Lollapalooza: Soundgarden, IKV y los Chili Peppers en un cierre explosivo - MUNDO NORTE

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03/04/14

Lollapalooza: Soundgarden, IKV y los Chili Peppers en un cierre explosivo

Con casi 70 mil espectadores y bandas más convocantes, el hipódromo de San Isidro se convirtió en una propuesta que seguramente será difícil de olvidar para los amantes de la música.

Ni el descanso por el feriado, ni las nubes amenazantes, alteraron la segunda jornada del Lollapalooza. Todo lo contrario, con casi 70 mil espectadores y bandas más convocantes, el hipódromo de San Isidro se convirtió en una propuesta que seguramente será difícil de olvidar para los amantes de la música.
Así desde muy temprano se vio a fanáticos de Red Hot Chili Peppers coreando algunos de sus clásicos. También un grupo de artistas llevó un cuadro hecho en óleo con la figura del bajista Flea, para acercárselo al manager, con la ilusión de ser recibidos por su gran referente.
Pero además de los californianos, otras bandas hicieron delirar al público argentino. Por ejemplo Johnny Marr, guitarrista de The Smiths, quien se adueñó de la tarde, con temas de su álbum solista "The Messenger", por supuesto sin dejar afuera algunos clásicos que distinguieron a aquel grupo liderado por el idolatrado (Steven) Morrisey.
Entre recital y recital, algunos recorrían las diferentes carpas que incluyeron información sobre reciclado de basura, pero también un lugar creado para niños y padres, algunos exponentes del cancionero local, eran saludados al ser reconocidos. Así, el guitarrista Skay y la Negra Poli, dos íconos ricoteros siguieron el show de los neoyorquinos de Vampire Weekend.
En tanto, el ex Piojo, Ciro, se mostró entusiasta, tanto con la actuación de la banda local Pez, las propuestas de distintos DJ's (Raff y Bitman, DJ Paul y el electro punk de Bloody Beetroots), a la espera de Pixies, la banda de Boston, favorita entre los presentes.
Claro que para muchos, el primer plato fuerte fueron los cultores del grunge, contemporáneos de Pearl Jam y Nirvana: Soundgarden.
Puntualmente, a las 20.15, en el Main Stage 2, dio un concierto a la medida de nostálgicos noventosos, liderado por el carismático Chris Cornell. "Hacía mucho tiempo que queríamos estar aquí", admitió el líder mientras con una cámara retrataba el momento.
La fascinación, sin embargo, alternó algunas quejas debido a otro espectáculo en simultáneo: los potentes Illya Kuryaki & The Valderramas, arrancaron unos minutos más tarde desde el tercer escenario (Alternative) , dividiendo casi obligadamente las aguas.
Por fin, poco antes de las 22, llegó la fruta y el postre en su conjunto. El bajo de los Red Hot, impuso un pogo infernal del que ninguno de los fanáticos de Flea quiso bajarse. Un funk furibundo mesurado con la voz del cantante Anthony Kyedis devenido en un fisicoculturista sirvió para justificar la demorada espera. Acaso el tema Can't Stop, sea la mejor síntesis de la noche. Lollapalooza, aprobado y con creces.

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