El futuro desde la perspectiva de Caritas:
¡Todos hambrientos de
justicia, equidad, sostenibilidad ecológica y corresponsabilidad!
El mundo atraviesa desde
hace algunos años una crisis sin precedentes, que se caracteriza por sus
dimensiones sistémicas e internacionales. En realidad, es una conjugación de
varias crisis: alimentaria, energética, climática, financiera, económica y
social, que tienen como consecuencia el aumento de la desigualdad, la exclusión,
la violencia, la agudización de los conflictos, la migración forzosa, el
empobrecimiento de un número cada vez mayor de personas y el escándalo de 1000
millones de personas que sufren el hambre.
Frente a esta crisis, Caritas Internationalis, una Confederación mundial
de 164 organizaciones solidarias católicas, reafirma su enfoque de un desarrollo
integral humano solidario, entendido como un enfoque completo que tome en
consideración la interdependencia de la familia humana y su bienestar, en sus
diferentes dimensiones: económica, social, política, cultural, ecológica y
espiritual, con el fin de alcanzar una sociedad basada en los principios de la fraternidad,
la justicia, la equidad y la solidaridad. Caritas defiende el enfoque del
desarrollo humano, a través del respeto y la realización de los derechos
humanos (incluyendo el derecho al desarrollo). Erradicar el hambre, la pobreza
extrema y la exclusión, son las prioridades fundamentales de Caritas.
Llamamos a un
cambio de paradigma, a una nueva civilización de amor por la humanidad, que
ponga la dignidad y el bienestar de hombres y mujeres en el centro de toda
acción. Todo compromiso que se tome en la cumbre de Río + 20 debe validar esta
perspectiva. Llamamos a los líderes del mundo a afrontar este desafío, con
valentía y confianza, con el fin de que esta cumbre sea un mensaje de esperanza
para la humanidad y sobre todo para los pobres y excluidos.
“Sin verdad, sin confianza y amor por lo
verdadero, no hay conciencia y responsabilidad social, y la actuación social se
deja a merced de intereses privados y de lógicas de poder, con efectos
disgregadores sobre la sociedad, tanto más en una sociedad en vías de
globalización, en momentos difíciles como los actuales.” (CiV 5)
En el camino hacia
ese cambio, en el que esperamos que la cumbre de Rio+20 sea una piedra miliar, hay
cinco elementos/dimensiones que son fundamentales:
1) Un futuro sin hambre
Llamamos a los líderes
a hacer de la lucha contra el hambre una prioridad y asegurar el derecho a la
alimentación. La alimentación es la base para poder
desarrollar nuestras capacidades y talentos. Si, como el documento cero afirma,
1/6 de la población del mundo está subalimentada (el 75% de ellos son
pequeños campesinos), esta misma población no puede
contribuir plenamente al bienestar de sus comunidades, ni de sus familias. Estamos
desperdiciando importantes recursos humanos, que son esenciales para la salud de nuestro
planeta. El hambre hoy tiene causas sistémicas. Llamamos a intervenciones
coordinadas para hacer frente a crisis alimentarias a corto y largo plazo. La
única hambre que deberíamos sufrir es hambre de justicia, equidad,
sostenibilidad ecológica y corresponsabilidad.
Puntos de
acción/recomendaciones:
- El acaparamiento de tierra: es urgente mantener la
utilización de la tierra para la agricultura y no cambiar su destino, para
producir recursos energéticos
- Volatilidad de precios: Llamamos a las instituciones
financiarías a controlar que los precios de los alimentos no estén sujetos
a efectos de especulación, en los mercados;
- Soberanía alimentaria: es urgente revisar los
tratados de libre comercio y proteger la soberanía alimentaria, para que
naciones y comunidades no tengan que importar alimentos que ellos mismos
pueden producir
4. Distribución de alimentos: es urgente revisar conceptos
de distribución de alimentos, optando por la cercanía y el comercio solidario,
valorando a los pequeños agricultores y pescadores y apoyándolos activamente.
5. Fomentar el desarrollo de comunidades rurales
6. Mujeres mas afectadas por la pobreza y el hambre:
Asegurar a mujeres campesinas el acceso a medios económicos, técnicas y educación
2) Un futuro con una visión
Llamamos a que se
mantenga la visión contenida en los Objetivos de Desarrollo del Milenio y el
compromiso de los líderes para aplicarlos. Representan hoy una hoja de ruta
para el desarrollo sostenible y un mundo más equitativo. Es importante
profundizar el sentido y la necesidad de estos objetivos con las personas más
afectadas, de manera que puedan ser adaptados a las necesidades de hoy. Además es
esencial que, en un marco renovado, dichos objetivos contengan compromisos por
parte de los países desarrollados para implicarse en la promoción de un modelo
de desarrollo a favor del bienestar de toda la humanidad, priorizando la
justicia, la equidad, la sostenibilidad ecológica y la corresponsabilidad.
