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06/01/25

La Suprema Corte Bonaerense en el Centro de la Disputa Política y Presupuestaria

La reciente imposibilidad de sancionar las leyes de Presupuesto y Fiscal Impositiva en la provincia de Buenos Aires ha destapado una intensa negociación política, donde las vacantes en la Suprema Corte de Justicia se han convertido en un punto clave de conflicto. Lo que inicialmente parecía una cuestión presupuestaria, ahora revela una pugna por el poder judicial, con múltiples actores buscando posicionarse en el máximo tribunal bonaerense.

 


La ambición de Maximiliano Abad y el rol de su esposa:

El senador Maximiliano Abad está en el centro de la polémica, acusado de presionar para que su esposa, Marina Sánchez Herrero, actual titular del Concejo Deliberante de Mar del Plata y vicedecana de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata, ocupe una de las sillas vacantes en la Corte. Este interés personal ha sido señalado como uno de los principales obstáculos para avanzar en las negociaciones presupuestarias. Aunque desde su entorno niegan que haya nombres definidos, la posibilidad de que Sánchez Herrero sea propuesta no sorprende, pues su nombre ha sonado para este cargo desde hace más de dos años.


La interna radical y la división de poder:

La Unión Cívica Radical (UCR), partido al que pertenece Abad, también tiene sus propias disputas internas. Con dos bloques en la Cámara de Diputados, la UCR busca asegurar su lugar en la Corte, mientras que los adversarios de Abad dentro del partido lo acusan de priorizar sus intereses personales. Además, la UCR busca aumentar la representación femenina en el poder judicial, aunque esta postura no se evidencia en el ámbito nacional, donde Abad no ha propuesto mujeres para la Corte Suprema de Justicia.


El tablero de ajedrez político:

La oposición, que incluye al PRO, libertarios y radicales, se encuentra atomizada, lo que dificulta la negociación con el gobernador Axel Kicillof. La oposición tiene la llave para la toma de deuda, obligando a Kicillof a negociar. El PRO, se cree, ya ha asegurado su parte en la justicia con la designación de Julio Conte Grand y Sergio Torres. Los libertarios, en la figura de Agustín Romo, han dejado claro que votarán a favor si se les cede un espacio en la Corte.


Las vacantes y el sistema judicial:

El máximo tribunal de Justicia bonaerense debería tener siete miembros, pero actualmente solo cuenta con tres: Daniel Soria, Hilda Kogan y Sergio Torres. Esta situación ha generado un problema mayor: la necesidad de cubrir las vacantes judiciales en el conurbano y el interior que, hasta hace poco, tenían casi paralizado al sistema de justicia. Aunque se ha avanzado en la cobertura de algunas vacantes, aún quedan 463 lugares pendientes y 205 pliegos en estudio.


Negociaciones y posibles escenarios:

La falta de unidad en la oposición ha complicado las negociaciones para los cargos en la Corte, y en otras áreas como el Banco Provincia o el Consejo de Educación. El gobierno de Kicillof ve en esta dispersión una ventaja, pero también un problema a la hora de llegar a un acuerdo. La mesa de negociación se reabrirá el 7 de enero, buscando destrabar la situación y llegar a un acuerdo para sesionar en febrero.

 

Podemos inferir entonces que producto de la disputa por las vacantes en la Suprema Corte bonaerense se ha convertido en un campo de batalla político donde intereses personales, partidarios y de poder se entrelazan con la necesidad de un sistema judicial funcional. La situación actual demuestra la complejidad de la política bonaerense, donde la negociación y los acuerdos parecen ser la única vía para destrabar el conflicto.

La próxima reunión de mañana, 7 de enero, será crucial para observar si los actores involucrados logran llegar a un consenso que beneficie a la provincia en su conjunto.


Roman Reynoso 2025

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