El sábado pasado, en la
tradicional fiesta de la flor que se realiza todos los años en Escobar,
Mauricio Macri, su primo Jorge, intendente de Vicente López, y sus pares de San
Isidro y Malvinas Argentinas, Gustavo Posse y Jesús Cariglino, abrieron una
opción política para las elecciones del año próximo ante el cristinismo. La
foto de Escobar también es un mensaje hacia Sergio Massa, que continúa enviando
señales ambiguas acerca de si continuará o no en el Frente para la Victoria,
aunque en privado les dice a empresarios y políticos que todavía piensa en la
posibilidad de encabezar una lista para diputados nacionales propia.
Mientras tanto, Francisco de
Narváez y Mónica López de Roberti siguen esperanzados en un acuerdo con Daniel
Scioli. Esto es, el armado de una lista con la participación de los sectores
más anticristinistas del sciolismo, que le serviría al gobernador para obtener
los legisladores que la Casa Rosada no piensa darle y a De Narváez ser el
primer diputado. Pero la realidad es que Scioli hoy no está en condiciones de
dar respuestas. Así las cosas, el “Colorado” y el macrismo siguen
distanciándose, aunque cabe otra posibilidad. La coalición compuesta por Macri,
Posse y Cariglino podría acordar competir en la misma primaria con De Narváez y
de esta forma se movilizaría al electorado opositor, evitándose una
confrontación en la elección general.
Sin Michetti, el armado se
facilita
La otra piedra en el zapato
de la nueva coalición era Gabriela Michetti, cuyo primer lugar en la lista de
diputados no soportaba Jesús Cariglino, pero finalmente ella se autoexcluyó.
Aunque como señalamos Massa sigue lejos de la nueva coalición, no se descarta
que algunos de sus aliados sí se integren a la misma. Por ejemplo, Luis Acuña
(intendente de Hurlingham). Sus colegas de San Fernando y San Martín, Luis
Andreotti y Gabriel Katopodis, harían lo que decida el tigrense. A todo esto,
los amigos de éste en la tercera sección electoral, Darío Giustozzi (Almirante
Brown), Patricio Mussi (Berazategui) y Héctor Insaurralde (Lomas de Zamora)
esperarían hasta ver si Cristina puede obtener el 57,5% de los votos, cifra que
según un cálculo que circula le garantizaría contar con dos tercios propios en
el Congreso para sancionar la ley de reforma constitucional. Si el kirchnerismo
se desbarranca antes, éstos y otros intendentes podrían jugar doble el año que
viene. En la Tercera Sección, el eje de la misma es La Matanza y allí Fernando
Espinoza apuesta firme a la reelección de CFK. La realidad es que el
estancamiento económico juega fuerte contra los barones del conurbano. Aun
cuando el año que viene la economía crezca el 1 ó el 2%, continuaría el
estancamiento con alta inflación. Si bien falta bastante tiempo, la perfomance
del cristinismo se complica con al actual 25% de imagen positiva de la
presidente, que viene en picada desde que estalló el caso Ciccone. Esta
inflexión se agudizó a partir del 13-S.
La pata radical
Varios intendentes cobistas
apoyarían a la nueva alianza Macri-Posse-Cariglino y éstos a su vez apoyarían
las candidaturas a diputados nacionales de Julio Cobos en Mendoza y a Miguel
del Sel en Santa Fe. Queda por verse la eventual integración al acuerdo de las
huestes de José Manuel de la Sota. Distinto rumbo parecen seguir los Rodríguez
Saá, Pino Solanas y el FAP, en la práctica cada vez más funcionales al
cristinismo. La elección del domingo próximo en Venezuela puede ser determinante
para la suerte de esta nueva coalición, ya que si Capriles gana, la presión a
favor de la unidad opositora será enorme.
Fuente: El Informador Público