El fin de los barones del conurbano - MUNDO NORTE

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18/08/16

El fin de los barones del conurbano

El pasado 17 de agosto el Senado bonaerense sancionó un proyecto que va a tener un profundo impacto sobre la calidad institucional de los municipios de la Provincia de Buenos Aires. El punto más importante de la ley provincial gira en torno a la limitación para Intendentes, concejales y consejeros escolares de la provincia de Buenos Aires. A partir de la vigencia de esta ley sólo se permitirá una reelección más tomando como primera la  que en la actualidad ya están ejerciendo. Esta regla, es común en la región, ya que Brasil y más de la mitad de los estados de EE.UU la tienen. El Presidente y Gobernador de la Provincia de Buenos Aires ya cuentan con esta restricción, y en Corrientes, Tierra del Fuego, Córdoba y Neuquén se extiende también para los Intendentes. Finalmente se aplicará a la madre de todas las batallas de la política argentina, los municipios de la provincia de Buenos Aires, donde viven alrededor de 16 millones de argentinos que con sus votos definen gran parte de las elecciones nacionales. La norma además incluye la incompatibilidad para ser funcionarios nacional y provincial y a la vez Intendente y concejal con el fin de fortalecer el rol de las autoridades locales que en muchas oportunidades tenían un “doble cargo” en otra jurisdicción.
Es conocido el riesgo que genera la perpetuación en el poder por parte de una persona, un grupo o una familia. Se empiezan a confundir el mandato de la sociedad para administrar la cosa pública durante un tiempo determinado, con un “cheque en blanco” que permite a los que están en el poder sentirse demasiado cómodos y comportarse como si el Estado fuese su propia estancia y no algo que debe administrarse durante un tiempo determinado y rendir cuentas por las acciones realizadas. Paralelamente, la propia ambición de poder que esto genera hace que con el paso del tiempo la preocupación mayor sea mantenerse en el poder, poniendo a trabajar a todo el aparato estatal en ese camino en lugar de velar por las necesidades de la sociedad. No por nada la mayor preocupación de muchos autores clásicos, tenía que ver con la forma en la que se limitaba el poder, la frase de Montesquieu “para que no se abuse del poder, es preciso que el poder detenga al poder” es una clara ilustración de ello.
Esta restricción a la reelección indefinida va a obligar a una necesaria renovación en la política argentina y sin dudas abrirá las puertas a nuevos actores, que seguramente traerán nuevas ideas y propuestas superadoras en materia de políticas públicas. Esto es el principio de una incipiente revolución de  nuestras instituciones políticas, que sacudirá los cimientos de la política argentina. El peligro del nepotismo sigue presente, donde dirigentes “colocan” a sus familiares en una suerte de línea sucesoria de características monárquicas. Si lo que hemos vivido en las últimas elecciones es un reflejo del espíritu de los votantes, creo que su voto también frenará esta práctica.  
Las elecciones de 2015 enviaron varios mensajes de la sociedad argentina a la política. La caída de varios barones del conurbano fue uno de ellos. La gente pidió terminar con Intendentes que se habían apoderado de sus respectivos municipios y habían gestionado enfocados en mantenerse en el poder que en las brindar soluciones a las necesidades sociales. Esta ley sigue sin duda ese camino siendo una declaración de que la Argentina ha cambiado y de que conductas como eternizarse en el poder sirviéndose de las herramientas del Estado con el único fin de sostenerse en él, ya no van a ser admitidas por la sociedad.  El cambio de época de la política argentina es inevitable.

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