El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, se refirió a su derrota en los comicios de la provincia de Buenos Aires, donde resultó electa la candidata de Cambiemos, María Eugenia Vidal, y afirmó: "A lo mejor ha llegado el momento que yo me tenga que correr, de dar un paso al costado".
Sin embargo, el funcionario negó ser "el mariscal de la derrota" del kirchnerismo, ya que "si lo hubiese sido, hubiese llevado a la rastra a Scioli, y Scioli sacó más votos que yo".
Además, aseguró que "hubo gente de mi partido que hizo lo imposible para que me fuera mal" y sentenció: "Ese fuego amigo creyó que me paraba en una elección, pero no se dio cuenta que se hacía un agravio a sí mismo", en supuesta referencia a sus competidores internos, Julián Domínguez y Fernando Espinoza.
En este sentido, aseveró que "hicieron tanto daño como se ha podido para que a uno como candidato no le fuera bien. Hubo traición de otros dirigentes, que lo pagaron en sus distritos". Sin embargo, se negó a "dar nombre y apellido de quienes han colaborado para que la cosa saliera de una manera distinta".
También culpó al programa "Periodismo Para Todos" por su informe sobre el triple crimen de General Rodríguez, donde se lo señaló como autor ideológico y se lo vinculó al narcotráfico. "Es una de las razones. Cuando te dicen una bestialidad, y no se tiene respuesta, porque lo que le dicen es atroz, puede pasar esto. Ha tenido un impacto muy fuerte", argumentó el jefe de ministros.
De todas maneras, reconoció que Vidal le hizo un "golazo" y le deseó "de corazón que los resultados que obtenga sean positivos".
"Hay que felicitarla por su triunfo, y ojalá que le vaya bien", señaló Fernández, y advirtió que "si se presentó y fue votada, tengo que creer que está en condiciones de gobernar la provincia".
