Las demoras en la distribución
de alimentos es motivo de intensas polémicas. No se trata de un caso aislado,
ya que el reparto de bienes por parte del Estado nacional es una práctica
usual. La solución pasa por eliminar las intervenciones de funcionarios
nacionales en áreas que son responsabilidad de las provincias y sus municipios.
Una crisis se produjo en la
Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Capital Humano.
Entre otros motivos, hubo un acopio de alimentos comprados por el
Estado nacional para ser repartidos en todo el país que quedaron sin
distribuirse y próximos a vencerse. Resulta paradójico que en el marco de
un fuerte ajuste fiscal y con más de 40% de pobreza se gasten recursos públicos
en alimentos que no se logran distribuir. Un testimonio más de que lo que se
necesita no es ajuste fiscal sino ordenamiento del Estado.
La operatoria que se utiliza
es propia de una zona de desastre, como actualmente ocurre, por ejemplo, en la
Franja de Gaza. Consiste en comprar centralizadamente alimentos para acopiarlos
en dos depósitos (uno en el Gran Buenos Aires y otro en Tucumán) para luego
distribuirlos en camiones por el interior del país. En el ambiente político
esta práctica se denomina, eufemísticamente, “bajar al territorio”. La realidad
es que es una de las peores prácticas del clientelismo: hacer que el
pobre identifique, con el contacto físico, la identidad política del que le da
de comer.
Resulta pertinente explorar
cuán extendida está esta modalidad de gestión. Tomando la ejecución
presupuestaria del 2023 en lo que son ayudas nacionales a las provincias, a los
municipios y a las organizaciones de la sociedad civil se observa
que:
- El Ministerio de Desarrollo Social las
instrumentó en un 75% mediante transferencias de dinero
mientras que el 25% restante fue con compra
directa y entrega de bienes.
- El Ministerio de Salud las
instrumentó en un 66% mediante transferencias de dinero
mientras que el 33% restante fue con compra
directa y entrega de bienes.
- El Ministerio de Educación las
instrumentó en un 70% mediante transferencias de dinero
mientras que el 30% restante fue con compra
directa y entrega de bienes.
En una organización federal,
las provincias con sus municipios tienen la responsabilidad de las funciones
sociales. Los programas nacionales que se entrometen en funciones
provinciales y municipales colisionan con esta organización. Esto no es un mero
desvío institucional, sino una de las principales causas que explican
los excesos de gasto nacional y la baja calidad de la gestión pública. Que
las provincias y los municipios acepten que el Estado nacional monte una
burocracia para repartir alimentos, remedios, vacunas y libros en sus
territorios es humillante. No contribuye a mejorar los servicios sociales y da
la oportunidad a los funcionarios nacionales para desplegar prácticas
clientelísticas. Encima siempre está latente el escándalo por fallas de
logística o por corrupción en la compra.
Se necesita un ordenamiento
integral del Estado que tome como guía la reconfiguración del régimen federal. Por
un lado, la unificación de impuestos nacionales, provinciales y municipales y
el reemplazo de la coparticipación por una regla de corresponsabilidad fiscal,
es decir, que cada provincia con sus municipios se apropie de los impuestos que
se generan en su territorio. Por otro lado, que las provincias con sus
municipios se hagan cargo enteramente y rindan cuentas a sus habitantes por los
resultados de su gestión. Es fundamental eliminar los programas nacionales que
se entrometen en funciones provinciales y municipales. Lo que significa, lisa y
llanamente, desterrar la práctica de los funcionarios nacionales de “bajar al
territorio”.
La crisis es una oportunidad.
Para aprovecharla, el ejército debe terminar de distribuir los
alimentos acopiados e inmediatamente hay que cerrar los depósitos y la Secretaría
de la Niñez. En simultaneo poner todas las energías en simplificar y
mejorar la gestión de las asignaciones familiares y avanzar en las
transformaciones que contiene la agenda de Mayo.
FUENTE: IDESA