Un marco renovado
debería ser:
- holístico hacia el desarrollo sostenible, que
imponga un modelo ético en favor del bienestar de las personas,
priorizando la justicia, la equidad, la sostenibilidad ecológica y la
corresponsabilidad
2. respetuoso de los derechos humanos y los derechos de la Tierra , en búsqueda de una
convivencia armónica del ser humano con la naturaleza.
3. de lucha contra la pobreza, basado en los Derechos
Humanos (el derecho a la alimentación) que permita instaurar una agenda
eficiente y creíble;
4. que actualice el ODM n° 8 (fomentar una alianza mundial
para el desarrollo) a través de una gobernanza inclusiva y solidaria, que tenga
en consideración las voces de los más vulnerables, con la financiación del desarrollo (mantener
compromisos sobre la financiación de desarrollo);
5. que incluya un mecanismo de corresponsabilidad y
rendición de cuentas a nivel nacional, regional y global con máxima inclusión
de la sociedad civil
3) Un futuro que en el que cuidemos de nuestra casa: La creación
Llamamos a que la capacidad transformadora del ser humano
sea utilizada para el cuidado de la creación y se incentiven activamente
proyectos, ideas y medidas, que cuiden del medio ambiente. Nuestros ambientes
de vida, sean rurales o urbanos, se deben caracterizar por una vida digna y
sana, con máxima sostenibilidad ecológica. El aspecto de conquista y
explotación de los recursos naturales ha llegado a predominar y extenderse,
amenazando hoy la misma capacidad de acogida del medio ambiente: el ambiente
como ‘recurso’ pone en peligro el ambiente como ‘casa’. La incontrolada
transformación del territorio, por la actividad humana, favorece el aumento de
la vulnerabilidad de los espacios y las sociedades, trayendo también
inequitativas consecuencias al afectar principalmente a los grupos más pobres y
desfavorecidos, quienes muchas veces no son actores causantes de prácticas
riesgosas.
1. Financiar e implementar la adaptación y resiliencia al
cambio climático para los grupos mas vulnerables instaurando mecanismos de
participación ciudadana
2. Establecer una institución a nivel mundial que haga
monitoreo y vigile implementación sobre los desafíos del cambio climático
3. Responsabilizar a las empresas y a los gobiernos para que
en cada actividad económica haya un estudio de su impacto medio-ambiental y
social en un dado territorio
4) Un futuro con un nuevo marco económico verde
Caritas apoya la idea de una economía verde, a condición de
que respete principios éticos, de equidad y solidaridad. Llamamos
a que la construcción de una visión de “economía verde” no sustituya, o deje
fuera, los planteamientos correspondientes al “desarrollo humano, integral y sostenible”
que se han construido por décadas, ya que hay una genuina preocupación de parte
de organizaciones en todo el mundo de que el nuevo concepto de “economía
verde”, lleve en sí mismo el modelo de mercado como eje fundamental, y por lo
tanto refuerce los principios neoliberales del crecimiento come meta; el
mercado come gestor de la sostenibilidad; la adjudicación de precios más allá de lo imaginable; mayor
privatización de los bienes comunes (agua, océanos, bosques); y planes de ajuste estructural ambiental. La Doctrina
Social de la
Iglesia es definitiva en el llamado a buscar nuevas maneras
de distribución y privilegiar a la persona, en toda su integralidad, sobre todo
a los sujetos más vulnerables, para que tengan una vida digna, y esto confronta
claramente muchos de los principios del modelo centrado en el mercado. El nuevo
marco económico no tiene que centralizarse en la maximización de beneficios
sino que tiene que favorecer el trabajo digno, dando esperanza sobre todo a esos
miles de jóvenes que están sin trabajo.
1.
La economía verde no sustituye el
desarrollo sostenible, mas bien es un nuevo enfoque económico que tiene como
parte integral ético el cuidado del ambiente y el desarrollo sostenible para
todos y todas.
