El Golpe de Estado contra Hipólito
Yrigoyen, el golpe del 6 de septiembre de 1930, este hecho significo el inició de
un ciclo de quiebres institucionales e inestabilidad política que marcó para
siempre la historia argentina. Fueron encabezados por las FFAA, que contaron en
cada ocasión en mayor o menor grado, con el apoyo de sectores civiles, y
concluyó en el terrorismo de Estado de la última dictadura.
En el marco de la crisis económica
iniciada en 1929, en la argentina el sábado 6 de septiembre de 1930, sucedía un hecho que marcaría muy
profundamente la vida institucional de la República Argentina, el primer Golpe
de Estado.
Durante todo el año de 1930 en la
Argentina se vivió un clima político muy convulsionado, sobre todo debido a las
consecuencias locales de la crisis capitalista mundial, por los ataques al
gobierno de Hipólito Yrigoyen, que eran parte de la preparación y ejecución del
golpe del 6 de septiembre.
El teniente general José Félix Uriburu encabeza el primer golpe de
estado de la historia argentina a un gobierno constitucionalmente electo para
auto imponerse como presidente de facto hasta el 20 de febrero de 1932,
destituyendo así al Vicepresidente Dr. Enrique Martínez el que se encontraba en
ejercicio del Poder Ejecutivo por enfermedad de Presidente Dr. Hipólito
Yrigoyen. Este golpe a la democracia fue apoyado por una parte importante del
ejército y la prensa afín a la élite conservadora.
Con la caída del gobierno constitucional de Hipólito Yrigoyen, la Argentina comenzaba su inacabado derrotero de golpismo y autoritarismo con intervalos democráticos y que culminó con la vuelta a la democracia en 1983.
Esa madrugada del 6 de septiembre de 1930 Uriburu logra sublevar el Colegio Militar de la Nación y desde allí se dirige en compañía de una columna de al menos mil cadetes de esa institución hacia la Casa de Gobierno. A su paso por la Plaza del Congreso se sumaron políticos conservadores quienes al intentar organizar algunos discursos de apoyo a los golpistas son interrumpidos por disparos que los insurrectos atribuyeron a diputados yrigoyenistas por lo que abrieron fuego hacia el Congreso. Más tarde la columna continua y al llegar a la Plaza de Mayo los generales Uriburu y Agustín P. Justo ingresaron a la Casa de Gobierno sin que la custodia ofreciera mayor resistencia y obligan al Vicepresidente Martínez a firmar su renuncia.
Hipólito Yrigoyen a pesar de su mal estado de saludo se dirige hacia la
ciudad de La Plata para intentar organizar una resistencia, pero los jefes
militares le informan que se han plegado a la insurrección y lo detienen en el
7mo. Cuartel de Infantería de La Plata, al tiempo que su humilde casa es
saqueada y destruida por una turba de manifestantes que apoyaban el golpe.
A las 18 horas de ese día ocupó el despacho presidencial. El domingo 7 dictó el decreto disolviendo el Congreso y declaró en comisión al Poder Judicial, es decir que todos los magistrados podían ser removidos sin juicio político. El lunes 8 el presidente, el vicepresidente y los ministros del gabinete del gobierno de facto instalado juraron sus cargos en la Casa Rosada con el imponente marco de una manifestación popular que colmaba la Plaza de Mayo.
En este momento comienza una de las páginas más negras de la
Historia Argentina.
Las consecuencias del Golpe de estado se plasmaron en persecución
y autoritarismo contra todo vestigio de haber apoyado la causa de Hipólito
Yrigoyen
Con esta ruptura del orden institucional y la imposición de la fuerza ante el orden legitimo emanado del voto Popular. Podemos señalar que es comienza un proceso de lo que jurídica e institucionalmente sería gravísimo para el futuro de la República Argentina.
Resulta paradójico que el actual Presidente vuelva sobre la figura de Hipólito Yrigoyen y apoye las políticas e intereses más retrógrados de la Argentina y del Exterior.
Es por eso que siendo hoy, 6 de
septiembre de 2024, debemos hacer el ejercicio reflexivo de recordar que las
tentaciones violentas, facilistas y paternalistas que nos muestra el
autoritarismo, llevaron a la Argentina al estado de decadencia económica y
social en la que hoy se encuentra y en la que todos debemos hacer todos los
esfuerzos para que esto nunca más suceda.
Lic. Javier M. Argolo.