La violencia, en sus más
variadas manifestaciones se ha instalado en la sociedad de tal forma que, no
sólo no parece tener solución a corto plazo, dando toda la impresión que nos
estamos acostumbrando a vivir con ella.
Decir que hay zonas
liberadas, soslayando una vez más la responsabilidad en las policías, no es más
que una paradoja de quinta, cuando todo nuestro país parece liberado al delito,
al influjo de un pseudo garantismo que nos deja indefensos y nos condena a
salir todos los días de nuestras casas en alerta máxima.
La noticia apareció casi
perdida. El Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Necochea declaró
“Inconstitucional” la condena a prisión perpetua. Y rechazó esa pena para los
tres acusados de asesinato, porque es “cruel, inhumana y degradante”, como si
la muerte del joven Máximo Matías Rodriguez Ajargo en manos de esos tres
delincuentes, no hubiese sido “cruel, inhumana y degradante”.
No pude menos que recordar
el libro “Ausencia Perpetua”, escrito por Diana Cohen Agrest. quien
fundamentaba su pedido de pena “perpetua” para quien mató a Ezequiel Agrest,
porque “perpetua” iba a ser la ausencia de su hijo.
Esta corriente jurídico
progresista, representada esta vez por el TOC 1 de Necochea, vuelve a exhibir
un discurso que encubre la arbitraria aplicación de las leyes, para ausencia de
castigo a los delitos más graves. Al decir de un prestigioso Fiscal de La Plata
que está en las antípodas de estos criterios, al preguntársele sobre el
“abolicionismo”, respondió: “Nefasta ideología que nubla la mente de ciertos
juristas y transforma al criminal en víctima".
Parece que se ha perdido el
rumbo del Derecho y es imperioso que la propia Justicia lo encuentre porque
esta historia no es solo de la familia del jóven Rodriguez Ajargo o de la
familia Agrest , sino de miles de enlutados que lloran a los miles de
silenciados, condenados a una “ausencia perpetua” por manos asesinas y por
sentencias impunes, a contramano del valor de la dignidad humana.
El universo del delito y su
progresista sistema de reproche penal, es una perversa inmensidad hecha de
ausencia. Las víctimas no están casi en ninguna parte y la capacidad de
avergonzarse parece hoy derrotada.
Señores jueces del Tribunal
Oral en lo Criminal 1 de Necochea, se ven ustedes como seres reales, pero quizá
sean sus propios y engañosos espejismos.
Norberto López Camelo
(Crio.Gral. RA)