"Los que piden cambios en la policía ahora son los jefes políticos con votos" - MUNDO NORTE

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26/01/14

"Los que piden cambios en la policía ahora son los jefes políticos con votos"

Saín manejó y traspasó la Policía Aeroportuaria de Néstor Kirchner

Por primera vez los intendentes comienzan a discutir profundamente el rol de las policías, la responsabilidad política territorial en la criminalidad y el pase de facturas social frente a los palacios municipales o las propias casas de los jefes comunales. La intención va mucho más allá de aquel delirio de Helios Eseverri, cuando le pedía a Eduardo Duhalde ser jefe de la policía en Olavarría, como si la ciudad fuera una estancia dentro del territorio bonaerense y el Municipio su casco. Esta vez los distritos en problemas -no se trata de los multitudinarios del Conurbano- están golpeados por los cambios en métodos y causales de los actores delictivos y por la actuación policial, que atraviesa todas las capas del crimen, su recaudación y su parentela política. La experiencia de Junín fue reveladora. Y hoy Mar del Plata está viviendo un debate profundo con un Gustavo Pulti decidido a tener una policía comunal con armas y mando político desde el Municipio. Es el mismo planteo de José Eseverri en el discurso de apertura de sesiones, cuando habló de la necesidad de una policía comunal y eligió el proyecto del diputado Marcelo Saín (Nuevo Encuentro - Martín Sabbatella).

Saín manejó y traspasó la Policía Aeroportuaria de Néstor Kirchner. Pero antes había sido viceministro de Seguridad cuando el ministerio era conducido por Juan Pablo Cafiero. Hablar pública y descarnadamente del vínculo delito - policía - política le costó el puesto. Hoy en una banca de la Cámara de Diputados de la Provincia, habló con este medio sobre las diferencias de las policías comunales que proponen él y Daniel Scioli.

-José Eseverri habló de la implementación de la policía municipal en Olavarría y eligió su proyecto. ¿Cuál es la diferencia con otros?

-Lo que regula hoy las policías comunales es la ley que unifica las policías provinciales. Es la 13.482 de 2006 y el autor es Arslanian, que dos años antes saca una ley que crea policías comunales en el interior, en distritos de menos de 70.000 habitantes. Porque en las de mayor cantidad habilita las policías distritales. A través de convenios con los intendentes creaban policías que consistían en que el intendente formulara políticas preventivas y estrategias para que sean aplicadas por el comisario. Las tenía que cumplir y punto. No dependía administrativamente, en ascensos, capacitaciones y selección del Intendente, sino del sistema de seguridad provincial. El intendente no tenía la facultad de imposición.

-Es decir que podía tranquilamente hacer lo que quería.

-De hecho es eso lo que ocurrió. Una ley muy mal escrita, engorrosa, que dice que "el jefe deberá cumplir las directivas e informar a requerimiento del intendente las acciones realizadas" (lee el artículo completo). Le tiene que ir informando. No es una dependencia directa. No es que el intendente manda, no es el jefe porque le traspasaron el mando. Esto es lo que está vigente ahora, cuando los comisarios generalmente terminan haciendo lo que quieren porque están compelidos a una recaudación de fondos -de guita del crimen- para remitir a las departamentales de tal envergadura en los últimos dos años, que eso transformó la vida institucional de la policía de abajo. Te lo dicen los oficiales, los jefes. Uno tiene la impresión desde afuera y desde el progresismo que son todos camanduleros, pero hay tipos que están desesperados, que tienen 30 años ahí adentro, que si se van no tienen otro trabajo.

Saín: "No hubo un solo intendente sciolista que saliera a respaldar ese proyecto."


-Usted cree que no son todos camanduleros, es decir, que pueden estar 30 años en la fuerza limpiamente...

