Saín manejó y traspasó la Policía Aeroportuaria de Néstor Kirchner
Por primera vez los intendentes
comienzan a discutir profundamente el rol de las policías, la responsabilidad
política territorial en la criminalidad y el pase de facturas social frente a
los palacios municipales o las propias casas de los jefes comunales. La
intención va mucho más allá de aquel delirio de Helios Eseverri, cuando le
pedía a Eduardo Duhalde ser jefe de la policía en Olavarría, como si la ciudad
fuera una estancia dentro del territorio bonaerense y el Municipio su casco.
Esta vez los distritos en problemas -no se trata de los multitudinarios del
Conurbano- están golpeados por los cambios en métodos y causales de los actores
delictivos y por la actuación policial, que atraviesa todas las capas del
crimen, su recaudación y su parentela política. La experiencia de Junín fue
reveladora. Y hoy Mar del Plata está viviendo un debate profundo con un Gustavo
Pulti decidido a tener una policía comunal con armas y mando político desde el
Municipio. Es el mismo planteo de José Eseverri en el discurso de apertura de
sesiones, cuando habló de la necesidad de una policía comunal y eligió el
proyecto del diputado Marcelo Saín (Nuevo Encuentro - Martín Sabbatella).
Saín manejó y traspasó la Policía
Aeroportuaria de Néstor Kirchner. Pero antes había sido viceministro de
Seguridad cuando el ministerio era conducido por Juan Pablo Cafiero. Hablar
pública y descarnadamente del vínculo delito - policía - política le costó el
puesto. Hoy en una banca de la Cámara de Diputados de la Provincia, habló con
este medio sobre las diferencias de las policías comunales que proponen él y
Daniel Scioli.
-José Eseverri habló de la
implementación de la policía municipal en Olavarría y eligió su proyecto. ¿Cuál
es la diferencia con otros?
-Lo que regula hoy las policías
comunales es la ley que unifica las policías provinciales. Es la 13.482 de 2006
y el autor es Arslanian, que dos años antes saca una ley que crea policías
comunales en el interior, en distritos de menos de 70.000 habitantes. Porque en
las de mayor cantidad habilita las policías distritales. A través de convenios
con los intendentes creaban policías que consistían en que el intendente
formulara políticas preventivas y estrategias para que sean aplicadas por el
comisario. Las tenía que cumplir y punto. No dependía administrativamente, en
ascensos, capacitaciones y selección del Intendente, sino del sistema de
seguridad provincial. El intendente no tenía la facultad de imposición.
-Es decir que podía
tranquilamente hacer lo que quería.
-De hecho es eso lo que ocurrió. Una
ley muy mal escrita, engorrosa, que dice que "el jefe deberá cumplir las
directivas e informar a requerimiento del intendente las acciones
realizadas" (lee el artículo completo). Le tiene que ir informando. No es
una dependencia directa. No es que el intendente manda, no es el jefe porque le
traspasaron el mando. Esto es lo que está vigente ahora, cuando los comisarios
generalmente terminan haciendo lo que quieren porque están compelidos a una
recaudación de fondos -de guita del crimen- para remitir a las departamentales
de tal envergadura en los últimos dos años, que eso transformó la vida
institucional de la policía de abajo. Te lo dicen los oficiales, los jefes. Uno
tiene la impresión desde afuera y desde el progresismo que son todos
camanduleros, pero hay tipos que están desesperados, que tienen 30 años ahí
adentro, que si se van no tienen otro trabajo.
Saín: "No hubo un solo intendente sciolista que saliera a respaldar ese proyecto."
-Usted cree que no son todos
camanduleros, es decir, que pueden estar 30 años en la fuerza limpiamente...
-No, pero hay matices. Los que te
llaman y te dicen "no aguanto más, es una barbaridad lo que nos están
haciendo", ese tipo no forma parte de la camándula, si no no te llama.
