En el año 2014 la mayor parte del crecimiento de la población en edad de trabajar permaneció en la inactividad o se insertó como empleado público. Por ello, la falta de oportunidades laborales no se manifiesta en crecimiento del desempleo abierto. El riesgo es que se subestime la dimensión de los problemas acumulados y la trascendental importancia de avanzar en una profunda y necesaria reforma de las instituciones educativas, laborales y de los programas asistenciales.
El INDEC
terminó de publicar las bases de datos de la Encuesta Permanente de Hogares
referidas a todos los trimestres del año 2014. Esto permite mejorar los
diagnósticos sobre la situación del mercado de trabajo. Se trata de un tema
particularmente importante desde el punto de vista del bienestar de la
población.
Una manera
de evaluar la evolución del mercado laboral es observando los diferentes tipos
de estados ocupacionales que van adquiriendo las personas en edad de trabajar.
Si bien convencionalmente se toma como edad de trabajar a las personas mayores
de 15 años, a los efectos de evitar algunas distorsiones que resultan del
empleo entre los adolescentes resulta más pertinente considerar a las personas
entre los 20 años y las edades jubilatorias (60 para las mujeres y 65 para los
varones).
Según los
datos del INDEC, del total del aumento de la cantidad de personas que vive en
los centros urbanos de todo el país y tienen entre 20 años de edad y la edad
jubilatoria, se observa que entre los años 2013 y 2014:
El 66% fue
aumento de la inactividad laboral, es decir, personas que no trabajan ni buscan
trabajo.
Un 9% fue
aumento de los desempleados, es decir, personas que buscan trabajo pero no lo
encuentran.
Un 25% fue
aumento de la ocupación de los cuales el 85% fue aumento del empleo público.
Estos datos
muestran que casi dos tercios del aumento en la cantidad de personas en edad de
trabajar no ingresaron al mercado de trabajo. De los que lo hicieron, algunos
pocos entraron en situación de desempleo abierto y un cuarto consiguió algún
tipo de ocupación. Resulta muy notable que la gran mayoría de los empleos
adicionales generados fueron en el sector público.Aproximadamente 8 de cada 10
de los nuevos empleos generados en el año 2014 fueron en el Estado.
El leve
aumento del desempleo abierto refleja de manera muy parcial la insuficiente
generación de oportunidades laborales de calidad. El fenómeno más importante es
que se intensificó la inactividad laboral. Probablemente esto refleje el
desaliento de muchas personas en edad de trabajar ante las muy bajas
probabilidades de conseguir un empleo y el deficiente diseño e instrumentación
de los programas asistenciales que inducen a que la gente permanezca en la
inactividad. Pero también es muy relevante la falta de creación de empleos
asalariados privados registrados al punto que sólo se generaron oportunidades
laborales en el sector público y, en menor medida, en el informal.
No es la
primera vez en la Argentina que los déficits laborales no se manifiestan a
través del desempleo abierto sino por la inactividad y las ocupaciones de bajo
nivel de productividad. Esto lleva a alertar sobre el riesgo de subestimar la
gravedad de los problemas laborales. La estrategia de absorber la mayor parte
de la fuerza de trabajo en empleos espurios en el Estado e inducir a la
inactividad laboral a través de programas asistenciales es insustentable.
Implica desaprovechar el capital humano disponible y está limitada a la
disponibilidad de recursos fiscales. A medida que el déficit fiscal se vuelva
más insostenible, se impondrá la informalidad como último recurso para
subsistir.
Desempleo, inactividad laboral y empleos de baja productividad son las
dimensiones que señalan la enorme insuficiencia de empleos de calidad. Esto
plantea un desafío que sólo podrá ser abordado con éxito si, además de corregir
la política económica, se abordan profundas reformas en las instituciones
sociales. Mejorar el desempeño del sistema educativo, reducir impuestos al
trabajo, eliminar burocracia y litigiosidad laboral, y rediseñar los programas
asistenciales para inducir a la búsqueda de empleo, forman parte de la agenda
extremadamente desafiante que le espera al gobierno que vendrá.