-No, pero hay matices. Los que te llaman y te dicen "no aguanto más, es una barbaridad lo que nos están haciendo", ese tipo no forma parte de la camándula, si no no te llama. Forman parte de una lógica de la institución, pero no están dispuestos a negociar con narcotraficantes. Hubo un jefe de una comisaría de zona Sur que, cuando asume, el jefe anterior le había dejado el listado de narcos. Estaba espantado. En más de la mitad del interior de la provincia de Buenos Aires tenés policías organizadas así. El proyecto de Scioli es extender este modelo a las intendencias de más de 70.000 habitantes y lo redactó exactamente igual que la ley de Arslanian. Lo que yo te leí es lo mismo en el proyecto que en la ley.

-Es decir: el problema está en conceder o no el mando al intendente y hay una decisión política provincial de no hacerlo…

-¿Por qué no quieren hacerlo?, ¿por qué no quieren que el intendente tenga la conducción del jefe de la distrital?, porque ahí está la recaudación, es el control de la calle. No hubo un solo intendente sciolista que saliera a respaldar ese proyecto. Le dicen "Danielito, todo bien, vos me pasás a mí la responsabilidad pero no me pasás el mando". Y eso es lo que estamos viendo en los municipios chicos. El sistema es el mismo.

-¿Y el proyecto alternativo? ¿Concede toda la responsabilidad política e institucional al Intendente?

-Nosotros planteamos que es un proceso mucho más complejo, pero tenemos que transferir las funciones de seguridad preventiva -no de investigaciones ni de operaciones especiales ni de mantenimiento del orden público- a aquellos municipios que lo requieran a través de una ordenanza especial -es decir con mucho consenso- para los de más de 100.000 habitantes porque la descentralización en pequeños municipios no funcionó en ningún lugar del mundo. Puede ir acompañado de un traspaso del personal o no. En esa ordenanza se decide el traspaso de infraestructura y si quiere el personal que ya está trabajando en seguridad preventiva...

-O prefiere renovar todo y poner personal propio sobre el que pueda ejercer real control e influencia política...

-Y también el traspaso de los fondos que la Provincia gasta hoy. Por eso requiere de la formación de una comisión técnica entre intendencia, Provincia y Parlamento. Hay cosas que tienen que ser negociadas, porque el sistema comunicacional es integral a nivel municipal y provincial. Nosotros tenemos la experiencia del traspaso de la Policía Aeroportuaria y no es tan sencillo. No es como pasar todas las mesas y las sillas de una oficina a otra.

-Entonces, ¿el mando es absoluto del intendente y lo que haga la policía será su responsabilidad política?

-Totalmente. El mando administrativo y el mando político institucional. La dotación policial pasa a ser parte de la dotación del intendente. El es el responsable ante la gente. Si su policía hace barbaridades -como pasa en algunos distritos del Conurbano-, ya no le pueden echar la culpa a la Provincia. Hay quienes dicen que el sistema no va con los intendentes malos y yo les digo "ganales en las urnas". Porque ahí depende de la legitimidad política; si no, no hagas elecciones en esos distritos. Retirá la democracia, porque siempre ganan ellos. El esquema institucional es instrumental. De todas maneras, los tipos que tienen un dominio de la Bonaerense por izquierda no quieren policías municipales. Pero sí los que dicen "yo estoy pagando todos los costos de todos los quilombos de la policía y las movilizaciones me las hacen a mí"; los que ven los conflictos que se producen en Junín, en otros lugares y después los tienen ellos, preguntale a la intendenta de Cañuelas, a (el intendente de Junín, Mario) Meoni, a Lucas Ghi con la policía de Morón, a veces uno cree que es zona liberada para Ghi porque es de Martín Sabbatella, pero después ves que pasa en Tigre, en San Isidro. En San Isidro sacaron al jefe distrital esposado porque manejaba una banda de delincuentes que robaban en el centro de Martínez.

-¿Qué posibilidad hay de que su proyecto se imponga al del Gobernador?

-A todo el mundo le encantó el proyecto mío, y al massismo, que era el más activo planteando esto, también. Pero lo que sé que están haciendo ahora es negociar con Scioli.

