El actual gobierno en estos cuatro meses frente a la política educativa
y en particular a la política universitaria nos llevan a algunas reflexiones.
Cómo son, ¿ es necesario ahogar económicamente al sistema universitario?, ¿es
necesario romper algo que funciona bien y es reconocido nacional e internacionalmente?,
acaso no hay suficientes problemas en la Republica argentina que creamos una
crisis educativa?
El sistema Universitario Argentino tiene un muy alto reconocimiento a
nivel internacional.
La sociedad argentina tiene una alta valoración de sus universidades
públicas en todo el país "no solo por su tarea de formación"
sino también por su "tarea en la construcción del
conocimiento, por la
transferencia al mundo de la producción y del trabajo.
Sin ninguna duda hay mucho por mejorar en las universidades, pero llevarlas
al límite y degradarlas dudo que sea el buen camino a seguir, como lo está
haciendo subsecretario de Políticas
Universitarias Alejandro Álvarez.
En la actualidad nos encontramos con las universidades publicas una
situación presupuestaria difícil, como todo el sistema de educación superior y
de ciencia y tecnología en el país.
El ajuste sufrido por las universidades públicas es de cerca de un 370%
y que, como consecuencia de la inflación acumulada, el 70% para el pago de
salarios y el 10% para el funcionamiento que el Gobierno asignó no eran
equiparables a los costos que deben enfrentar. “Hoy el ajuste es de $8 cada
$10″. Por ejemplo, el costo a pagar por el suministro de luz también se
incrementó en un 577%.
El salario de los profesores y
trabajadores perdió el 36 por ciento del valor real en cuatro meses, cuando el
resto de los empleados perdieron el 18 por ciento. Tener un sistema
universitario es asignarle los recursos necesarios.
Ante la solicitud de fondos lamentablemente tanto los funcionarios del
área, como el Presidente responden con prejuicios ideológicos y desinformación.
Las decisiones que ellos tomen tendrán consecuencias profundas en la sociedad
argentina y las sufrirán las generaciones venideras.
El sistema universitario argentino lleva más de cien años funcionando;
es la esperanza de ascenso social para muchas personas y genera los
profesionales que la sociedad argentina necesita (Médicos, odontólogos,
ingenieros, arquitectos, abogados, etc.).
No hay ninguna duda que una educación pública de calidad es el camino
para una sociedad más integrada, más justa e igualitaria.
En un mundo como el actual y el futuro, el conocimiento es fundamental.
Si queremos un País con futuro e inserto en el mundo, son imprescindibles la
educación y las universidades de calidad.
Lic. Javier Argolo.