Este viernes Ordenación Sacerdotal en la Catedral de San Isidro - MUNDO NORTE

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21/10/14

Este viernes Ordenación Sacerdotal en la Catedral de San Isidro

Ordenación Sacerdotal
Viernes 24 de octubre - 20,30 horas
Catedral de San Isidro - Av. Libertador 16.200
"El Padre me ha enviado para anunciar la Buena Nueva a los pobres"
La Iglesia diocesana de San Isidro celebra con alegría la ordenación sacerdotal de los diáconos Agustin Martens, Gonzalo Rebollo y Juan Patricio Iribarren, que recibirán la gracia del Espíritu Santo por imposición de manos del obispo Mons. Oscar Vicente Ojea, el viernes 24 de octubre a las 20:30 h.
Primeras Misas
Agustin Martens
Sábado 25, 18:30 h
Capilla La Unidad
Junín y Pichincha, Las Tunas
Juan Patricio Iribarren
Domingo 26, 12:30 h
Casa Cura Brochero
Mendoza y Bocayuba, Benavidez
Gonzalo Rebollo
Domingo 26, 19 h
Parroquia Ntra. Sra. de Luján
Berruete 2521 (entre Humaitá y Hicken) Don Torcuato

Invitación de Mons. Oscar Ojea

Texto completo
Quiero invitarlos, lleno de alegría, al viernes 24 de octubre, a las 20:30, a la ordenación sacerdotal de tres muchachos de nuestra diócesis que se van a comprometer con Jesucristo para siempre, entregando sus vidas.
"El Padre me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres". Este es el primer signo de la presencia de Jesús. El Evangelio es anunciado a aquellos que más lo necesitan y, de alguna manera, el haber elegido este lema, refleja cómo ellos se van a consagrar y van a consagrar totalmente sus vidas para este anuncio, para que este anuncio llegue con frescura, llegue con nitidez.
Hablando de la entrega de las vidas, de la entrega total de la vida y de la consagración total de la vida al Reino, a la presencia del Reino, anunciando el Evangelio a los pobres, quiero leerles unas palabritas del Papa con respecto a la misión, que nos trae en la carta sobre El Gozo del Evangelio:
"La misión es algo que yo no puedo arrancar de mi ser si no quiero destruirme".
No puedo arrancar de mi ser… Esto que van a vivir, en la ordenación sacerdotal, estos tres jóvenes, no lo pueden arrancar de su ser.
Continúa diciendo el Papa:
"Yo soy una misión en esta tierra y para eso estoy en este mundo"
Yo soy una misión, yo me identifico con una misión. Si no la vivo la iglesia va a perder un aporte importante, que es el mío, singular, que yo tengo que darle porque el Señor lo ha puesto en mí y yo voy a perderme la oportunidad de ser feliz.
Estos jóvenes han visto con claridad cuál es esa misión y quieren ser esa misión, quieren vivirla a fondo.
Qué bueno para nosotros tener este pensamiento: "Cuál es mi misión", "Cuál es mi misión en esta vida, en esta iglesia, para qué el Señor me ha dado el ser", "identificarme con eso que descubro en mí, de mi singularidad."
"Yo soy una misión y para eso estoy en el mundo", dice Francisco. 
"Hay que reconocerse a sí mismo como marcado a fuego por esa misión. Misión de iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar, liberar".
Es la misión de Jesús, bendecir, iluminar, sanar, liberar. A esto se sienten llamados estos tres jóvenes: Agustín, Juan patricio, Gonzalo.
"Allí aparece la enfermera de alma", dice el Papa, hablando de varias vocaciones.
"El médico de alma, el docente de alma". Y yo diría, el sacerdote de alma.
En realidad, necesitamos tanto de los sacerdotes. Necesitamos que nos partan el pan. Que nos perdonen los pecados. Que presidan nuestras comunidades.
Los necesitamos pastores, pastores cercanos al pueblo de Dios. Pastores que puedan acompañar. 
Se han ido formando en estos años, junto al corazón de Jesús, como en una suerte de Nazareth, que es el seminario. 
Un tiempo de preparación, que tanto quiso Jesús antes de vivir su vida pública. Y ahora se lanzan, como Jesús, a llevar el Evangelio a los pobres. A llevar el Evangelio a aquellos que realmente lo necesitan como signo del Reino.
Vamos a pedirle al Señor que puedan aprender mucho de los más pobres. Que puedan aprender de ellos cómo se puede configurar uno con Jesús. Que puedan ser discípulos de Jesús en el Evangelio y discípulos de los pobres. Porque el Papa también nos propone, en la carta, poder aprender de ellos aquello que ellos comparten con la vida de Jesús.
Están todos invitados, el viernes 24, a esta fiesta diocesana, que es la ordenación sacerdotal de estos tres jóvenes nuestros, a quienes queremos mucho.
Todo el pueblo está llamado a participar en la Eucaristía y después de la Eucaristía, a esta fiesta grande de nuestra diócesis.
Los espero con mucha alegría.

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