"Lo que el hombre necesita no es de grandes verdades,
sino de pequeñas certezas que le permitan vivir"
Ernesto Sábato- "La resistencia"
La sensación de vacío
existencial, la pérdida del sentido y la desesperanza parecen haber calado
profundamente en la sociedad actual, dejando a muchas personas atrapadas en una
rutina desprovista de significado. Frente a ésto, Sábato, con su característica
profundidad filosófica y su sensibilidad literaria, denuncia los efectos
deshumanizadores de una modernidad que ha priorizado el progreso técnico por
sobre los valores fundamentales de la humanidad. En este gran ensayo, nuestro
autor nos interpela para resistir el nihilismo y construir una existencia
basada en la solidaridad, la empatía y la búsqueda de pequeñas certezas que
iluminen nuestra condición humana.
En "La resistencia"
(2000), Sábato aborda con lucidez el proceso de deshumanización que atraviesa
la modernidad: en su visión, el avance desmedido de la tecnología y el
consumismo han relegado a un segundo plano los valores esenciales que configuran
nuestra humanidad. La alienación provocada por el frenesí de la vida moderna,
la creciente desconexión entre las personas y la falta de contacto con la
naturaleza son, para Sábato, síntomas evidentes de una civilización en crisis y
decadencia.
"Hemos creado un
mundo mecánico y desolado, donde los hombres han dejado de mirarse a los ojos y
de hablarse con el corazón"
Claramente, la tecnología, en
lugar de acercarnos, nos ha aislado en burbujas virtuales de soledad: este
fenómeno no sólo afecta las relaciones humanas, sino también nuestra capacidad
de reflexión y autoconocimiento. Es preciso indicar que el diagnóstico de
Sábato resuena con advertencias previas de otros pensadores, como Martin
Heidegger, quien en su obra "La pregunta por la técnica" señala que
la tecnología moderna reduce al ser humano a un mero recurso, un ente más
dentro del engranaje del sistema tecnocrático. Ni hablar de los aportes de
Theodor Adorno y Max Horkheimer en su "Dialéctica de la Ilustración",
mediante la cual critican el predominio de la razón instrumental que despoja a
las personas de su individualidad (en tanto singularidad) y creatividad.
Para Sábato, esa pérdida de
humanidad sólo puede enfrentarse si recuperamos los lazos del cooperativismo y
cultivamos una vida interior rica en reflexión y sentido. Está claro que es
necesario "resistir", pero no como un acto de pasiva resignación,
sino como una lucha activa contra el vacío espiritual que amenaza diariamente
con devorarnos.
"Solo a
través del amor y la compasión podemos redimirnos como especie"
La lucha contra el nihilismo
no es una tarea sencilla, sino más bien una empresa que exige un compromiso
ético profundo y una revisión de los valores fundamentales que sustentan
nuestra existencia. Ante el vacío de sentido que caracteriza la posmodernidad,
Sábato nos insta a resistir a través de la reafirmación de valores como la
autenticidad, la solidaridad y la trascendencia. En su ensayo, nuestro autor
destaca la importancia de encontrar pequeñas certezas que iluminen el camino en
medio de tanta incertidumbre, puesto que la resistencia no es una negación
pasiva de lo que sucede, sino una afirmación activa de la vida, incluso (y
sobre todo) en sus momentos más trágicos y difíciles.
"La resistencia no
consiste en evadir el caos, sino en enfrentarlo con el coraje de quien sabe que
la vida vale la pena ser vivida"
Este llamado no es nuevo,
puesto que tiene eco del pensamiento de Nietzsche, quien en su obra "Así
habló Zaratustra" propuso la creación de nuevos valores como respuesta al
nihilismo. La superación de esta instancia decadente, según este autor, pasa
por el concepto del "superhombre" (Übermensch), una figura que
tiene la valentía de afirmar la vida y transformar el sufrimiento en una fuente
de creación y sentido. Al igual que Nietzsche, Sábato también nos invita a
asumir la responsabilidad de dar forma a nuestro propio destino, sin depender
de estructuras externas que nos dicten qué es valioso.
"Quien tiene un
porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo" (Nietzsche, El
crepúsculo de los ídolos).
Por su parte, en "El
hombre en busca de sentido", Viktor Frankl sostiene que incluso en las
circunstancias más adversas, el ser humano tiene la capacidad de encontrar
sentido a través del amor, el trabajo y la actitud frente al inevitable sufrimiento.
En este sentido, Sábato también argumenta que la resistencia es un acto de
creación que nos permite trascender el vacío existencial que nos empuja a
resignarnos.
