Los escándalos de escuchas y hackeos han dejado al descubierto una red de espionaje sobre políticos, jueces, periodistas y famosos.
Marcelo Bermolén, director del
Observatorio de Calidad Institucional de la Universidad Austral y especialista
en acceso a la información pública, pone la lupa sobre la vulnerabilidad a la
que está expuesta la sociedad a raíz del espionaje y el mal manejo de la
información “sensible”.
“A casi 40 años del retorno de
la democracia, Argentina está exponiendo la peor versión de sí misma”.
“Los servicios de inteligencia
que forman parte integrativa del Estado, y que han ido variando su denominación
en el tiempo: Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), Secretaría de
Inteligencia (SI) y, desde 2015, Agencia Federal de Inteligencia (AFI) -por Ley
27.126-, constituyen una organización central que por su razón de ser
(institución, agentes y funcionarios) gozan de protección y privilegios”.
“Desde el retorno de la democracia han
desplegado un poder discrecional que, en su desarrollo y desenvolvimiento,
parece haber superado las directrices de los gobiernos de turno, constituyendo así
un poder inorgánico dentro del propio Estado. Lo inorgánico parece ser la
institución y no sus agentes individualmente, más allá de las reformas
intentadas”.
“La clase política, de manera
mancomunada, tiene que poner fin a esto. Cristina Fernández de Kirchner
prometió y ejecutó una reforma de la AFI en 2015. Sin embargo, muchas de las
cosas que están saliendo a la luz son parte de esa nueva AFI que ella misma
creó, y que también la supo tener como víctima”.
“Independientemente de quien
gobierne, los servicios de inteligencia han realizado muchas de sus tareas como
una suerte de control, acumulación de poder y presión, que se ha vuelto en un
método de extorsión a la clase política, a los funcionarios, y a los personajes
importantes del país. Se ha consolidado como un sistema ya establecido, lo que
de por sí es un escándalo. La clase política es la principal responsable por
haber permitido que esto sucediera”.
“Sin embargo, lo más
repudiable es la naturalización con que la sociedad ha ido tomando la difusión
de las escuchas ilegales, y la dirigencia nacional su exposición a los
carpetazos. Todo ello, motivo de operaciones que tienen a los servicios como
red oculta”.
“Muchos funcionarios han
pasado por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y han acumulado un enorme
poder para, por ejemplo, ser senadores, diputados o ministros. ¿Será por la
información que poseen de los demás?”.
“El actual Presidente de la
República prometió, en una de sus intervenciones en la Asamblea Legislativa,
que durante su mandato los sótanos de la democracia iban a estar limpios. Es
paradójico que al final de su gestión los sótanos de la democracia luzcan como
un sumidero”.
“Hoy los servicios de
inteligencia son un instrumento ilegal, indebido e inaceptable de cierto
ejercicio del poder”.
“No sólo se trata de
seguimientos, espionajes, escuchas y grabaciones. Se han utilizado bases de
datos con información privada, delicada y detallada de los espiados.
Lamentablemente, el ex presidente Mauricio Macri decidió unificar la
información pública y la información privada en una sola institución, que es la
Agencia de Acceso a la Información Pública (AAIP). Desde allí se maneja toda la
información pública del Estado, y los datos personales y la información privada
de los argentinos”.
“Los argentinos estamos
desprotegidos, en un estado de vulnerabilidad y a merced de la extorsión, a
raíz del espionaje y el uso indebido de la información privada”.
“Argentina se encuentra en un
estado de degradación institucional. La información que se obtiene en los
allanamientos de este tipo de causas suele encontrar carpetas que incluyen
datos sensibles, ubicación de inmuebles, dinero y automóviles. Precisiones que
son parte de los datos personales y protegidos de los argentinos”.
“Algunas de las preguntas que
surgen: ¿por qué esto es revelado justamente a poco más de una semana del
balotaje? ¿Estamos en medio de operaciones sucias donde también actúan los
servicios de inteligencia?”.
“La economía está en el tope
de todas las preocupaciones de la sociedad argentina y si bien la corrupción
aparece como motivo de inquietud en algunas encuestas, no ha sido un tema de
campaña impulsado por los candidatos. Sólo se ha colado, y de forma limitada,
frente al devenir de los hechos y las revelaciones”.
“Así y todo, los argentinos se
han vuelto impermeables a los hechos de corrupción”.
“Los escándalos de corrupción
de los últimos meses ya no conmueven, porque la sociedad argentina ha
naturalizado la corrupción. De hecho, los recientes casos no impactaron a la
hora de la votación. Lo que lleva a la reflexión de, ¿qué nos está pasando como
sociedad?”
“El espionaje ilegal, las
escuchas clandestinas, y la intromisión en la vida privada de los argentinos
por parte de los servicios de inteligencia del Estado es otra forma condenable
de corrupción”.
“Frente a la corruptela, la
extorsión, los carpetazos, la existencia de un sector del Estado espía, oculto
y chantajista, y del enorme poder de determinados sectores desde las sombras,
es indispensable que la sociedad reaccione. Sobre ello, también, deberá
definirse el 19 de noviembre”.
Román Reynoso 2023
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