"¡Qué mala pata!", le dijo Francisco a la mandataria
cuando llegó a la residencia de Santa Marta con algunos minutos de retraso y
utilizando una bota ortopédica tras realizar “un mal movimiento” en el hotel en
el que se hospeda. El encuentro duró unas tres horas.
La presidente Cristina Kirchner llegó a su encuentro con el papa Francisco a las 13:10 (9:10 hora argentina) en la residencia de Santa Marta del Vaticano, donde permaneció unas tres horas para luego partir hacia el aeropuerto de Fiumicino, desde donde volará a París para reunirse con su par francés, Francois Hollande.
La mandataria llegó tarde a la cita ya que anoche sufrió un esquince del tobillo izquierdo al realizar un “mal movimiento” mientras caminaba en su habitación del hotel Edén, por lo que ingresó utilizando una bota ortopédica y con dificultades para caminar.
El pontífice, que la esperaba en la puerta de su residencia para llevar a cabo el almuerzo previsto, bromeó con un "¡qué mala pata!" al verla, a lo que la Presidente entre risas respondió "no, no, no" y aclaró que se trataba de "un esguince de primer grado".
Luego, intercambiaron regalos. Cristina le entregó un termo, dos libros sobre el Bicentenario, y un cuadro de Santa Rosa de Lima hecho con vino Malbec.
Francisco, por su parte, le obsequió a la Presidenta una imagen del Libertador José de San Martín hecha en bronce, y un rosario, regalo que también hizo extensivo a toda la delegación.
Al finalizar el encuentro, el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, destacó la buena relación y el excelente clima entre el Papa y la Presidente.
El funcionario resaltó que, en todos los encuentros, siempre sobresalió “el buen humor de ambos”, al señalar que se trata de “dos personas que se aprecian mutuamente y que pueden dialogar”.
"Tienen buen diálogo. El encuentro tiene que ver con un llamado de la Presidenta y una inmediata respuesta del Papa para fijar la fecha del almuerzo”, indicó.
Además, agregó que ambos "son líderes que tienen una mirada común respecto de determinadas situaciones que pasan en nuestra región y también en el mundo. Sobre todo ese objetivo de la búsqueda de la paz a través del diálogo y el consenso”.
En cuanto al esguince de tobillo sufrido por la Presidenta, el secretario de Culto explicó que“le han puesto la bota por precaución, ya que tiene dos días muy movidos en París”.
De todos modos, aclaró que la Jefa de Estado se encuentra de “muy buen ánimo, de buen humor y muy contenta” tras el encuentro con el sumo pontífice.
Esta es la segunda audiencia privada que la Presidente mantiene con el Papa en un año. La última vez que se vieron fue durante un breve saludo durante la 28º Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, Brasil.
