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El ocaso de Gabriel Mariotto acaso refleje el
de todos los camporistas que llegaron a la Provincia para condicionar a Daniel
Scioli. El año pasado, por disposición directa de Cristina Kirchner, los
jóvenes liderados por Máximo Kirchner y otros referentes del kirchnerismo duro
desembarcaron en La Plata para ponerle un coto a las aspiraciones del sciolismo
y apuntalar el “modelo” en territorio bonaerense.
Pero algo pasó en el camino. El ex motonauta
no cayó en las encuestas, pese a presiones evidentes de Balcarce 50 como el
retaceo de los fondos para el medio aguinaldo, y los pasos en falso del
mariottismo se fueron apilando en la Legislatura. Conclusión: el vicegobernador
perdió el contacto directo con Cristina y su gente fue barrida del AFSCA, su
principal bastión tras la sanción de la Ley de Medios.
Lo mismo está ocurriendo ahora con otros de
los “soldados” que recalaron en territorio provincial. Uno de los más heridos
por esta nueva estrategia no es ni más ni menos que el camporista José Ottavis,
vicepresidente de la Cámara de Diputados. El ex radical arribó en La Plata con
la ostentación de su cargo de secretario general de la Juventud Peronista (JP),
el espacio que justamente quedará atomizado por disposición de la Casa Rosada.
Según pudo saber NOVA en exclusiva, nadie en
Balcarce 50 se preocupará demasiado por la caída en desgracia de Ottavis. Es
que La Cámpora se apresta a “absorber” a la JP en el marco del nuevo órgano
electoral del cristinismo, “Unidos y Organizados”. Así, el vice de la Cámara
Baja se quedaría sin su estructura y tribuna política.
“Unidos y Organizados” es un sello que
aglutina a diversos sectores del kirchnerismo, comandados por La Cámpora. Allí
abrevan, entre otros, Kolina, el Movimiento Evita, Nuevo Encuentro y la Tupac
Amaru, la organización barrial incorporada recientemente tras el lanzamiento
electoral de Milagro Sala.
Por orden presidencial, la JP también
quedaría bajo el paraguas del nuevo espacio, creado para disputar el poder
territorial de los sectores tradicionales del justicialismo representados por
los gobernadores y los intendentes del Conurbano.
La movida le restará poder a Ottavis e
impedirá que siga planteándose como un conciliador entre distintos sectores del
amplio espectro oficialista. De cara a las legislativas del año que viene, el
legislador quedaría más que nunca condicionado por las órdenes que le bajen los
camporistas porteños que no le conceden autoridad alguna.
Fuente: Agencia NOVA
Mundo Norte