REÍTE DEL MUNDO, hoy: Amor, Poder y Muerte - MUNDO NORTE

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04/05/14

REÍTE DEL MUNDO, hoy: Amor, Poder y Muerte

Desde el comienzo mismo de los tiempos, el amor, el poder y la muerte fueron muy de la mano, basta con repasar la historia de Caín y Abel, donde un hermano invadido por la envidia acometió contra el otro. Si todavía no te queda claro, tenés la parábola del hijo pródigo, no en vano, siglos más tarde, el Martín Fierro nos aconsejaba “ … los hermanos sean unidos …” hecho que inspiró a los Rodríguez Saa para gobernar San Luis.

Pero no solo los hermanos son ejemplo de la combinación amor, odio y poder; los reyes sumerios fueron testigos de cambios de dinastía propiciados por familiares directos, de allí surgió la necesidad de las matemáticas que ellos inventaron, ya que al no existir registro civil, las noches de lujuria de la realeza generaban críos por todo el palacio y llegó el punto en que nadie sabía a ciencia cierta cuántos pibes tenía, y mucho menos si eran hijos o sobrinos suyos. El descalabro amoroso continuó en otros imperios como el egipcio o el romano, donde esclavas, plebeyas y jóvenes nobles se prodigan arrumacos a troche y moche y si bien se creía que todo el poder pasaba por los hombres, eran generalmente las chicas las que ejercían fuertes influencias en los destinos de los pueblos, al llenar las cabezas de sus amantes noche tras noche, es que sin televisión ni internet, no había otra cosa que hacer que joder a la pareja de turno, algo que lamentablemente perduró hasta nuestros días.

En un intento desesperado, el hombre dejó las túnicas y símil faldas para utilizar pantalones, esperando -con la nueva prenda- establecer un poder sobre quienes usaban polleras, algo que no se logró del todo y que le terminó costando la vida al sastre que tuvo la idea, ya que la relación costo-beneficio no fue la esperada, solo un poco de poder adicional contra la picazón de la tela y la resignación del frescor que la falda daba a los genitales.

El amor nunca dejó de emparentarse con quienes gobernaban el mundo; además, en la Antigüedad la esperanza de vida era mucho menor, por lo tanto, no había demasiado tiempo para esperar al príncipe azul, y los arreglos matrimoniales  estaban a la orden del día, por lo cual, la hija más amada podía transformarse en un rebaño de ovejas en los estratos más bajos, hasta llegar a valer hasta un principado entero en tiempos de inflación y casamientos blue. Otorgar un hijo varón a algún heredero al trono se cotizaba más que ganar una champions league, y cuando los precios de los matrimonios se dispararon a las nubes, se diseñó el cinturón de castidad, que funcionó como una especie de cepo cambiario. Ese hecho de fuerza mayor, terminó catapultando el oficio de cerrajero al mismo nivel que al de un integrante de la mismísima mesa redonda del Rey Arturo.

Con la paulatina desaparición de los reinados, y su reemplazo por gobiernos, el arte de mandar encontró en la política, la definición perfecta para todos aquellos actos y sucesos en torno a la administración del poder, y fue un antes y un después en las relaciones sexuales, ya que cuando algún primer ministro casquivano quiso darle “palo y a la bolsa a una cuñada, le espetaron “cuidado” más respeto que es tu hermana política, y la política nos obliga a mantener una imagen pública y una investidura; fue tal el desencanto del mandatario que mandó a matar a todo su gabinete de la bronca, pero los parientes políticos dejaron de ser objeto de acoso, “para qué complicarnos con familiares”, dijo un congresista, “si hay amigas, vedettes, modelos y un sinfín de doncellas a quienes hincarles el diente”, es que como dice la canción, la cosecha de mujeres nunca se acaba; así, el amor, la muerte y el poder encaminaron sus destinos y desde entonces conviven en armonía.

Soy Leo 2014
twitter: @leo_delagente

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