Forman parte de una lógica de la institución, pero no están dispuestos a
negociar con narcotraficantes. Hubo un jefe de una comisaría de zona Sur que,
cuando asume, el jefe anterior le había dejado el listado de narcos. Estaba
espantado. En más de la mitad del interior de la provincia de Buenos Aires
tenés policías organizadas así. El proyecto de Scioli es extender este modelo a
las intendencias de más de 70.000 habitantes y lo redactó exactamente igual que
la ley de Arslanian. Lo que yo te leí es lo mismo en el proyecto que en la ley.
-Es decir: el problema está en
conceder o no el mando al intendente y hay una decisión política provincial de
no hacerlo…
-¿Por qué no quieren hacerlo?,
¿por qué no quieren que el intendente tenga la conducción del jefe de la
distrital?, porque ahí está la recaudación, es el control de la calle. No hubo
un solo intendente sciolista que saliera a respaldar ese proyecto. Le dicen
"Danielito, todo bien, vos me pasás a mí la responsabilidad pero no me
pasás el mando". Y eso es lo que estamos viendo en los municipios chicos.
El sistema es el mismo.
-¿Y el proyecto alternativo?
¿Concede toda la responsabilidad política e institucional al Intendente?
-Nosotros planteamos que es un
proceso mucho más complejo, pero tenemos que transferir las funciones de
seguridad preventiva -no de investigaciones ni de operaciones especiales ni de
mantenimiento del orden público- a aquellos municipios que lo requieran a
través de una ordenanza especial -es decir con mucho consenso- para los de más
de 100.000 habitantes porque la descentralización en pequeños municipios no
funcionó en ningún lugar del mundo. Puede ir acompañado de un traspaso del
personal o no. En esa ordenanza se decide el traspaso de infraestructura y si
quiere el personal que ya está trabajando en seguridad preventiva...
-O prefiere renovar todo y poner
personal propio sobre el que pueda ejercer real control e influencia
política...
-Y también el traspaso de los
fondos que la Provincia gasta hoy. Por eso requiere de la formación de una
comisión técnica entre intendencia, Provincia y Parlamento. Hay cosas que
tienen que ser negociadas, porque el sistema comunicacional es integral a nivel
municipal y provincial. Nosotros tenemos la experiencia del traspaso de la
Policía Aeroportuaria y no es tan sencillo. No es como pasar todas las mesas y
las sillas de una oficina a otra.
-Entonces, ¿el mando es absoluto
del intendente y lo que haga la policía será su responsabilidad política?
-Totalmente. El mando
administrativo y el mando político institucional. La dotación policial pasa a
ser parte de la dotación del intendente. El es el responsable ante la gente. Si
su policía hace barbaridades -como pasa en algunos distritos del Conurbano-, ya
no le pueden echar la culpa a la Provincia. Hay quienes dicen que el sistema no
va con los intendentes malos y yo les digo "ganales en las urnas".
Porque ahí depende de la legitimidad política; si no, no hagas elecciones en
esos distritos. Retirá la democracia, porque siempre ganan ellos. El esquema
institucional es instrumental. De todas maneras, los tipos que tienen un
dominio de la Bonaerense por izquierda no quieren policías municipales. Pero sí
los que dicen "yo estoy pagando todos los costos de todos los quilombos de
la policía y las movilizaciones me las hacen a mí"; los que ven los
conflictos que se producen en Junín, en otros lugares y después los tienen
ellos, preguntale a la intendenta de Cañuelas, a (el intendente de Junín,
Mario) Meoni, a Lucas Ghi con la policía de Morón, a veces uno cree que es zona
liberada para Ghi porque es de Martín Sabbatella, pero después ves que pasa en
Tigre, en San Isidro. En San Isidro sacaron al jefe distrital esposado porque
manejaba una banda de delincuentes que robaban en el centro de Martínez.
-¿Qué posibilidad hay de que su
proyecto se imponga al del Gobernador?
-A todo el mundo le encantó el
proyecto mío, y al massismo, que era el más activo planteando esto, también.
Pero lo que sé que están haciendo ahora es negociar con Scioli.
-Eseverri es massista y sin
embargo eligió públicamente el proyecto Saín.