-Eseverri es massista y sin embargo eligió públicamente el proyecto Saín.

-El massismo, en la Cámara de Senadores que encabeza D’Onofrio está tratando de unificar un proyecto con Casal. Por eso yo no estoy en la mesa. Yo les ofrecí viajar a Barcelona para conocer la experiencia catalana, pero ahora están negociando con Casal. Lo de Eseverri, no sé. Massa le puede dar órdenes a D’Onofrio porque él lo puso, pero no a Eseverri. Que es el primer massista que hizo público que técnicamente era el proyecto que convenía. Cuando antes lo habíamos hablado con Jorge Macri, con Gustavo Posse, con el propio Massa.

-Pero el resto se mantuvo en silencio y ahora negocia con Scioli...

-Creo que cuando vieron el proyecto mío se dieron cuenta de la envergadura del problema. Cuando les empiezo a hablar de la enorme complejidad, se asustan. Lo que está detrás de esto es el fin de la Bonaerense. Lo que nadie observó es que es la primera vez que se están reclamando reformas en la policía por parte de actores políticos clave, no por parte de técnicos en situaciones de crisis. El poder político con representación con votos nunca había jugado. Y lo está haciendo ahora. Son tipos que se paran frente a la Presidenta y le dicen "sabe qué, yo manejo 500.000 votos".



"Llaman desesperados"

-¿Usted es de los que creen que hay buenos y malos, o prefiere que el problema es una institución profundamente corrupta?

-Creo que hay gente rescatable, sobre todo en el interior. Vos tenés 60.000 personas adentro. Muchos que están dispuestos a trabajar bien, en un contexto determinado. Te doy el ejemplo de un jefe de una departamental importante de zona Sur. Lo sacaron de ese puesto hace dos meses. Me llamó el mes pasado desesperado y me dijo "la mitad de los comisarios me los puso (el ministro de Seguridad, Ricardo) Casal y yo no tengo trato con ellos, son las comisarías más rentables; la otra mitad la manejo yo. Le pregunté: ¿por qué no te vas? Y me dijo: "porque yo estoy a punto de ascender a comisario inspector. Si me voy con ese cargo, me voy con 12 mil pesos. Si llego a comisario mayor, me voy con 18 mil". Estos tipos hace 25 años que están ahí adentro y no saben hacer otra cosa.

-Pero a 25 o 30 años no se llega indemne. ¿Cuánto hay que transar para llegar a ser comisario?

-A veces terminan en el cargo de jefatura porque se va limpiando a los demás por conflictos, por crisis. Vos tenés tipos con 20 años de antigüedad ocupando lugares que en la vieja Maldita Policía ocupaban sólo los comisarios mayores. Hay un nivel de deterioro cuando los comisarios que llegaban a conducir comisarías en los años 90 tenían jefes de calle que no eran menos que subcomisarios. Ahora tenés un pibe de 25 y diez años de antigüedad que se formó en la policía desmadrada. La calle era fundamental. Hoy es un desastre. Hoy hay negocios de jefes de turno que no conoce el comisario o un jefe departamental tenía la mitad de las comisarías que las recorría ese chorro que se hacía pasar por policía para juntar la guita y se presentaba como hombre de Casal.

-No se ven salidas institucionales serias y no contaminadas…

-Este desmadre genera algo a nivel político: que es que por primera vez representantes del voto popular dicen yo no quiero ser jefe de la policía, pero si no lo soy esto me lleva puesto. Esto unifica los criterios de todos. Eseverri no quiere ser jefe de policía seguramente, ni imaginó ser intendente para tener policía municipal; Pulti tampoco, pero el problema de Pulti es que le van a prender fuego la municipalidad. Le asesinan a un tipo de clase media un conjunto de cachivaches que responden a un jefe de calle... y lo saben, ellos. Entonces está desesperado. Lo estamos ayudando a terminar de darle contenido a la decisión de la policía municipal.

Silvana Melo
smelo@elpopular.com.ar

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