Recordamos a Julio Cesar Strassera al cumplirse 8 años de su fallecimiento un 27 de febrero de 2015.
Julio Cesar Strassera fue consagrado como el histórico
Fiscal del juicio a Las Juntas Militares, un hombre valiente, Honesto, humilde
y de firmes convicciones. Falleció a los 83 años por problemas respiratorios.
Hay que contextualizar que la democracia estaba
naciendo y estaba sumamente frágil. El accionar de Strassera marco una bisagra
en la Justicia y la democracia argentina y que le posiciono a la argentina en
un lugar de prestigio internacional.
Por eso hay que
resaltar que Strassera, Antonio Tróccoli, Moreno Ocampo, los miembros de la
CONADEP y muchos otros fueron uno de los protagonistas fundamentales de un gran
acto de la transición democrática.
Juicio
a las Juntas fue un hito en la historia política nacional y que pasaría a los
libros. Un acto de justicia para siempre, como, de algún modo, lo certificaron
esas dos palabras finales de su alegato. “Nunca más” indica el compromiso de
que los crímenes no se repitan. La Argentina no debía acercarse nunca más a ese
séptimo círculo del infierno, que Strassera citó en su alegato.
Hay que señalar que, durante el Juicio a las Juntas, todo lo que Strassera se proponía probar tenía una novedad trágica, no porque muchos no se conocieran los hechos e incluso detalles de lo que había sucedido, no porque las organizaciones de Derechos Humanos no lo hubieran denunciado antes, sino porque el fiscal le presentó a los jueces de la Cámara testigos que habían sido desgarrados por la enormidad de los crímenes que se animaron a denunciar. Sólo las víctimas conocían una parcela del infierno, si habían conservado la vida, o sus familiares habían podido reconstruir el final de algunos muertos. Sólo las víctimas habían sido arrastradas por sus captores hacia esos aguantaderos y pozos del dolor donde los victimarios martirizaban y destrozaban a sus prisioneros. Strassera hizo una implacable síntesis de lo que la Conadep había investigado en tiempo récord y de cuyo informe fueron seleccionados trescientos casos.
El Fiscal
vivió meses rodeado de testimonios que todavía hoy son difíciles de escuchar
por la extrema perversidad de los hechos que relatan.
Strassera sobrellevó todo esto con modestia republicana, en el sentido más
clásico. Fue un ejercicio de entereza moral.
Hay que señalar su compromiso y valentía cuando aceptó el nombramiento de Alfonsín como fisca. Pues eral un momento donde las cosas no fluían: los militares conservaban sus batallones (como lo demostraron varias veces) y no imaginaban que la justicia civil se iba a animar a tanto. Esos militares se habían negado a juzgarse, como se los propuso Alfonsín, y consideraban que la autoamnistía que habían declarado antes de entregar el gobierno y que aceptaron todos los peronistas (salvo que se presenten las declaraciones en contra), ya había prevalecido sobre el reclamo de justicia.
Se
ignoraba qué riesgo esperaba a los protagonistas judiciales del juicio. Ni
Strassera, ni Moreno Ocampo, ni los jueces de la Cámara podían estar seguros de
que lo que hicieran no iba a traerles consecuencias personales acordes con la
gravedad de aquello que juzgaban. Todos estaban en peligro y todos
debían tener esa valentía que no tiene nada que ver con el el desafío oratorio,
sino con la firmeza.
Todos
recordaremos siempre ese 18 de septiembre de 1985 cuando
expreso:
Señores
jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para
cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque
pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: NUNCA MÁS"
(Fragmento del alegato final
de la fiscalía durante el Juicio a las Juntas Militares)
Actuó
con valentía y responsabilidad y hoy es un justo
e inmortalizado protagonista de la historia.
Lic Javier Argolo.