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A 40 años de la campaña electoral más épica del radicalismo, que culminó con el triunfo y el gobierno que gestó la consolidación del sistema representativo, y, que tuvo como epicentro discursivo el recitado del preámbulo, podemos interrogarnos acerca de cuánto de ese contenido ha podido cumplirse.Hemos podido ¿constituir la
unión nacional?, ¿afianzar la Justicia? ¿proveer a la defensa común?, ¿promover
el bienestar general?, ¿asegurar los beneficios de la libertad para nosotros y
nuestra posteridad?
A la luz del devenir de estos
40 años, pero, sobre todo, si consideramos las opciones ofrecidas por la política
en la última elección nacional, es posible pensar que el balance resulta
positivo solo en el aspecto de la consolidación del sistema representativo. No
es poco, pero el tiempo transcurrido es mucho.
Si volvemos la mirada hacia
esas opciones de la última elección nacional, nos encontramos con un radicalismo
cuyo techo aspiracional fue la vice presidencia de alguno de los candidatos del
PRO, cuando quizás debió haber intentado otra estrategia. Es fácil decirlo con
el diario del lunes, pero, la experiencia sirve para no volver a cometer los
mismos errores. Por otro lado, tuvimos al populismo disfrazado de centro y
finalmente al discurso de un extremismo antiestatal y antipolítico al que un
sector del PRO ahora apoya aportando funcionarios como si fuese una experiencia
de cogobierno. Finalmente, el triunfo de esta última opción nos señala que el
hartazgo de la sociedad resultó más fuerte que cualquier tipo de estructura o
aparato político.
Es posible entonces, elaborar
una primera conclusión parcial: pasamos en 40 años, de un candidato que exponía
el Preámbulo como un rezo laico y una forma de avizorar el horizonte al que
debíamos arribar como argentinos, a otro que, en 2023, ganó las elecciones
exhibiendo una motosierra.
Estamos, quizás, ante el
surgimiento de un fenómeno político, cuyo eje pasa por el aspecto económico de
manera extrema, es decir, la organización social vista desde el mercadocentrismo,
dejando en un plano muy
secundario a la democracia,
con una idea de Estado muy diferente al que conocimos.
1) La situación de poder real
que ha logrado construir la UCR con 5 gobernadores, un gran cuerpo legislativo
con diputados y senadores, cientos de intendentes y concejales, representa para
el PRO, un costo difícil de sostener en el marco de la coalición.
2) La decisión casi unilateral
de Macri, de apoyo a la fórmula ganadora, fue exhibida por algunos medios de
comunicación como una fortaleza, pero en términos políticos puede traducirse
como una decisión de temor a la fuga de votos de la derecha dura, que hubiesen
votado igualmente a Milei, dejando a Macri ante un vacío de representación.
Como partido político, tenemos
la vocación de acceder al poder de nuestro país, pero esto no puede suceder de
cualquier manera. La fortaleza transformadora puede encontrarse entre otras
cuestiones en la coherencia y en la preparación. No se puede aspirar al éxito
si se improvisa y se carece de capacidad para interpretar los dilemas que
afectarán a la sociedad.
La política bien entendida
tiene como tarea central la administración del presente y el diseño del futuro.
Pero esto no será posible, si
la mirada se deposita monopólicamente en el aspecto de la maquinari aelectoral,
en el marco de una “candidatocracia” que el PRO intentó instalar desde una
mirada neomenemista hacia adentro de la coalición JUNTOS. La noción de que
primero está la fama y después vendrán las ideas, es central a la hora de
evaluar las causas de los fracasos cíclicos.
Si miramos hacia adelante, es
posible dilucidar que el gran dilema civilizatorio que deberá enfrentar la humanidad
en los tiempos venideros tiene que ver con el empleo, así como, con las formas
en las que se pueda crear y distribuir la riqueza. Podemos decir, que ha
comenzado una transición en la que la inteligencia artificial y la robótica van
reemplazando mano de obra humana no solo poco calificada, sino también, aquella
que posee calificación, en el marco de un mundo convulsionado por la guerra y
el cambio climático irreversible. Sin embargo, y, paradójicamente, poco lugar
ocupó el desempleo tecnológico en la agenda de la política, siendo que
Argentina, es considerado uno de los países con mayor vulnerabilidad al
respecto.
Algunos estudios calculan que
6 de cada 10 empleos podrán ser reemplazados por máquinas en nuestro país.
En cuanto a la creación y
distribución de la riqueza, vivimos en un mundo en el que el 1% de la población
acumula el 50% del PBI global, y, Argentina no es la excepción de esa
situación, exhibiendo una marcada latinoamericanización socio-cultural y
económica que se transformó poco a poco en el pobrismo y el marginalismo
cultural.
Es muy posible que los tiempos
venideros más cercanos sean difíciles y con una gran conflictividad social, no
solo por las medidas que se anunciaron desde el gobierno electo hace pocos
días, sino también, por el nivel de descreimiento que la ciudadanía tiene hacia
determinados sectores dirigenciales.
Por eso es tan urgente
trabajar en la resignificación del rumbo propio, siendo capaces de construir
una alternativa que tenga los atributos necesarios para resultar atractiva
frente a los extremos.
La UCR en tiempos de las redes
sociales y el streaming, también debe poner en valor la cercanía con los afiliados
y la sociedad toda. Interactuando principalmente con organizaciones de la
sociedad civil.
Hace 40 años, en un contexto
completamente diferente al actual, Alfonsín logró conjugar las mejores
cualidades de todo el
significado y significante de la UCR, pero, el eje de su propuesta fue la
promesa de 100 años de democracia, es decir, algo que claramente lo trascendía
en su tiempo de vida. El 83 no es el 2023, la sociedad, la dinámica, la
economía, la cultura, etc. cambiaron y resulta importante poner en valor el
recuerdo, pero más importante aún es proponer el camino hacia el futuro. La UCR
debe salir de esa especie de zona de confort del debate, en la que todo refiere
a la época de Alfonsín.
La ruptura con el subdesarrollo solo es posible construyendo una épica que se confronte con todo lo que ese concepto significa, es decir, imaginar y proyectar el desarrollo en los próximos 50 años, para traducirlo a palabras sencillas, pero, interpelantes de la realidad de cada persona, en el sentido de que seamos capaces de llevarlas a interpretar que la prosperidad se construye aprendiendo de los errores, pero, sobre todo, siendo propositivos y desafiantes. Hagamos cada día más grande a Evolución, impulsemos hacia arriba, desde las localidades, la fuerza y la vocación de poder para representar a nuestros vecinos, agregando a las ideas y los valores, la competitividad electoral. Vamos a construir juntos ese porvenir, hoy empezamos.
Tigre, Provincia de
Buenos Aires 02/12/23
Plenario de Evolución 1° Sección electoral