Las donaciones,
que totalizaron 100 kilos, fueron recolectadas en la “Gala de Fin de Año” realizada
en el nuevo teatro Martinelli el 22 de diciembre pasado, cuya entrada fue un
alimento no perecedero.
Cabe recordar que la Escuela de Comedia Musical del Municipio -que desarrolla sus actividades en las instalaciones del Teatro Martinelli- a la que asisten entre 30 y 40 alumnos que cursan canto, danza y coordinación con una carga horaria semanal de 6 horas, es dirigida por la Coordinadora y Directora, Gaia Rosviar, junto a los profesores complementarios Analía Raimondi y Patricio García Heinz.
Eliana, uno de los seis miembros de la Escuela de Comedia Musical que entregó las donaciones en la histórica Parroquia Ntra. Sra. De Aránzazu, contó que los asistentes al espectáculo “donaron muchísima comida, es impresionante, creo que llegamos a los 100 kilos, y decidimos donarlos a Caritas de la Parroquia de nuestro barrio, porque sabemos que lo necesitan. Es una sensación muy copada hacer lo que te gusta y poder ayudar”.
“La iniciativa surgió en
una reunión de cierre del 2013, donde nos pusimos de acuerdo que la entrada fuera
un alimento no perecedero, y por suerte fue mucha gente que trajo muchísimas
cosas. Cuando uno pide ayuda la recibe, y está buenísimo ayudar a la gente con
necesidades, aunque sea con pequeñas cosas. Estamos muy agradecidas con toda la
gente que nos fue a ver; la verdad, sin palabras. Hoy le entregamos todo al padre
Jorge Luis, para que las repartan con todo el amor del mundo a la gente que más
lo necesita”, finalizó diciendo.
En tanto, el padre Jorge
Luis Lagazio, Párroco de la iglesia Nuestra Señora de Aránzazu, explicó el
destino de las donaciones: “Las hemos derivado a Ayuda Inmediata, una de las
dependencias de Cáritas para la respuesta a familias necesitadas. Nos pareció
muy lindo el gesto de la Escuela de Comedia Musical del Municipio, que podemos
decir que hacen arte solidario: el arte es bueno, pero cuando además nos saca
lo mejor del corazón, el arte es expresión del amor. La verdad que trajeron un
montón de cosas, por eso gracias a las chicas y a la gente que confía en
Cáritas como puente entre el que necesita y el que puede compartir. Rescato que
durante todo el año el pueblo de San Fernando es sensible a una campaña, una
propuesta o una invitación. De pronto planteamos un tema difícil como las
duchas, la ropa, la cena en invierno, o el desayunador, y siempre hay gente que
aparece con un paquetito, y otra con una camioneta como hicieron las chicas
hoy. Esta es una comunidad que se deja conmover; frente al mundo del dolor, hay
una respuesta desde el mundo del amor. Este arte solidario se transforma en
amor hecho obra concreta, que es el mandamiento del amor”.