Javier Forlenza, dirigente de
Tigre y una de las caras emergentes de la renovación justicialista en la
provincia de Buenos Aires, ofreció un profundo y crítico análisis del presente
político en el programa "Mundo Norte Magazine", conducido por Román
Reynoso, emitido el pasado martes 20 de mayo por Radio Simphony 91.3.
Forlenza, referente de Actitud Tigre, dialogó sobre la baja participación
electoral, el rol de la política y la necesidad urgente de construir un
proyecto de país con ideas y propuestas concretas, más allá de las internas y
el reparto de cargos.
Uno de los puntos centrales
abordados por Forlenza fue la reciente elección en Capital Federal, donde el
48% de la gente decidió no votar. Para el dirigente, esta cifra es una clara
señal de "hartazgo, desinterés por la política", especialmente
notoria en los barrios del sur de CABA, tradicionalmente con mayor arraigo
peronista. La primera lectura de este fenómeno, según Forlenza, es que "evidentemente
hay que tomar nota de lo que la sociedad está diciendo cuando no
participa". Considera que la política no está motivando a la gente a
ejercer su derecho al voto porque muchas veces se habla a sí misma, mirando "el
ombligo" en lugar de hablarle a la sociedad. Este ensimismamiento
tiene un costo.

Forlenza subrayó que la
elección de CABA dejó una lección interesante: "Los territorios no
tienen dueño. Los dueños de los territorios son los vecinos que votan y ejercen
el poder popular". En este sentido, mostró su desacuerdo con quienes
anticipan triunfos electorales, actuando como si la gente no eligiera, no
votara o no sacara conclusiones. Para él, la baja participación política fue un
tema poco destacado en los análisis post-electorales, a pesar de que el
objetivo de la democracia es que la gente participe e se involucre. Argumenta
que la política se está "vaciando" porque las acciones de los
dirigentes no coinciden con lo que la sociedad espera.

Una crítica vehemente de
Forlenza se dirigió al uso de encuestas pagas con fines de influenciar, no de
trabajar internamente. Señaló que en la campaña reciente, "todos se
preocupaban por difundir encuestas pagas donde hacían futurología... no la pegó
nadie, nadie". Contrasta estas proyecciones con la "foto del
domingo", la realidad del 52% de votantes y el 48% que dijo "que
no a la política", una cifra superior a la de los que ganaron con
porcentajes menores. Para Forlenza, ante una crisis, es fundamental preguntarse
qué le pasa a uno mismo antes de interpelar al resto. "acá todo el
tiempo se está poniendo qué le pasa a la gente y no que le pasa a la
política". Para él, uno de los primeros pasos para reconstruir la
política es preguntarse "qué está pasando, qué es lo que estamos
haciendo, qué estamos proponiendo para la que la gente tome otra decisión".
Un factor que contribuye a la
desconexión con la ciudadanía, según Forlenza, es la crisis del "valor
de la palabra de los dirigentes políticos". El cambio constante de
posturas lleva a la gente a pensar que "son todos lo mismo".
Criticó que hoy parece que se hace política "a cualquier costo",
priorizando "una cuota de poder, cargos" en lugar de resolver
los problemas de la gente. Lamentó que, mientras la discusión política se
centra en quién encabeza la lista o qué cargo ocupará, el país enfrenta la
pérdida de empleos, pymes en riesgo y la inacción ante problemas concretos.
En este contexto, Forlenza
enunció una de sus frases más resonantes: "para mí la unidad es un
valor, no una mercancía". Criticó a quienes, en nombre de la unidad,
la "trafican" para obtener beneficios personales. La unidad
debe servir para construir un proyecto que "cale hondo en la
sociedad" y ofrezca previsibilidad y condiciones para el futuro.

Forlenza compartió una
experiencia personal que lo interpeló profundamente: la pregunta de un joven de
14-15 años en una escuela de Tigre: "¿Por qué tenemos que pensar
nuestro futuro saliendo por Ezeiza?". Esta pregunta, que le dolió y lo
movilizó, evidencia que los jóvenes no ven un destino de futuro en Argentina.
Para él, esto debe impulsar a quienes tienen vocación política a reflexionar
sobre qué tipo de Argentina quieren construir, siempre desde un proyecto. "Los
nombres tienen que responder un proyecto político". Un proyecto que
detalle cómo se abordarán problemas clave como el transporte, la industria
nacional, el empleo mediado por la tecnología, la educación (considerando la
inteligencia artificial), la salud pública y el cambio climático con sus obras
de infraestructura. “Si la política no ofrece respuestas a estas cuestiones,
no se le puede pedir confianza a la gente.”

Forlenza
criticó la política que prioriza la foto y abandona a los militantes. Afirmó
que la militancia es clave para la transmisión de propuestas. Además, lamentó
que las discusiones políticas se centren en el reparto de cargos en lugar de
las necesidades de la gente. Expresó con firmeza: "La gente no es
mercancía, loco", refiriéndose a cómo se instrumentaliza a las
personas que dedican su tiempo a la actividad social.
Forlenza
también se refirió a la crisis de los liderazgos. Argumentó que los liderazgos "se
revalidan. No son eternos". No es una monarquía, sino algo que debe
revalidarse tanto electoralmente como en la construcción de proyectos. “Un
líder debe tener visión para anticipar problemas y abordarlos con planes,
gabinetes e ideas nuevas para el siglo XXI”. La "lapicera"
(el poder de decidir quienes son candidatos) debe servir para innovar y
planificar un proyecto superador. Criticó a quienes, teniendo la lapicera, no
resuelven los problemas, sino que solo buscan mantener el poder.

Al reflexionar sobre los 41
años de democracia, Forlenza coincidió en que no se han resuelto los problemas
de la gente; se han resuelto los problemas de la política. Esto, sumado a la
falta de obras e infraestructura evidenciada en recientes tormentas, contribuye
al "hartazgo" ciudadano. Abogó por una política que escuche a
quienes están presentes en los barrios cuando no hay elecciones. Su motor para
hacer política es transformar la comunidad, y un cargo solo debe servir para
potenciar esa vocación, no ser el fin en sí mismo.

En su mensaje final, Forlenza
hizo un llamado a sus compañeros: "dejemos tanta pelea estéril,
construyamos un proyecto de país y realmente salgamos a abrazar a los
argentinos de verdad". Insistió en que el justicialismo tiene la
oportunidad de renovarse (no solo de caras, sino también de proyectos),
escuchar a la ciudadanía y dejar de lado las internas estériles que no
construyen nada, mientras la gente sufre
problemas concretos. Finalizó con una postura clara contra la reelección
indefinida, defendiendo la regeneración de ideas y la oportunidad para que
otros dejen su huella. Su deseo es "quedar en la historia, no pasar por
un cargo".
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Román Reynoso 2025
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