NOTA DE OPINIÓN
Micaela García fue hallada muerta y
su asesino es un hombre que estaba condenado a nueve años de prisión por dos
abusos sexuales y por esas cosas que no logramos comprender fue liberado por un
juez garantista a pesar de las advertencias del Sistema Penitenciario.
La muerte de Micaela nos deja una vez más sumidos en la
tristeza y la impotencia. La peor cara de la justicia esa que nos vuelve
indefensos, vulnerables y desprotegidos que una vez más nos golpea donde más
nos duele, Micaela es nuestra hija, nuestra hermana, nuestra sangre, nuestra
amiga, Micaela somos todas y cada una de las mujeres que vivimos con el miedo y
la desesperanza de tener que cuidarnos a nosotras mismas como si estuviésemos
en estado de guerra. Nos cuidamos todo lo que podemos y no alcanza. No alcanza
acompañarnos, no alcanza avisarnos todo el tiempo donde estamos, a donde vamos,
si ya llegamos. No alcanzan las marchas de Ni una Menos. No alcanza con la solidaridad,
no alcanza con la compasión, no alcanza con la comisaria de la mujer, no
alcanza con las perimetrales. Hace años que nos hablan de derechos humanos, y
yo me pregunto cuales derechos o cuales humanos. Paso mucho tiempo ya desde que
se instalo la idea de que el delincuente es la víctima, y el sistema funciona
para darle protección y cuidado, mientras que las verdaderas víctimas son
olvidadas en una perversidad burocrática sin límites.
En la hipocresía absoluta, mientras se nos revuelve el
estomago de asco ante tanto dolor e injusticia tenemos que soportar los dichos
de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner que recién ahora parece
preocuparse por todas nosotras, como si pudiéramos olvidar que fue ella quien
durante años apoyo incondicionalmente al
juez Zaffaroni y la agrupación Justicia Legitima, responsables directos de
estas leyes garantistas que entre otras mataron a Micaela.
Micaela militaba en política, como un montón de chicos
y chicas que tienen ideales y nada tienen que ver con la matriz de corrupción
que se esconde tras las mascara de muchos dirigentes, dirigentes sin escrúpulos
que utilizaron su muerte para hacer un show mediático en medio de un velorio,
como si eso los librara de un pasado donde por palabra, obra u omisión formaron
parte de este sistema donde la pena de muerte si existe, la pena de muerte que
se acciono cuando el Juez Rossi dejo en libertad al asesino de Micaela.
Cuanta hipocresía mas debemos soportar? Hasta el Indio
Solari cantando por teléfono, el mismo tipo que hace poco más de un mes ni
siquiera se molesto en llamar a las familias de los muertos de su propio
recital. Show barato, hipócrita y mediocre de un montón de personajes que lo
único que hacen es usufructuar la muerte en beneficio propio, en busca de un
protagonismo que no les corresponde. Es difícil escribir cuando como mujer lo
único que se siente todo el tiempo es dolor, asco y repulsión.
Si no queremos un femicidio mas,
debemos buscar los caminos para no tener ni un juez más como Rossi, ni un juez
más como Zaffaroni. Para que se haga justicia. Y no demagogia barata y criminal.
Todos los días y más fuerte que
nunca, NI UNA MENOS VIVAS NOS QUEREMOS.