"El hombre no está
completamente condicionado ni determinado; él es quien decide si se somete a
las condiciones o las enfrenta." (Viktor
Frankl, El hombre en busca de sentido).
Resistir al nihilismo implica
también un retorno a lo esencial: las relaciones humanas genuinas, el contacto
con el mundo en el que vivimos y la búsqueda de una espiritualidad auténtica
que nos permita ampliar nuestra comprensión de la existencia personal y
colectiva. Este mensaje, profundamente humanista, nos recuerda que la verdadera
lucha contra la promoción postmoderna de considerar la nada como un valor en sí
mismo, comienza con la transformación de nuestras propias vidas y la
construcción de comunidades basadas en el amor y la empatía.
"La única
salvación posible está en volver a sentirnos parte de la humanidad, en mirar al
otro no como un enemigo o un extraño, sino como un hermano"
¿Qué hacemos, entonces, ante
la promoción posmoderna de considerar la nada como un valor? Pues bien, Sábato
propone que la salvación de la humanidad radica en la creación nuevos valores
que sigan siendo sustentados por la compasión, puesto que ante el panorama de
deshumanización y el vacío existencial, la necesidad de reconstruir los
vínculos y fortalecer aquellos aspectos que nos definen como seres capaces de
amar y trascender es una tarea fundamental para aquellos que, por ser sensatos,
no encuentran su lugar en el mundo. Esta reconstrucción comienza siempre por lo
más pequeño: la familia, los vecinos, la comunidad en general ya que, según
Sábato, sólo a través del amor podremos superar las barreras del egoísmo y el
aislamiento que caracterizan la agenda educativa, política, moral y cultural de
nuestro tiempo.
"La humanidad debe
encontrar la forma de rehacer su tejido espiritual, reconstruir puentes y
descubrir nuevamente el valor del prójimo"
Como señalamos previamente,
tanto Frankl como Sábato comparten un espacio común cuando sostienen que los
valores no siempre son impuestos desde afuera, sino que se descubren y crean en
la interacción con nuestros próximos, el prójimo. Para el primero, el amor es
una de las fuerzas más poderosas en esta búsqueda de sentido mientras que para
Sábato el foco está puesto, consecuentemente, en resaltar la importancia de
tener relaciones humanas auténticas, duraderas y con significado, dejando en
claro su total oposición a considerar a los demás simplemente como cosas útiles
y descartables cuando ya no nos sirven.
Esta creación de valores
humanos, según Sábato, no implica olvidar o descartar el pasado, sino tener la
suficiente madurez para reinterpretarlo a la luz de los desafíos actuales. Este
proceso requiere una profunda reflexión, un compromiso ético y la valentía de
actuar coherentemente con los ideales que buscamos encarnar.
"Cada acto de
bondad, cada gesto de compasión, es un pequeño paso hacia una humanidad más
plena y reconciliada"
La propuesta de "La
resistencia" se erige como un faro en tiempos de incertidumbre,
invitándonos a resistir el nihilismo mediante la creación de una vida
significativa y plena de sentido que abandone la alienación que produce el
constante bombardeo mediático de los medios masivos de incomunicación y
deformación del pensamiento. En este marco, empatizar, ayudar y comprender al
otro no son ideales abstractos, sino herramientas concretas de resistencia para
transformar nuestras vidas y las de quienes nos rodean.
Nuestra obra de referencia nos
confronta con una realidad ineludible: el nihilismo y la desesperanza son
desafíos que amenazan con despojar a nuestra época de sentido y humanidad. Sin
embargo, en lugar de sucumbir ante esta oscuridad, Sábato nos ofrece una
alternativa luminosa, a saber, una invitación a resistir y a reconstruir,
puesto que resistir no es huir del caos ni negar la tragedia de la existencia,
sino enfrentarlos con valentía, honestidad intelectual, amor y una profunda fe
en la capacidad del ser humano para trascender sus propias sombras.
"Mientras haya un
hombre que mire al cielo con esperanza, habrá salvación para nosotros".
El camino hacia esa vida plena
no está predeterminado, sino que es una construcción consciente que demanda
esfuerzo, coraje, sinceridad y una constante búsqueda de sentido. La
resistencia es también un acto de esperanza, un testimonio de que, incluso en tiempos
de sinsentido y crueldad naturalizada, el ser humano tiene el poder de
reinventarse e iluminar su propia existencia. Que este sea en 2025, entonces,
nuestro desafío y nuestro compromiso: resistir al nihilismo no sólo como un
acto de supervivencia, sino como un acto de desobediencia que afirma la vida en
su máxima expresión.