Matías Lobos. Director de Enlace y Estudios de La Plata y ex
Subsecretario Nacional de Fronteras y de Programas de Seguridad.
El
ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, dispuso una
reorganización de la estructura de conducción de la Policía de la
Provincia de Buenos Aires, con cambios en la estructura de mando de
la Policía en los municipios con mayor población que contarán con
un jefe policial que tendrá a su cargo todas las unidades de
prevención y control del delito que cumplan funciones en las calles
del municipio. El objetivo de dicha medida reside en unificar el
mando y control del personal que realiza tareas de patrullaje y
prevención del delito. Para coordinar las instancias provincial y
municipal, se dispone la creación de una Mesa de Coordinación Local
que tendrá entre sus objetivos elaborar un mapa del delito y
planificar las acciones de la Policía para su prevención de acuerdo
a la realidad de cada distrito para diseñar Planes Integrales de
Seguridad Local. Consideramos adecuado pensar y ejecutar en la
provincia de Buenos Aires un modelo alternativo que combina elementos
de centralización en la toma de decisiones con elementos de
descentralización para incorporar las miradas locales y particulares
en materia de seguridad. Resulta fundamental que la lucha contra el
narcomenudeo sea una estrategia de acción central en los mencionados
planes.
Si
miramos la evolución del narcotráfico en la región comprobamos
que, tras medio siglo de lucha antidroga, Colombia
sigue siendo el primer productor mundial de cocaína –con
169.000 hectáreas de cultivos ilícitos al cierre de 2018–, y
Estados Unidos ostenta el título del primer consumidor. Esto supone
que los centros de producción de drogas siguen activos y es
pertinente resaltar que las organizaciones dedicadas a la
distribución y a la venta tienden a fragmentarse para hacer más
difícil su persecución. Un análisis de los casos de violencia
extrema en la frontera norte de nuestro país nos indica que muchas
de las muertes ocurridas se explican por actos de violencia entre
organizaciones que pugnan por hacerse de rutas de distribución de
drogas. La dinámica del narcotráfico contiene una
complementariedad entre las organizaciones que producen y distribuyen
las drogas, y las unidades minoristas de venta de las mismas que se
desparraman en los territorios de los grandes centros urbanos. Como
dos caras de una moneda.
Sostenemos
la importancia que los Planes Integrales de Seguridad Local que se
diseñen en los grandes centros urbanos de la Provincia de Buenos
Aires, tengan como una de sus estrategias centrales la lucha contra
el narcomenudeo. La separación entre grandes organizaciones
criminales dedicadas a la producción y distribución de drogas, y
las unidades minoristas de venta de las mismas, son parte del mismo
sistema delictivo. Es tarea básica del Estado Nacional llevar
adelante una política de inteligencia criminal que permita
desactivar a las primeras. Y son claves los aportes que pueden
efectuar el estado provincial y los estados municipales para
desbaratar las segundas. En la vida cotidiana de los vecinos de
los barrios de la Provincia, son estas unidades minoristas de venta
las que están presentes, llevando drogas e inseguridad a sus
comunidades. Es por esta razón que resulta clave que los planes
integrales de seguridad local se piensen y ejecuten como herramientas
complementarias de una lucha integral contra el narcotráfico en el
país.