A 38 años de la muerte de Arturo Illia - MUNDO NORTE

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18/01/21

A 38 años de la muerte de Arturo Illia

Arturo Illia fue mucho más que un hombre honesto, su gestión puede mostrar logros que nos parecen sorprendentes hoy en día ,tenía un compromiso, una visión de la política y una visión del País muy distinto de lo que sucede en hoy en día en la Argentina.



En el caluroso verano de 1983, el 18 de enero, fallecía unos de los presidentes de la Nación más respetados: Arturo Umberto Illia.

Hace 38 años, en 1983 cuando se avecinaba el fin del “Proceso” cívico-militar instaurado en 1976 que dio lugar a la llegada a la presidencia de Raúl Alfonsín, otro radical, Arturo Umberto Illia, concluyó su vida durante la cual desempeñó numerosas funciones siempre en representación de la Unión Cívica Radical (UCR).

Nacido en Pergamino, provincia de Buenos Aires, el 4 de agosto de 1900, hijo de inmigrantes lombardos, cursó allí sus estudios primarios pero pronto se trasladó a la hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires donde desarrolló los correspondientes al nivel secundario y luego, en la Universidad de Buenos Aires, donde cursó la carrera de medicina, durante la cual trabajó como practicante, hasta recibirse en 1927, en el Hospital San Juan de Dios de La Plata.

Pero fue 1928 el año clave en su vida cuando tuvo la oportunidad de entrevistarse con el recién reasumido presidente Hipólito Yrigoyen a quien le ofreció sus servicios profesionales recibiendo la propuesta de desempeñarse como médico ferroviario para lo cual había disponibilidades en numerosas ciudades entre las cuales Illia eligió Cruz del Eje, en la provincia de Córdoba, lugar donde desarrolló toda su intensa actividad política que lo llevó a la presidencia en 1963 llevando como compañero de fórmula al entrerriano Carlos Humberto Perette.

Precisamente en representación de Cruz del Eje desempeñó su primer cargo público, el de senador provincial, entre 1936 y 1940, tras lo cual, entre 1940 y 1943, fue vicegobernador cordobés durante el gobierno de Santiago Horacio del Castillo.

Posteriormente diputado nacional entre 1948 y 1952 y en 1962 resultó electo gobernador, pero no pudo asumir a raíz del golpe que ese año derribara al entonces presidente Arturo Frondizi y estableciera el gobierno de facto de José María Guido.

Arturo illia venció en las elecciones pero debilitado por el contexto político de ese momento, al asumir la presidencia se encontró con la fuerte oposición del entonces proscripto peronismo y ante la responsabilidad de cumplir con sus importantes promesas electorales entre las cuales se destacaba la anulación de los contratos petroleros que Frondizi había concertado con importantes compañías extranjeras dejando de lado las políticas nacionalistas en la materia desarrolladas a partir de 1923 con la creación de YPF por el entonces presidente radical Marcelo Torcuato de Alvear y sus sucesores.

Rápidamente puso en marcha el proceso de anulación a partir de la declarada ilegalidad de muchos de ellos, a pesar de lo cual se abonaron 200 millones de dólares estadounidenses (unos US$ 7.000 millones a valores actuales) lo cual no impidió el cuestionamiento de los sectores políticos y económicos opuestos a esa decisión lo que llevó, en su momento, a que ante la dureza de sus planteos, Illia expulsase de la Residencia de Olivos al embajador de los Estados Unidos, Robert McClintock, quien se había convertido en un vocero de las empresas por encima de la postura del presidente John Fitzgerald Kennedy.

Otras cuestiones centrales fueron las decisivas leyes de Medicamentos y de Salario Mínimo, Vital y Móvil, los cambios generados en materia educativa y la posición adoptada en materia internacional sobre todo al avalar la invasión de los Estados Unidos a la República Dominicana pero luego, ante las enormes manifestaciones contra la misma que dieron lugar a alguna muerte, hubo un cambio y no se enviaron las tropas prometidas.

La Ley del Salario Mínimo, Vital y Móvil, al igual que la Ley de Abastecimiento, apuntaron a asegurar una retribución básica a los trabajadores, sobre todo para atender a los que tenían niveles más bajos, al igual que en el caso de los jubilados y pensionados para lo cual también se estableció la “canasta familiar”, algo similar a los actuales “precios cuidados”.

En materia educativa, la gestión Illia dio lugar a los mayores porcentajes destinados en la materia en el Presupuesto Nacional que incrementó rápidamente apenas asumido y así se llegó al 12 por ciento en el mismo 1963 para pasar al 17 en 1964 y al 23 en 1965, para algunos el nivel más alto en la historia argentina, que luego fue decayendo rápidamente hasta llegar en algún momento a sólo el 3%, mientras otros que estudiaron el tema señalaron que el máximo, algo por encima del 25% se registró durante la primera etapa de la gestión Alfonsín.

La otra cuestión clave fue la luego olvidada Ley de Medicamentos, impulsada por el ministro de Asistencia Social y Salud Pública, el salteño Arturo Oñativia, quien hizo que los mismos tuviesen el contenido de bien social lo que impedía el libro manejo de sus precios, lo cual fue complementado, a instancias del mismo Oñativia con la Ley de Reforma del Sistema Hospitalario Nacional y de Hospitales de la Comunidad y con la creación del Servicio Nacional de Agua Potable.

En el ámbito de la política exterior se puede destacar una de las victorias más resonantes de la diplomacia argentina que es la Resolución 2065 de Naciones Unidas, que invitaba a Argentina y al Reino Unido a continuar las negociaciones por la soberanía de las Islas Malvinas.

Como señalo el autor Robert Potash en su obra 'El Ejército y la política en la Argentina 1962-1973' que en la salida del poder Illia "se condujo con una dignidad, un coraje y una elocuencia que afectó incluso a sus opositores. Podría decirse que nada en su presidencia fue más impresionante que el modo en que la abandonó".

Luego de que el 29 de junio de 1966 fue derrocado por un golpe militar encabezado por el teniente general Juan Carlos Onganía.

En los días que siguieron vendrían: la llamada "Revolución Argentina"; la más cruel represión a la Universidad Pública en la llamada "Noche de los bastones largos".

Illia tras el golpe abandonó la Casa Rosada en un taxi y se instaló en la casa de su hermano en la localidad bonaerense de Martínez, para luego radicarse definitivamente en Cruz de Eje donde, al haber renunciado a la pensión de Presidente, consecuente con su tradicional austeridad, volvió a ejercer la medicina y luego atendió la panadería de un amigo, tarea en la que lo sorprendió la muerte, siendo sus restos trasladados al Cementerio de la Recoleta, en la Ciudad de Buenos Aires, donde hoy se encuentran.

Arturo Illia con el paso del tiempo se convierte en un símbolo con una significación cada vez más relevante. Esa significación se acrecienta cuando lo contrastamos con los gobiernos actuales.

Sin ninguna duda Arturo Illia dejo un mensaje sobre la forma de actuar en la vida pública y privada que resuena todavía hoy en día en la Argentina.


Lic. Javier Argolo

Candidato a Presidente del Comité UCR Morón Lista 214.




 

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