De crecer en una casilla de
madera en Villa Hidalgo a convertirse en una inspiración para miles, la
historia de Selva es un poderoso testimonio sobre cómo romper las cadenas del
"qué dirán" y elegir un camino de autodescubrimiento y amor propio.
Su voz resuena con una seguridad forjada en la adversidad. Selva, una mujer que hoy se muestra libre, sensual y dueña de su destino, confiesa que no siempre fue así. "Hace rato venía sintiéndome muy apagada en la vida en general y no entendía por qué", relata. La respuesta, según ella, llegó en un diálogo profundo con su espiritualidad: estaba reprimiendo su verdadero ser, haciéndose "chiquitita por miedos a los juicios y a las críticas".
Ese sentimiento de opresión se manifestó en ataques de enojo, que ella ahora interpreta como "una revelación de mi ser pidiendo libertad". Finalmente, el quiebre fue inevitable. "Mi ser se cansó de permanecer en el mismo molde y a pesar de todo, hoy elige vivir sin tantos rollos", afirma con contundencia.
Selva es plenamente consciente de que su actitud puede ser un faro para otras. "¡Huy sí, y me encanta!", exclama con entusiasmo. Lejos de ser un acto de vanidad, su exposición es una declaración de intenciones. "Me gusta inspirar a otras mujeres a salir adelante, a que se amen, a que se animen a más. Es hermoso el poder inspirar y acompañarlas".
Consultada sobre la relación entre mostrar su cuerpo y su energía sexual, aclara que el foco es otro. "Más que activar mi deseo sexual es sentirme cómoda, libre, segura y sensual con mi imagen. Eso sí que activa mi energía sexual", explica, desmitificando prejuicios y centrando la discusión en la autoaceptación y la confianza.
Este viaje hacia afuera comenzó con una profunda exploración interior. Para ella, el autoconocimiento y la autosatisfacción van de la mano. "El autoconocimiento es muy poderoso, porque no solo permite conocerse a profundidad, sino que nos da la posibilidad de sabernos entender, de saber cómo funcionamos y redescubrirnos", detalla. Este proceso, asegura, le ha otorgado el poder de transformar su vida en áreas como la salud, el dinero y el amor.
La "Selva anterior" era una mujer que buscaba desesperadamente la aprobación externa, lo que la mantenía en una espiral de "constante frustración y tristeza". Hoy, la diferencia es abismal. "Después de tantas caídas y subidas, entendí que todo lo que siempre buscaba estaba dentro mío y que solo tenía que mirarme, reconocerme y dármelo yo misma", reflexiona.
Para aquellas que aún dudan en dar el paso, Selva comparte su historia más cruda como motor de inspiración. "Yo salí del barrio de Villa Hidalgo en una casita de madera con una madre muy violenta y un padre ausente. Nos quedamos en la calle, mudándonos de villa en villa", recuerda. Esa infancia, marcada por la falta de amor y la carga de los estigmas, la llevó a padecer depresión, ansiedad y ataques de pánico.
Hoy, a sus 30 años, el panorama es radicalmente distinto. "Amo mi vida, tengo una hermosa y sana familia, una relación soñada, mi casa amada y gente hermosa que me rodea", enumera con gratitud. Su próximo sueño es, precisamente, formalizar su misión: ayudar a otras mujeres a sanar, recuperar su poder y construir la vida que desean.
Su mensaje final es un llamado universal a la acción: "Mira todo lo que esa niña, que se sentía tan sola y despreciada, logró gracias a elegirse a sí misma. ¿Cómo no vas a poder vos? Si crees que no tienes valor, empieza por cambiar esa percepción de ti. El valor está, solo tienes que recordar. Así arranqué yo". Seguila en instagram aquí
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