Tiempo de alegatos
Febrero nos va marcando el
promediar de las vacaciones, la vuelta a las obligaciones, al tránsito a paso
de hombre y a la reanudación de la actividad judicial regular con el fin de la
feria. Desde una denuncia por ruidos molestos hasta la causa más grosa de
corrupción (cosa difícil de encontrar en estos tiempos modernos) lleva a los
letrados que habitan el suelo argentino a armar estrategias, defensas y
alegatos palabra muy usada pero de la que quizás muy pocos sepan el verdadero
origen.
Nos tenemos que remontar a
Egipto, lugar apuntado como el del origen del gato, que en realidad fue un
intento de clonación de liebre de los antiguos alquimistas egipcios en el que
obviamente fallaron pero ante el miedo de que el faraón los fusile no le
aclaran el error y de ahí sale la famosa frase le metieron gato por liebre, más
allá de eso el gato se hizo muy popular en Egipto incluso arqueólogos
norteamericanos hallaron un pequeño monumento en honor a Xipolitep que fue el
primer gato.
Desde esos entonces ellos tomaron
la costumbre de llevar gatos cuando realizaban viajes o visitas diplomáticas a
otros reinos, práctica que llega hasta nuestro días. Cuestión que en un viaje
al reino perdido de Wachiturria uno de los primos del faraón que viajaba en la
comitiva es arrestado por jugar clandestinamente a las escondidas en las tumbas
sagradas del rey, por ese entonces las demandas y escritos legales los hacían
los escribas, que se llamaban así porque escribían parados, con el paso del
tiempo empezaron a sentarse y de ahí surge el termino escribano (por la simple
unión de los términos escriba y ano, que es donde se sentaban) No desesperen que ya llegamos al origen de la
palabra alegato.
Se le encarga a Alejandro el honesto la
defensa del primo del faraón y en su
discurso al tribunal entre otras cosas dice: “no podemos juzgar a este hombre
ya saben que por decir el que esté libre de culpa tire la primera piedra, nos
llenamos de pirámides, entonces debemos ser más tolerantes entre nosotros
mismos ….” (S.I.C. o C.A.S.I., no sé
bien de qué equipo de rugby era hincha). Tan emocionante fue su defensa que absolvieron
al primo del faraón y en reconocimiento es que le regalaron a Alejandro el honesto
un gato, él hubiera preferido unos mangos, pero bueh, cuestión que iba por las
calles de Wachiturria con su gato y la gente lo saludaba a cada paso, se había
vuelto muy famoso, pero no solo lo saludaban a él sino que también a su gato ya
que los mismos eran algo un tanto exótico para la época …. De ahí el aleee gato …. Que en su homenaje formó la palabra
que utilizan doctores de todo el mundo, luego el término trascendió a la
justicia y hasta al propio Alejandro y todo habitante de Wachiturria saludaba a
sus pares con un … que haceee gatoo.