Por Román Reynoso para Mundo
Norte
En un cierre de año cargado de
autocrítica y definiciones políticas en Pilar, la militancia radical llamó a
reorganizar el partido ante la acefalía provincial. El mensaje fue contundente:
horizontalidad, territorio y una nueva voz para el radicalismo bonaerense de
cara a lo que viene.
El radicalismo de la Primera
Sección Electoral cerró un 2024 complejo con un encuentro de camaradería en Pilar,
que sirvió no solo para el tradicional brindis de fin de año, sino como
plataforma para lanzar un duro diagnóstico sobre la realidad partidaria y
trazar la hoja de ruta para el 2026.
En un clima de reflexión,
donde se destacaron las presencias de figuras del "grupo militante de
Pilar" y amigos de otros espacios políticos, el discurso central puso el
dedo en la llaga sobre la situación de la oposición en la Provincia de Buenos
Aires. "Es un momento muy difícil para el radicalismo porque pareciera
que el partido no encuentra su lugar", se analizó durante el
encuentro, marcando una distancia clara con las estructuras del pasado
inmediato.
La definición más fuerte de la
jornada resonó con peso propio en el escenario político bonaerense: "Juntos
por el Cambio, el último proyecto político que integramos, desde diciembre de
2023 no existe más". Ante la falta de conducción partidaria clara en
la provincia y lo que se describió como una "construcción que pareció
volver a romperse" tras la elección nacional, el llamado fue a "organizarnos
de abajo hacia arriba".
Lejos del desánimo, el
encuentro en Pilar funcionó como un punto de inflexión para revitalizar la
militancia territorial. La propuesta surgida del brindis es clara: ante la
incertidumbre de las superestructuras, la respuesta es la organización
distrital y la cooperación horizontal. "La política partidaria
territorial tal vez no tiene el peso de antes, hay que hacerla de otra
manera", se advirtió, instando a una inserción más profunda en la
sociedad civil y en las redes de difusión.
El objetivo planteado para el
retorno de la actividad en febrero es ambicioso: consolidar un espacio en la
Primera Sección que le devuelva la voz al radicalismo, pero con "humildad"
y vocación de poder real. Se busca un partido que discuta con profundidad el
rol de un Estado eficiente y una economía racional, pero siempre con la mirada
puesta en "los problemas de todos los días de la gente".
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