En un mundo donde la imagen lo
es todo y el "glamour" a menudo oculta realidades complejas, Lourdes
Berro emerge como una voz disonante y valiente. Con una trayectoria en la
industria para adultos que la llevó desde Argentina hasta España, Lourdes
comparte sin tapujos su experiencia, despojando al porno de cualquier
romanticismo y exponiendo las sombras que se esconden detrás de millones de
vistas. En un diálogo exclusivo con Mundonorte.com.ar, Berro nos ofrece una
perspectiva única, combinando pasión personal con una afilada crítica a un
sistema que aún tiene mucho por mejorar.
La decisión y el placer:
Cuando el porno es una elección
Lejos de clichés que asocian
el ingreso a la industria con la necesidad o la falta de opciones, Lourdes
Berro es clara desde el inicio: "Yo no caí en el porno. No fue por
necesidad, ni por falta de opciones. Elegí hacerlo. Me gusta". Su
conexión con el trabajo es profunda y genuina, una expresión personal que
trasciende la pantalla. "Me gusta el sexo, me gusta la cámara, me gusta
expresarme", afirma. Para ella, el trabajo se transforma en una
experiencia liberadora y divertida cuando las condiciones son las adecuadas. "Cuando
se trabaja bien, cuando todo está claro, cuando hay respeto… la paso realmente
bien. Siento que estoy haciendo algo que me representa, que me libera, que me
divierte. No me da vergüenza decirlo: disfruto hacer porno".
Su llegada a España marcó un
antes y un después, brindándole oportunidades para colaborar con productoras
profesionales y explorar nuevos horizontes. Las escenas en las que hay conexión
y un equipo respetuoso son, para ella, un verdadero lujo. "Hubo escenas
que disfruté de verdad, tanto que se me pasó el tiempo volando. Cuando todo
fluye, cuando hay conexión con tu compañero o compañera y el equipo es
respetuoso, es un lujo".
Sin embargo, detrás de cada
experiencia placentera y profesional, Lourdes ha enfrentado una realidad que
pocos se atreven a contar. "Pero también viví cosas muy duras. Hay un
lado de esta industria que nadie te cuenta cuando empezás". Las
agresiones y los abusos de poder son una constante que ha tenido que sortear. "He
sufrido acoso, me han querido pasar por encima, he tenido que poner muchos
límites".
Uno de los puntos más
indignantes de su relato es la impunidad con la que operan algunas de las
empresas más grandes. "Y lo más triste: hay productoras muy grandes que
no me pagaron escenas. Hablamos de empresas con millones de vistas en sus
plataformas que se desentienden como si nada". A esto se suma el uso
indiscriminado y sin consentimiento de su imagen, un flagelo que evidencia la
falta de regulación y ética en el sector. "Y ni hablar del uso de mi
imagen sin mi consentimiento: escenas editadas, re-subidas o vendidas a otras
webs sin que yo lo sepa".
Esta cruda realidad forja
carácter. "Todo esto te va curtiendo. Aprendés a hablar más firme, a
exigir lo que te corresponde, a cuidarte". Berro señala una
vulnerabilidad particular que experimenta: "Porque cuando sos mujer,
migrante y encima laburás con tu cuerpo, muchos creen que pueden hacer lo que
quieran con vos". Además, la entrevista revela otra arista
problemática de la industria: "Sí, hay mucha droga en el medio... son
pocos los que no consumen pero los hay también, yo cero, ya estoy limpia, nada
de nada".
A pesar de las adversidades,
su postura es firme y sin arrepentimientos. "Aun así, no me arrepiento.
Me gusta lo que hago. No lo oculto, no me avergüenza. Pero tampoco lo
romantizo". Esta frase encapsula su visión crítica: la industria, si
bien le brindó oportunidades, también la obligó a crecer y a defenderse. "Esta
industria me dio muchas cosas, pero también me enseñó a defenderme".
Independencia y autonomía: El camino
hacia un entorno más justo
Con una visión clara hacia el
futuro, Lourdes no busca ser productora en el sentido tradicional, sino forjar
su propio camino. "No quiero poner una productora, sí dedicarme a
producir mis vídeos para mis plataformas y no depender de productoras, trabajar
para mí solamente de manera independiente". Este paso representa una
búsqueda de control total sobre su trabajo y su imagen, una respuesta directa a
las experiencias negativas vividas.
Más allá de la imagen: La profundidad
de Lourdes
Finalmente, Lourdes aborda las
percepciones superficiales que a menudo la rodean. Respondiendo a la pregunta
de por qué a veces está seria, su respuesta es un manifiesto de autenticidad. "Porque
soy humana. Porque no tengo que sonreír para ser aceptada. Porque a veces
simplemente estoy pensando, cansada o procesando. No estoy en este mundo para
entretener constantemente con una cara feliz. La profundidad también es parte
de mí".
Cuando le dicen que es
"difícil de entender", ella lo ve como una excusa para no
profundizar. "Tal vez lo soy, pero no porque esté escondiendo algo. Soy
una persona con pensamientos, emociones, historia... como todos". Y
sentencia: "Decir esto suele ser una excusa para no hacer el esfuerzo
de conocerme de verdad. Y yo ya no quiero relaciones a medias".
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