Los resultados de ayer,
aunque provisorios, son más que suficientes como para provocar un tembladeral a
lo largo y ancho del PJ. Es que, por primera vez en una elección legislativa
desde 1997, el peronismo retrocede en la mayor parte de los distritos. El mayor
beneficiario de esta tendencia es la UCR, en general por alianzas con la
Coalición Cívica, el Partido Socialista y Proyecto Sur. Éstos son algunos de
los ejemplos más salientes: en Mendoza, Julio Cobos arrasó con el 44,13% al
Frente para la Victoria, que obtuvo el 26,4%. En el feudo K, Santa Cruz,
Eduardo Costa con Juntos por el Cambio superó con el 44,54% al FpV, que sólo
alcanzó el 22,94%. En una provincia esencialmente peronista como es La Rioja,
el Frente Cívico Riojano, conducido por los radicales, le ganó al FpV con el
41,42% contra el 37,83%. Aliada al socialismo, la UCR compartió con Hermes
Binner su apabullante triunfo con el 41%. No es menos significativo que en el
Chaco, aun ganando con el 46,38%, el kirchnerismo apenas superó a la coalición Unión
por Chaco, que consiguió el 40,85%. Y en Córdoba, el triunfo de la delasotista
Unión por Córdoba, con el 30,05%, estuvo seguido de un buen resultado de la UCR
con el 23,5%. Por último, Ricardo Alfonsín y Margarita Stolbizer consiguieron
capitalizar el antiperonismo bonaerense y UNEN demostró en Capital que puede en
octubre superar al PRO y quedarse con los dos senadores.
Este resurgimiento del no
peronismo va acompañado de otra señal fuerte: en los dos distritos grandes
donde se impuso el justicialismo, Buenos Aires y Córdoba, lo hizo bajo las
banderas rebeldes de Sergio Massa y José Manuel de la Sota. A esto hay que
sumarle el resurgimiento de Mario Das Neves en Chubut. Para el conjunto de los
gobernadores del PJ el mensaje de las urnas parece claro: de profundizarse esta
tendencia, en el 2015 la mayor parte de las provincias pasarían a ser
gobernadas por coaliciones de centro izquierda con eje en la UCR. La sensación
de peligro y el malestar que ya recorre las filas del PJ habrían sido captadas
ayer mismo por Massa. Su vocero, en la noche de su mayor triunfo, no fue un
dirigente bonaerense sino el ex jefe de gabinete Alberto Fernández, un
infatigable promotor de la conformación de un frente disidente en todo el país.
En el mismo sentido hay que apuntar que, en su breve discurso de anoche, el
tigrense habló como un precandidato a presidente más que como un dirigente
bonaerense.
Ante la posibilidad cierta
de una crisis en la cúpula del PJ, ayer Daniel Scioli también estuvo en cierto
modo entre los ganadores. Él se ofrece como la solución más confiable para que
el peronismo renueve su marketing para el 2015, escondiendo a las figuras más
impresentables del elenco cristinista y poniendo en marcha la continuidad con
cambios. No hay duda de que el gobernador bonaerense influyó para que la
candidatura de Martín Insaurralde alcanzara los 30 puntos. Pero de acá a
octubre, el ex motonauta enfrenta una prueba de fuego. Si el Frente Renovador
apabulla a FpV en las urnas, quedaría asociado a esta catástrofe y sus pretensiones
presidenciales podrían sufrir un serio deterioro. Curiosamente, en este tablero
será muy importante lo que haga un ex aliado de suyo, Francisco de Narváez.
Éste enfrenta una opción de hierro. Con la actual tendencia, corre el riesgo de
que su cuarto puesto de ayer se derrumbe en octubre si en sus filas se produce
una corrida de dirigentes en dirección a Tigre. Como salida, le quedaría darle
a la Casa Rosada un golpe mortal. Podría, por ejemplo, retirarse de la
contienda electoral apoyando a Massa para presidente y quedándose él como
candidato a gobernador. De este modo, el Frente Renovador podría recibir más
votos denarvaístas y sacarle más de 10 puntos de ventaja al kirchnerismo.
¿Habrá cambios?
En su discurso de ayer, la
presidente hizo lo que mejor le sale, esto es, negar la realidad y reafirmar
que todo seguirá igual. Pero su margen de maniobra se estaría reduciendo en
forma alarmante. Es obvio que para revertir en alguna medida el malestar de la
clase media, el gobierno debería aflojar ahora el cepo cambiario y contener la
inflación, lo que no le resulta fácil. También la voz de las urnas deja ahora
expuesta a Cristina a recibir un golpe muy serio por parte de la Corte Suprema
de Justicia, si ésta en los próximos días confirma el fallo favorable a Clarín
declarando la inconstitucional de la ley de medios que dictara la Sala I de la
Cámara Civil y Comercial Federal. El resurgimiento radical y en particular la
buena elección de UNEN en la Capital son un fuerte respaldo a la independencia
del Poder Judicial, que la Corte podría aprovechar en cualquier momento. Ayer
Sergio Berni, aunque muy fugazmente, insinuó que se vienen cambios en el
oficialismo. Hasta ahora, la presidente ha demostrado ser extremadamente
conservadora en sus políticas y en el mantenimiento en sus cargos de
funcionarios extremadamente desgastados. Desprenderse ahora de Guillermo Moreno
y algunos otros podría servirle al gobierno para reposicionarse en la campaña
electoral. Sin embargo, la lógica de CFK, al menos hasta ahora, pasa por
aferrarse a sus errores hasta las últimas consecuencias.
By Carlos Tórtora