Por Mundo Norte
Buenos Aires, Argentina –
Florencia Paula Trapani, abogada laboral de 29 años, demuestra que las pasiones
pueden coexistir. Graduada en plena pandemia (2020), ejerce desde hace cuatro
años defendiendo los derechos de los trabajadores. Sin embargo, su nombre
también resuena en el mundo del modelaje, una faceta que descubrió como terapia
y hoy define como su “renacimiento”.
De la depresión a la pasarela
Tras una separación después de
una década de relación, Florencia enfrentó una profunda depresión. “Comencé
terapia psicológica y psiquiátrica. Había perdido peso y la confianza en mí
misma”, confiesa. Fue su psicóloga quien la animó a participar en un
desfile para una marca emergente. Aquel día, participar del evento producido
por el reconocido manager y productor Claudio Aval, marcó un antes y
después: “Sentí que había nacido para esto. Fue mi oportunidad de hacer lo
que siempre amé”.
Doble vida, un solo compromiso
Trapani equilibra ambas
profesiones con precisión. En su estudio jurídico, cuenta con el apoyo de dos
colegas que cubren sus audiencias cuando tiene sesiones de fotos matutinas. “Uso
mi conocimiento legal incluso en la elección de vestimenta para mis looks”,
revela. Sin embargo, su juventud y perfil de modelo han generado escepticismo: “Clientes
me han dicho que sus parejas no creen que sea abogada. Hasta cambié mi foto de
WhatsApp por una más seria”, comenta entre risas.
Instagram como lienzo
Mientras reserva su imagen
profesional para el ámbito legal, Florencia despliega su arte en redes
sociales. “Las sesiones de fotos y la cámara son mi obsesión. Instagram es
mi espacio para eso”, afirma. Fanática del gym, entrena cinco veces por semana y con metas claras: trabajar para marcas de
moda reconocidas y compartir pasarelas con figuras consagradas. “Soy de las
que no ponen límites. Si logro algo, quiero más”, advierte.
El próximo destino: el cielo
Aunque su currículum
impresiona, hay un sueño pendiente: viajar. “Nunca me subí a un avión.
Empezaré por ahí”, confiesa. Mientras planea su primer vuelo, Florencia
sigue desafiando estereotipos, demostrando que el talento no entiende de
profesiones únicas.
“El modelaje me salvó. Hoy
vivo para la ley y las pasarelas”, concluye, resumiendo una vida
donde el derecho y la belleza se entrelazan sin conflicto.
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