-El massismo, en la Cámara de
Senadores que encabeza D’Onofrio está tratando de unificar un proyecto con
Casal. Por eso yo no estoy en la mesa. Yo les ofrecí viajar a Barcelona para
conocer la experiencia catalana, pero ahora están negociando con Casal. Lo de
Eseverri, no sé. Massa le puede dar órdenes a D’Onofrio porque él lo puso, pero
no a Eseverri. Que es el primer massista que hizo público que técnicamente era
el proyecto que convenía. Cuando antes lo habíamos hablado con Jorge Macri, con
Gustavo Posse, con el propio Massa.
-Pero el resto se mantuvo en
silencio y ahora negocia con Scioli...
-Creo que cuando vieron el
proyecto mío se dieron cuenta de la envergadura del problema. Cuando les
empiezo a hablar de la enorme complejidad, se asustan. Lo que está detrás de
esto es el fin de la Bonaerense. Lo que nadie observó es que es la primera vez
que se están reclamando reformas en la policía por parte de actores políticos
clave, no por parte de técnicos en situaciones de crisis. El poder político con
representación con votos nunca había jugado. Y lo está haciendo ahora. Son
tipos que se paran frente a la Presidenta y le dicen "sabe qué, yo manejo
500.000 votos".
"Llaman desesperados"
-¿Usted es de los que creen que
hay buenos y malos, o prefiere que el problema es una institución profundamente
corrupta?
-Creo que hay gente rescatable,
sobre todo en el interior. Vos tenés 60.000 personas adentro. Muchos que están
dispuestos a trabajar bien, en un contexto determinado. Te doy el ejemplo de un
jefe de una departamental importante de zona Sur. Lo sacaron de ese puesto hace
dos meses. Me llamó el mes pasado desesperado y me dijo "la mitad de los
comisarios me los puso (el ministro de Seguridad, Ricardo) Casal y yo no tengo
trato con ellos, son las comisarías más rentables; la otra mitad la manejo yo.
Le pregunté: ¿por qué no te vas? Y me dijo: "porque yo estoy a punto de
ascender a comisario inspector. Si me voy con ese cargo, me voy con 12 mil
pesos. Si llego a comisario mayor, me voy con 18 mil". Estos tipos hace 25
años que están ahí adentro y no saben hacer otra cosa.
-Pero a 25 o 30 años no se llega
indemne. ¿Cuánto hay que transar para llegar a ser comisario?
-A veces terminan en el cargo de
jefatura porque se va limpiando a los demás por conflictos, por crisis. Vos
tenés tipos con 20 años de antigüedad ocupando lugares que en la vieja Maldita
Policía ocupaban sólo los comisarios mayores. Hay un nivel de deterioro cuando
los comisarios que llegaban a conducir comisarías en los años 90 tenían jefes
de calle que no eran menos que subcomisarios. Ahora tenés un pibe de 25 y diez
años de antigüedad que se formó en la policía desmadrada. La calle era fundamental.
Hoy es un desastre. Hoy hay negocios de jefes de turno que no conoce el
comisario o un jefe departamental tenía la mitad de las comisarías que las
recorría ese chorro que se hacía pasar por policía para juntar la guita y se
presentaba como hombre de Casal.
-No se ven salidas
institucionales serias y no contaminadas…
-Este desmadre genera algo a
nivel político: que es que por primera vez representantes del voto popular
dicen yo no quiero ser jefe de la policía, pero si no lo soy esto me lleva
puesto. Esto unifica los criterios de todos. Eseverri no quiere ser jefe de policía
seguramente, ni imaginó ser intendente para tener policía municipal; Pulti
tampoco, pero el problema de Pulti es que le van a prender fuego la
municipalidad. Le asesinan a un tipo de clase media un conjunto de cachivaches
que responden a un jefe de calle... y lo saben, ellos. Entonces está
desesperado. Lo estamos ayudando a terminar de darle contenido a la decisión de
la policía municipal.
Silvana Melo
smelo@elpopular.com.ar
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