Luego de los enfrentamientos entre los hinchas de Tigre, River y la policía, los vecinos de las calles Estrada, Constitución, Perón y Guido Spano relataron la angustia que vivieron tras los desmanes en el barrio.

Las secuelas de los enfrentamientos ocurridos ayer entre los Borrachos del tablón, los hinchas del Matador y la policía quedaron impregnados en las calles que bordean la cancha del Club Atlético Tigre: vidrios rotos y gotas de sangre salpicados sobre Estrada, cenizas de un auto quemado esparcidas sobre Constitución y balas de goma desparramadas por la avenida Presidente Perón y Guido Spano. A menos de un día de los incidentes, Victoria hoy se mostraba como un barrio destrozado y atemorizado porque los incidentes se puedan repetir en próximos partidos.
"Era imposible salir de mi casa. Las balas que tiraban los policías y las piedras que lanzaban los hinchas de Tigre volaban por el aire. Tenía miedo de que me rompieran el auto que lo había dejado estacionado en la calle o que algún cascotazo entrara a mi casa", contó a sanfernando.clarin.com Sebastián, un vecino que vio los incidentes desde la ventana de su vivienda, sobre Estrada. Su auto quedó salpicado con sangre de Daniel Herrera, el jefe de la Distrital, a quien golpearon con un pedazo de baldosa y debió ser traslado de urgencia al Hospital de San Fernando. Esta tarde, el policía se encontraba estable y evolucionaba bien.
Antes de que terminara el partido, Sebastián debió ser escoltado por la policía para salir de su casa. "Cuando terminaron los incidentes, me fui a la casa de mi suegra en Tigre. Tenía miedo de que le pasara algo a mi mujer o a mi hijo, un bebé muy chiquito", dijo.
El partido entre Tigre y River comenzó ayer a las 19.10. De acuerdo al relato de los vecinos, no había disturbios como el que vivieron ayer en el barrio desde hacía cuatro años. Ellos contaron que los enfrentamientos ocurrieron porque un grupo de 400 hinchas del equipo de Núñez llegaron justo sobre el horario del comienzo del partido y quisieron ingresar a la cancha sin entradas. La Policía, que había armado un cordón de cerrojo a lo largo de la Avenida Perón con caballos y patrulleros, no les permitió pasar el primer cacheo y hubo forcejeos y golpes entre los de River y la fuerza policial. Lo hinchas de Tigre vieron lo que estaba pasando, salieron del estadio y comenzaron a agredirlos con piedras que levantaban de las veredas rotas.
"Yo estaba en la cancha y me tuve que venir a casa por el lío que se armó. Acá nunca hubo disturbios como el de ayer. Nuestro barrio siempre fue tranquilo, la misma gente del Club Tigre nos cuida desde el bar, que está sobre Perón. Pero me sorprendió la represión policial, creo que podrían haber dominado todo de otra manera", opinó Horacio, quien vive desde hace 50 años en Victoria. El vio que la Caballería empezó a tirar balas de gomas a todos los hinchas de River que querían entrar. "Hasta a las mujeres, las empujaban. La gente de Tigre empezó a salir de la cancha a tirar piedrazos. Y ahí se generó todo el escándalo entre unas 100 personas. Me dio temor porque no podría entrar a mi casa y encima tenía el auto en la puerta", expresó.
A pocos metros de su casa en Estrada, siete hinchas de Tigre arrojaron cascotes a un colectivo de larga de distancia que había llevado a los hinchas de River hacia el Club Tigre, mientras sus dos choferes estaban adentro. "Tiraban pedazos gigantes de piedras contra el micro, los vidrios reventaban por todos lados. Y encima después querían prenderlo fuego como hicieron con la camioneta del jefe distrital. Yo estaba atemorizada, con el teléfono en la mano mirando todo lo que pasaba por la ventana, preparada para llamar a los bomberos. Si seguían así, iban a quemar toda la cuadra", protestó Nidia, vecina de Estrada y Constitución, quien esta mañana debió barrer todos los vidrios y balas de gomas que quedaron sobre los alrededores de la cancha para que nadie se lastimara o pinchara las gomas de sus vehículos.
Los bomberos llegaron pero sólo estuvieron sobre la avenida Perón. Lanzaron agua hacia el estadio del Club para apaciguar los disturbios. "Esto no es normal, todos nos vemos afectados por lo que sucedió ayer. Lo de anoche fue terrible, bombas y gases lacrimógenos. No podemos vivir así. Teníamos miedo de que nos pasara algo, de que nos rompieran todo. Esperemos que no suceda más y que vivamos tranquilos porque, acá, hay un partido cada 15 días, no podemos vivir la misma situación cada vez que juegan en Tigre", dijo Roberto, otro vecino.
Fuente: Clarin San Fernando / Guillermina De Domini