importa
el después? Toda mi vida es el ayer que me detiene en el pasado". Homero
Expósito
El compañero Camión Moyano
dijo esta semana que el Presidente sabe menos de política que él de capar
monos. Ignoro, por supuesto, cuál es la experiencia del Secretario General de
la CGT "Azopardo" en ese arte quirúrgico, pero evidentemente su
vocación por el poder -y los beneficios crematísticos que éste conlleva aquí-
lo ha hecho olvidar su (teóricamente) principal deber: la defensa de los
intereses de los trabajadores.
Me refiero, por supuesto, al
proyecto de ley para duplicar las indemnizaciones por despido, agravado por la
pretensión de imponer la reincorporación forzosa de quienes hubieran perdido el
empleo. Felipe Solá, para apoyar la iniciativa, habló de "sensación de
desempleo"; con ello, ratificó que la oposición no puede justificar las
cifras de pérdida de puestos de trabajo que declama, pese a que el oficialismo
(Massot) le ha pedido que identifique a las empresas en que se hubieran
producido. Toda la idea es tan disparatada que hasta la propia Cristina
Kirchner, cuando era Senadora, se opuso fuertemente a ella por las mismas
razones que hoy enarbola el Gobierno, con elemental razón, para intentar
frenarla.
Lo que supera toda capacidad
de asombro es que los paladines de este dislate sean los mismos que, durante
años, sirvieron como verdaderos eunucos a sus amos, mientras éstos saqueaban el
país obscenamente, como quedó demostrado también esta semana con la aparición
de miles de sillas de ruedas ya oxidadas en manos del Pami o la facturación al
mismo por clínicas inexistentes. Ese modelo de ejercer el poder sólo para robar
produjo un verdadero genocidio en la Argentina, confirmado nada menos que por
Unicef, que informó que tres de cada diez niños es pobre al terminar la década
relatada, y más de uno de esos tres se encuentra en la miseria más extrema.
¿Quedarán fanáticos capaces de seguir apoyando a la jefa de la asociación
ilícita responsable de tamaña iniquidad u otros, como Forster, que confesó
desear que a Macri le vaya mal?
El mundo, después de la
asunción del Presidente y, en especial, de la salida del default, está ansioso
por invertir en la Argentina, pero huye despavorido cuando se entera de este
tipo de adefesios, que no hacen más que agravar la inseguridad jurídica que
caracteriza a nuestro país desde hace décadas. Si le agregamos la falta de
estadísticas y de energía a las que nos condenó el kirchnerismo, es fácil
prever que esas inversiones productivas en fábricas y empresas, tanto de
extranjeros cuanto de los propios nacionales que conservan sus divisas en el
colchón, no llegarán y la demanda de trabajo registrado no crecerá. Es más, la
mera iniciativa debe haber acelerado la concreción de despidos, para evitar
producirlos cuando esa norma rija.
Las buenas noticias
-desperdiciadas por el ineficaz aparato de comunicación gubernamental- han
comenzado a llegar desde el exterior: la Corporación Andina de Fomento (CAF) ya
hizo punta con créditos muy blandos para infraestructura, pero la seguirán otros
como el BID y el Banco Mundial, y hasta la CFI, ésta para proyectos privados.
Si no se cambia el destino de esos fondos -por ejemplo, utilizándolas para
financiar el enorme gasto público heredado- crecerá la demanda de trabajo
rápidamente, dado que la construcción es la industria con mayor efecto
multiplicador.
Pero el peronismo, la mayor
fábrica de pobres que el país ha producido, ya ha comenzado a afilar sus uñas
y, aún invertebrado por la falta de líderes y la consecuente disputa interna, a
menos de cinco meses de la asunción de Macri está preparando la resistencia al
cambio. Porque, si bien es cierto que aún no se han escuchado discursos de
ruptura en boca del propio Camión o del Senador Pichetto, su nueva y lábil
conducción -Gioja/Scioli/Caló- ha endurecido sus modos.
A pesar de todo, creo que
esta vez le resultará difícil lograrlo por una razón muy sencilla: las bombas y
minas que la ex Presidente dejó armadas, que comenzaron a explotar tan pronto
ella se refugió en su lugar en el mundo, han hecho que el país no tenga una
moneda, mientras que sus fuentes habituales de recursos -la Venezuela de Chávez
y la Rusia de Putin- se han desaguado por completo, e Irán está tratando de
hacer buena letra. Se me podría responder que siempre queda mirar hacia China,
pero ese país no es un prestamista ingenuo y, como lo pueden narrar el Ecuador
de Correa o la Venezuela de Maduro, exprime a sus deudores hasta la inanición.
Entonces, ¿cómo haría el PJ,
en cualquiera de sus ricas variantes (montonerismo, menemismo, duhaldismo,
nestorismo, cristinismo, massismo), para volver a financiar la loca fiesta
populista? ¿Aumentaría aún más la presión impositiva? ¿Volvería a emitir
indiscriminadamente? ¿Se apropiaría de toda la renta nacional? ¿Entregaría más
territorio, como la base militar de Neuquén? Porque, si bien la Argentina de
hoy ha vuelto al mundo civilizado, sólo podrá permanecer en él en la medida en
que cumpla los standars internacionales en materia de información acerca de sus
finanzas públicas, recupere la confianza mundial en sus instituciones y haga
honor a sus compromisos, todas conductas harto difíciles de soportar para estos
troncos secos a los cuales, según parece, les han retoñado los atributos
masculinos, que estuvieron sin uso alguno durante el largo período
kirchnerista.
Dado que enfrente no tiene
niños de pecho sino verdaderas fieras rapaces, me permito insistir en que el
Gobierno, al que accedió Cambiemos con gran esfuerzo y no por mera herencia
familiar, debe ponerse las botas ya mismo y decirle a la sociedad claramente y
con los números en la mano cómo estaba la Argentina que recibió, la razón de
las medidas adoptadas hasta ahora, qué piensa hacer con la inflación y con el
desempleo, y cuándo se podrá recuperar la devastada economía; la Justicia, por
su parte, cuándo irán presos quienes tanto robaron y se recuperarán esos
dineros.
Porque es innegable que las
clases menos favorecidas ya la están pasando verdaderamente muy mal, y es
necesario convencerlas de lo acertado del rumbo elegido, precisándoles cuánto
más desierto deberán atravesar hasta llegar a la tierra prometida; si así no se
hiciera, serán fácil presa de los políticos y dirigentes de siempre, los que
nos trajeron hasta aquí en un suicidio nacional que al mundo entero le resulta inexplicable.
La luna de miel, que aún se
prolonga, no durará mucho si la propuesta es "contigo, pan y
cebolla". Los argentinos nos hemos acostumbrado a recibir todo del papá
Estado sin que ello implique cumplir con obligación alguna, y cambiar ese concepto
llevará generaciones, siempre y cuando no nos equivoquemos más en las
elecciones.
Bs.As., 8 May 16
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
Tel. (+5411) ò (011) 4807
4401/02
Cel. en Argentina (+54911) o
(15) 4473 4003
Cel. en Brasil (+5521) 8128
7896
E.mail: ega1@avogadro.com.ar
E.mail: ega1avogadro@gmail.com
Site: www.avogadro.com.ar
Blog:
http://egavogadro.blogspot.com
Skype: ega1avogadro
Facebook: enrique guillermo
avogadro
Twitter: @egavogadro