"El
porvenir es de Dios, pero el pasado es de la historia. Dios ya no puede influir
en la historia, en cambio el hombre aún puede escribirla y
transfigurarla".
Juste
Dion
El
viernes 29 -¡justo el día del ñoqui?- y para no arruinar el fin de semana de sus
afiliados, los grandes jerarcas gremiales anticiparon su propia fiesta en el
centro porteño, y se juntaron en el palco todos aquéllos que, hasta hace unos
días, no sólo estaban desperdigados sino hasta fuertemente enemistados; Moyano
y Yasky, o Micheli y Caló, eran irreconciliables, pero parece que no tanto;
sólo Luis Barrionuevo mostró coherencia y se negó a participar de la payasada.
Son varias las lecturas posibles, pero creo que hay una en particular que
merece el podio: el proceso de rearmado del PJ hizo caso omiso de la rama
sindical y ésta necesitaba recordarle su condición de "columna vertebral
del movimiento", como alguna fue calificada; obviamente, también intentó
demostrar poder de calle frente al Gobierno, pero no tuvo éxito.
No
niego que el momento económico está generando presión de las bases sobre las
cabezas pero, para juntar esa cantidad de gente, se requirió de la colaboración
de entidades tan disímiles como la CGT Azopardo, la CGT ex-Balcarce, ATE, CTA,
minúsculos movimientos trostkistas y algunos mariscales destacados de la
derrota, como Lancha Scioli y Anímal Fernández; ambos, mostrando sus caras de
piedra por televisión y declarando su indignación frente a la inflación y los
despidos, le hicieron un impagable favor a Macri. De todas maneras, y pese a la
natural tendencia a magnificar sus actos que padecen -entre otros- los
gremialistas, lo real fue que la concurrencia resultó notoriamente inferior a
las marchas ciudadanas que pusieron fin al kirchnerismo o testimoniaron su
repudio al asesinato de Nisman. La gran derrotada fue, sin dudas y una vez más,
Cristina Kirchner: su invento, La Cámpora, pretendía sumarse para reeditar el
"entrismo" fracasado de los 70's, y no tuvo cabida.
Insisto
en que el periodismo idiota es el único pulmotor que mantiene viva,
políticamente hablando, a la actual jefa de la asociación ilícita que saqueó al
país durante doce años y medio; ya no tiene "propia tropa" en
cantidad suficiente para asegurarle algún rol en el futuro nacional, como no
sea carcelario.
Pero,
volviendo al tema de la situación social, ya muy complicada por el estallido de
las bombas que dejó el régimen nefasto como herencia, me parece que el Gobierno
debería entender que, por lo menos por algunos meses más, sólo podrá agravarse.
Hoy, los tres temas que más preocupan a la sociedad son la pérdida del trabajo,
la inflación y la corrupción; en la medida en que los dos primeros requerirán,
como sabemos, un plazo mayor para encarrilarse, se debe aumentar al máximo la
velocidad de las investigaciones y los procesos que complican al kirchnerismo,
y el papel de acelerador le cabe sólo al Consejo de la Magistratura, que
controla a los jueces, y cuya mayoría hoy está en manos de Cambiemos.
En el caso que tiene tan a mal traer a Lázaro
Bóvedas Báez y su familia, es cierto que se han localizado, Fiscal Marijuán
mediante, una gigantesca cantidad de bienes, y que éstos representan una
fortuna tan grande como injustificable; pero estamos hablando de monedas, como
son las propiedades en el país y en el extranjero atribuidas a Scioli, De Vido
y tantos otros, en comparación con los siderales montos que faltan de las arcas
públicas. Esas cifras, en billetes de € 500 que tanto adoraba el fundador de la
banda, representan miles de millones de dólares, que no se encontrarán en el
mausoleo ni con retroexcavadoras, sobre todo por el tiempo que los jueces
Tortuga Casanello -nos sigue mareando la perdiz- y Rafecas concedieron a los
delincuentes para ocultarlos, luego que su colega Bonadío allanara las oficinas
de los Kirchner y se llevara montañas de papeles que aún siguen empaquetados;
por ejemplo, ¿alguien ha averiguado si estaban en algunos de los contenedores
que Patotín Moreno llevó a Angola, el segundo productor de diamantes del mundo
y uno de los países más corruptos, en ocasión de la visita de la aleteadora y
ordeñadora ex Presidente?
Otras
preguntas permitirían acercar a muchos a un futuro carcelario. ¿Se ha
investigado a la sociedad australiana que, para "comprar" el 25% de
YPF a Repsol, constituyeron los Eskenazi para don Néstor (q.e.p.d.)? ¿Cómo fue
el "negocio" de bonos argentinos entre Kirchner y Chávez para pagarle
al FMI? ¿Resulta difícil comprobar que España y Portugal estaban dispuestos a
pagar a quien se llevara el material ferroviario, ya que estaba construido con
elementos fuertemente contaminantes, y que Avioncito Jaime "compró"?
¿Cuánto vale, para una compañía petrolera, que confesó haber pagado coimas en
la Argentina, extender por cuarenta años la concesión de uno de los mayores yacimientos
del país, Cerro Dragón?; hicieron lo propio Skanska, con los gasoductos
construidos en la década relatada, y Embraer, con los aviones de Aerolíneas.
¿Cuándo conoceremos las cláusulas innecesariamente confidenciales del contrato
entre YPF y Chevron?; ¿y los detalles de las compras del gasoil teóricamente
venezolano o los cargamentos de gas licuado?
La
sociedad estará dispuesta a sacrificarse y esperar tiempos mejores sólo si
percibe que la impunidad se terminó en la Argentina. Y acabar con ella no
solamente se vincula a Cristina, Máximo y su banda de gangsters sino a los
empresarios que fueron cómplices necesarios, a los funcionarios actuales y
futuros que resulten cuestionados, a los sindicalistas enriquecidos como
modernos cresos a fuerza de saquear los tesoros de sus gremios, a los jueces
que se valieron de sus cargos para vender protección a los ladrones y no pueden
explicar sus fortunas, a quienes resultaron eslabones indispensables para el
crecimiento exponencial del narcotráfico.
La
ciudadanía, ya enterada de la expoliación monstruosa que ha sufrido, que
condena al 30% de los habitantes a la pobreza y a la miseria, que permite que
mueran niños desnutridos en el país de la abundancia, que paga impuestos como
en Bélgica y recibe servicios como en Sudán, está pidiendo a gritos justicia
frente a tantos padecimientos causados por el latrocinio, como lo demuestran
los injustificables escraches al Chino Zannini (¡no se combate a los caníbales
comiéndoselos!). Si el Estado, en sus tres poderes, no se hace cargo de ese
reclamo la misma gobernabilidad se verá afectada gravemente, y volveremos a las
épocas del "¡que se vayan todos!"; peor aún: habremos perdido, otra
vez, una histórica oportunidad de cambiar nuestro destino de decadencia y
fracaso.
Puede
resultar una etapa dolorosa y costosa, como fue para Italia o está resultando
en Brasil, pero el saneamiento moral de la República requiere que la
atravesemos porque, como dijo Homero en La Ilíada, "Como son muchas las
clases de muertes que penden sobre los mortales, vayamos". Ahora los
argentinos podemos convertirnos en héroes y reverdecer los laureles que, alguna
vez, supimos conseguir; ruego a Dios que así lo hagamos.
Bs.As.,
1° May 16
Enrique
Guillermo Avogadro
Abogado
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