Por Román Reynoso para Mundo
Norte
El Gran Premio de Qatar de
Fórmula 1 no solo fue una competencia vibrante, sino un verdadero laboratorio
de análisis estratégico, signado por una inusual regla que limitaba a 25 el
máximo de vueltas para cada juego de neumáticos. En ese contexto de cautela
obligada, la jefa de estrategia de Red Bull Racing, Hannah Schmitz, emergió
como la figura decisiva al tomar una determinación que resultó crucial para la
victoria de Max Verstappen.
Schmitz, encargada de recibir
el trofeo del equipo en el podio, reveló a la prensa especializada los detalles
de la audaz maniobra que ejecutó bajo el auto de seguridad provocado por el
incidente entre Pierre Gasly y Nico Hülkenberg en la vuelta siete.
Mientras muchos equipos,
incluido McLaren con Oscar Piastri y Lando Norris, optaron por mantenerse en
pista, Red Bull decidió ingresar a boxes. "Antes de la carrera, ya estaba
decidido que pararíamos apenas se abriera la ventana del coche de seguridad.
Era el plan. Si salía el auto de seguridad en la vuelta siete, ambos coches
[entrarían]", explicó Schmitz a Motorsport.com, fuente de esta
crónica.
La ventaja de una parada
gratuita La ejecutiva defendió la decisión con una lógica implacable, clave en
la ingeniería de carrera moderna. "Es una ventaja tan grande hacer una
parada bajo coche de seguridad cuando sabes que debes hacer dos, que para nosotros
estaba claro que teníamos que hacerlo. Y creo que muchos equipos en el pitlane
pensaban lo mismo", detalló.
Sin embargo, la divergencia de
McLaren generó dudas internas en un momento de altísima presión. "En la
vuelta de entrada a boxes escuchamos que McLaren se iba a quedar fuera. Todo el
mundo decía: '¿Estás segura? ¿Segura que quieres hacer la parada?' Y yo dije:
'Sí, absolutamente'". La estratega mantuvo su temple y convicción,
consciente de que la ganancia de tiempo era "simplemente enorme".
La victoria de Verstappen con esta estrategia no solo afianzó su posición en la cumbre, sino que la no parada de McLaren —un movimiento que Schmitz atribuyó a la complejidad de las reglas internas del equipo británico para tratar con justicia a ambos pilotos— terminó por reconfigurar la compulsa. Con Piastri en el segundo escalón y Norris cuarto, la definición por el título de pilotos se extiende, con un apasionante escenario de triple contienda que tendrá su definición final en la próxima cita en Abu Dhabi. Un claro ejemplo de cómo la fría planificación y la ejecución precisa pueden inclinar la balanza en la élite del automovilismo.
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