La economía verde puede ser una respuesta a
las nuevas exigencias de desarrollo de la humanidad, a condición de que:
2.
se instaure la responsabilidad de todo el
sector de la empresa, y en particular de las empresas multinacionales con
respecto a sus filiales (fortalecer la obligación de transparencia en materia
de cumplimiento de estándares internacionales, en lo que se refiere al impacto
social, medioambiental y en los derechos humanos);
3.
se apoye la colaboración entre la sociedad
civil y los gobiernos, con el fin de posibilitar una gestión eficaz de los
recursos naturales, que sea justa y adaptada a la diversidad de los contextos locales, respetando el principio de
subsidiariedad;
4.
se consulte, antes de permitir actividades
extractivas o industriales u otras en tierras comunes, a las comunidades
directamente afectadas mediante procedimientos ordenados de consulta previa,
aplicando lo establecido en la
Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas, y el Convenio OIT Nº 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales
en Países Independientes;
5.
se preserven y desarrollen los bienes
comunes, apoyándose en grupos de personas que definan reglas de conservación y
acceso a los bienes naturales necesarios a la vida;
6.
se establezcan nuevas formas de producción
y consumo que respeten los límites naturales de reproducción de la vida,
contribuyendo a la conservación de la biodiversidad y la naturaleza;
7.
se considere, dentro de la propuesta de
crear una Organización Mundial del Medio Ambiente (ONUMA), la participación y
la representación en esta de todos los pueblos, comunidades y territorios con
voz y voto;
8.
se incluya la lucha contra las drogas que
contaminan el ambiente durante su cultivo intensivo y sobre todo durante su
producción, pero no solo en esa fase inicial, sino particularmente y con más
intensidad, en la demanda de consumo y comercialización, sin
lo cual no habría producción;
9. que los países
pertenecientes a los grupos con mayor influencia económica (G7, G8 y G20), y
responsabilidad sobre los impactos medio-ambientales hoy experimentados, se
comprometan de manera irrenunciable y definitiva a acatar los resultados
propuestos en la cumbre Río+20, por la colectividad de estados pertenecientes a
Naciones Unidas; y que de ninguna manera asuman decisiones aisladas o
correspondientes a los intereses de sus grupos reducidos, que suelen ir en
detrimento de acuerdos mayores que implicarían una mayor responsabilidad de su
parte para tomar parte en la mitigación de los efectos del modelo centrado en
el crecimiento que encabezan;
10.sea creadora de trabajo decente y para
asi dar un sentido y esperanza a los muchos jóvenes sin empleo.
1) Un futuro que respete mujeres y hombres
creados a imagen de Dios: un nuevo contrato social
Llamamos a desarrollar
un código de conducta para una ciudadanía global solidaria, es decir, definir
un nuevo contrato social, que tome en cuenta nuestra interdependencia y llame a
actuar como ciudadanos responsables, por el bien común. Todos somos
consumidores de los productos de la creación y, como sujetos responsables,
podemos optar por maneras de vivir que favorezcan el desarrollo, cuiden el
medio ambiente y reduzca los efectos negativos para los más pobres. Por eso,
proponemos un modelo económico que incluya dinámicas de democracia
participativa y promueva la dignidad humana, el desarrollo humano sostenible y
la distribución de la riqueza. Llamamos a todas las personas de buena voluntad
de establecer una cultura de respeto y de dialogo que aplique el acceso a los
derechos y la justicia.
Como Caritas,
proponemos:
o Un código en el que reconocemos nuestras responsabilidades
y el impacto de nuestras acciones para la sociedad y el medio ambiente y
optamos por un estilo de vida y opciones respetuosas por la dignidad de hombres
y mujeres y por el bien común.
o una economía donde los trabajadores puedan participar de
las ganancias, decisiones y de la propiedad de las misma empresas;
o un sistema tributario que grave las ganancias que no se
reinvierten y que permita financiar salud y educación de excelencia;
o una banca estatal que no cobre intereses sino gastos
administrativos, que renuncie a la lógica de ganar dinero del mismo dinero;
o un sistema abierto donde el ser humano no sólo sea
productor y consumidor, un sistema cuyo motor no se centre en la avaricia ni la
competencia de perdedores y ganadores;
o un sistema que dignifique al ser humano para que no se
pierda en la búsqueda de un falso éxito a costa de la propia vida;
o un sector empresarial que asuma su responsabilidad con el
ambiente libremente o por medio de mecanismos legales que los Estados deben
ordenar, priorizando la sostenibilidad ecológica antes que el afán de lucro;
o una sociedad que promueva el empleo digno y el salario
digno, en el marco de comunidades solidarias, que respeten las diversidades
étnicas, culturales, generacionales, de género y otras.
o Una sociedad que promueva el igual acceso de hombres y
mujeres a derechos, medios económicos y técnicos, educación.
En el marco de su
campaña contra la pobreza Caritas se compromete a movilizar profesionales,
voluntarios, empresas y otras personas de buena voluntad a adherir a esos
principios y a implementarlos en su trabajo.
Roma, Junio 2012