No hay cosa más jodida para un proyecto de humorista como yo,
que tener que pensar una columna risueña cuando los temas de la semana son un
opio, por no decir una patada en las tarlipes directamente.
Ya hablamos del mundial, ya hablamos de nuestro maltrecho
vice, y con el crédito para nuevas ideas agotado… el paralelismo salió solo,
igual debo confesar, como ciudadano común, que creo que la deuda ya es parte
del inconsciente colectivo (o metrobús, si se quiere), y nunca sé a ciencia
cierta si nos vamos al carajo definitivamente, o si es solo una crisis más. Con
las profecías del fin del mundo de Nostradamus, o el calendario maya, vamos
corriendo la fecha del apocalipsis hasta que un día vamos a acertar.
Los que peinamos canas nos ponemos “nostalgiosos” con algunos
temas y empezamos con las benditas frases de… te acordás cuando…. Y ahí me
detuve en que el problema de nuestro país y su deuda, que viene desde tiempos
remotos, pero no es nuestra culpa, las entidades crediticias debieron ponernos
un límite de crédito, como el de las tarjetas, entonces tal vez nos hubiéramos
cuidado un poco mas antes de pedir.
Pero ésta gente tan puntillosa y mercantilista ha operado con
Argentina como los viejos almaceneros, que anotaban la cuenta corriente en una
libreta (sino sabés de qué se trata preguntale a algún abuelo), la joda es que
nuestra libretita de los mandados es más bien un bibliorato y de varios tomos,
y encima no siempre nuestros gobernantes compraban polenta para salir del paso,
sino que nos endeudaban para comer sushi o pizza con champagne, eso sí los que
hoy están a cargo … o comían con los de antes o miraban sin decir ni “mu”. Y al
momento de sentarse a negociar, utilizaron y utilizan su encantador “patoterismo
tirapiedras”, pensando que los carroñeros que nos prestaron la guita se van a
asustar.
Como me decía un
amigo, que “son unos malparidos no tengas ninguna duda, pero si una vez que le
pediste guita a Dios y María santísima caíste con ellos…. Que además los fuiste
a buscar vos”…. Y ellos lo saben, desde que el mundo es mundo o desde que el
empréstito Rivadavia empezó de a poco a marcarnos como país y a jodernos la
vida. Los prestamistas son jodidos, y los que piden y encima se la chorean son peor….
No te creas el verso del nacionalismo ni la victimización, porque en el fondo...
Todos son buitres.
Leo Vizioli
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