Hace más de un año pensé en la necesidad de tener un
Obispo Auxiliar para atender mejor nuestras necesidades pastorales.
Tuve que fundamentar el pedido en la numerosa
cantidad de habitantes de nuestra Diócesis de San Isidro, que abarca los
primeros cuatro partidos de la zona Norte del Gran Buenos Aires, donde viven alrededor
de 1.100.000 personas. Nuestra Iglesia local tiene 64 parroquias -muchas de
ellas con numerosas capillas-, 57 colegios del
Obispado y alrededor de 100 obras sociales de
Cáritas Diocesana. Todo esto exige una presencia del Obispo más cercana y más
intensa, demandada por toda nuestra comunidad.
Los fundamentos del pedido fueron aceptados por el
Santo Padre y su respuesta contempla la magnitud y la complejidad de esta
Iglesia particular que pide un servicio pastoral del Obispo más frecuente.
A través de esta carta los invito a dar gracias al
Señor junto conmigo por el don del Obispo Auxiliar, el P. Martín Fassi,
agradeciendo también al Santo Padre la mirada comprensiva hacia nuestra
Diócesis y su generosidad.
El Obispo es sacramento de Cristo, imagen viva de
Jesús, Pastor de su pueblo, y al mismo tiempo, imagen de Dios Padre para toda
la familia diocesana.
En sus cartas pastorales San Pablo nos habla de la
figura del Obispo, exhortando a su discípulo Timoteo a "reavivar el don de
Dios que has recibido por la imposición de las manos" (2 Tim 4,6).
El Obispo es un hombre que tiene conciencia del Don,
como Jesús ("Todo me ha sido dado por mi Padre…" Mt 11,27) y como
María ("porque miró con bondad la pequeñez de su servidora… porque el Todopoderoso
ha hecho en mí grandes cosas" Lc 1, 48-49).
Reconoce con humildad la elección de Dios para
servir a los hermanos. El Episcopado es un servicio y no un honor. Su
ministerio brota de la misericordia de Dios que quiere hacerse cercano a su
pueblo.
Es custodio de la fe, por eso ahonda la escucha de
la Palabra de Dios diariamente para entregarla con transparencia y fidelidad;
escucha al santo pueblo fiel de Dios y es consciente de que siempre tiene que aprender
de su sentido de la fe. También está abierto a aprender de aquellos que están
alejados de la Iglesia y de Jesús, estando atento a discernir los signos de los
tiempos.
Unido íntimamente al sucesor de Pedro, sueña y
trabaja por una Iglesia pobre para los pobres, sabiendo que para Jesús ellos
son sus preferidos y se apoya para esto en su experiencia personal del amor de Dios
hacia su propia fragilidad y pobreza.
CARTA PASTORAL
Nombramiento del Obispo Auxiliar de la Diócesis de
San Isidro, Mons. Martín Fassi.Es principio visible de la unidad de la Iglesia
y constructor de comunión, buscando discernir lo diverso y armonizarlo según el
Espíritu Santo. No le duele tanto que lo ataquen personalmente, lo que más le
duele es que "herido el pastor, se dispersen las ovejas" (Zac 13,7).
Auténtico sucesor de los Apóstoles, en él viven -con
toda la fuerza del Espíritu- Juan y Santiago, Felipe y Andrés o Bartolomé.
Unidos a él en la Palabra, la Eucaristía y el servicio a los hermanos, experimentamos
el gozo de sentirnos familia, edificada sobre el fundamento de los Apóstoles
cuya piedra angular es Cristo Jesús (Ef 2, 19-20).
Nos detenemos brevemente en la figura del Obispo
Auxiliar. Lejos de ser un súbdito del Obispo diocesano o un mero ejecutor de
sus decisiones, es un co-hermano unido en fraternidad sacramental, que con
absoluta fidelidad evangélica y eclesial al Obispo residencial, junto a él
reza, busca, orienta y conduce.
No es un intermediario entre el Pueblo y el Pastor,
asume una responsabilidad propia ayudando a ser eficaz el servicio al Pueblo de
Dios.
No está hecho para suplir al Obispo diocesano sino
para multiplicar su presencia en medio del Pueblo.
Su acción no descarga la responsabilidad del Obispo
titular. Es la Diócesis toda la que se beneficia con esta ayuda. Ella puede
contar más intensamente con la eficacia del carisma episcopal. El Obispo
diocesano debe consultarlo antes que nadie en las decisiones pastorales más
importantes (CC.407§2).
Al mismo tiempo que ejercerá sus funciones en unión
de acción e intenciones con el Obispo diocesano (CC.407§3).
Hermanos, me siento muy feliz con el nuevo Pastor
que el Señor nos ha regalado. Les pido de corazón que den gracias a Dios por
este Don. Sigan queriéndolo mucho y más a partir de ahora, acompañándolo siempre
con la oración diaria.
Para compartir en plenitud esta alegría con ustedes
los invito a la Ordenación Episcopal el próximo jueves 11 de Diciembre, en las
Vísperas de la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, a las 20,30 hs. En nuestra
Catedral de San Isidro.
