El Municipio
organizó nuevamente una fecha a todo movimiento para concientizar e informar en
torno a la enfermedad, y prevenir que se generen nuevos casos por mala
alimentación y falta de ejercicio. La mitad de los personas con diabetes no son
diagnosticadas a tiempo y la cantidad irregular de azúcar en su sangre los
perjudica.
Merecen un aplauso los
vecinos de San Fernando que eligieron cambiar el sedentarismo por una magnífica
mañana de sol y la actividad física que le propuso el Municipio para completar
las actividades en torno al Día Mundial de la Diabetes, una de las enfermedades
más comunes entre la población, a la que obliga a mantener hábitos de ejercicio
y alimentación saludable para no disminuir el impacto en su calidad de vida.
La fecha se celebra
anualmente los 14 de noviembre, pero la Secretaría de Medio Ambiente y Salud
Pública organizó para esta oportunidad una doble jornada: en esa fecha dispuso
talleres prácticos e informativos en 3 Centros de Salud y habilitó postas
médicas con controles de glucemia en otros puntos de la ciudad; y a la mañana
siguiente convocó una caminata de 40 minutos alrededor de la Plaza Mitre, que
terminó con clases de danza aeróbica y elongación en la Costanera Pública
Municipal.
El Director de Atención
Primaria, Dr. Marcelo Pechieu, acompañó al grupo en todo momento. Allí comentó:
“La actividad física es tan importante para los que tienen diabetes como para los que no, por eso convocamos a
todos. No es necesario ir a un gimnasio o salir a correr, es suficiente con
moverse. Bailar, sacar a pasear al perro, lavar el auto, hacer las compras,
todo eso sirve y son formas básicas de prevenir la aparición de la enfermedad”.
“La mitad de los diabéticos
no saben que lo son porque no tienen síntomas, pero el nivel alto de azúcar en
su sangre está haciéndoles daño”, aseguró el funcionario. En ese sentido
destacó la estructura que brindó la Unidad Sanitaria Móvil: “Estuvimos con el tráiler
y carpas en varios puntos del partido para detectar potenciales enfermos. Con
un pequeño pinchazo en el dedo es suficiente para extraer una muestra y
colaborar en el control sanitario, por eso les agradezco a los voluntarios que
se animaron al análisis”.
La Profesora Anabella
Lattanzio animó la clase aeróbica frente al Río Luján. Mientras les alcanzaba
una botella de agua para hidratarse y una manzana para recuperar glucosa a sus
alumnas ocasionales, ella afirmó que “el Municipio trabaja todos los años para
que la gente se integre a actividades deportivas y mejore su calidad de vida”.
Agregó luego: “La clase
aeróbica tuvo mucho éxito porque sintieron que su cuerpo estaba a gusto. En
muchos casos la enfermedad se puede prevenir, por eso es importante tomar
conciencia y saber que el ejercicio es una gran herramienta”.
Cecilia Berardi, después de
la caminata y haber bailado durante más de una hora, pero sin aparentar
cansancio, dio testimonio de la experiencia: “Me encontré con un grupo
‘delicioso’, muy divertido, con música de gimnasia rítmica y un río
espectacular. Considero que es un gran aporte del Municipio para la gente de
todas las edades, porque con los controles que nos hicieron y la información
que nos dieron, vamos a cuidarnos mucho más”.