En el Día del Periodista, no vengo a rendir culto. Vengo a
decir lo que muchos piensan y pocos se animan: la libertad de prensa no es
propiedad privada de iluminados con micrófono. La verdad no necesita
salvadores. Mucho menos cuando el ego es más grande que los hechos.
Hoy 7 de junio, el periodismo se celebra a sí mismo. Y entre saludos corporativos, autohomenajes y frases de bronce, se nos cuela una pregunta incómoda:
¿a quién representa hoy el periodismo que se cree moralmente
superior a todo?
Porque una cosa es ejercer la libertad de expresión —derecho que defiendo sin titubeos— y otra muy distinta es usarla como escudo para operar, adoctrinar o instalar verdades absolutas según convenga.
La libertad de prensa es
esencial.
El mesianismo con credencial de
prensa, no.
Vivimos tiempos en los que muchos periodistas ya no informan:
interpretan. Ya no investigan: editorializan. Ya no dudan: sentencian. Se
visten de jueces, de fiscales, de conciencia cívica. Y lo hacen desde un
pedestal de impunidad simbólica que nadie se animó todavía a cuestionar del
todo.
Porque claro, “si lo dice un periodista, debe ser verdad”.
Error. El periodismo no es sinónimo de verdad. Es una
herramienta para buscarla.
Y cuando se olvida de eso, se convierte en dogma. En trinchera. En negocio.
El liberalismo que defiendo cree en el pensamiento crítico. En la responsabilidad individual. En que nadie —ni siquiera un periodista estrella— está exento de rendir cuentas o de ser cuestionado.
No hay nada más autoritario que quien se presenta como el
paladín de la libertad, pero no soporta que lo contradigan.
Hoy no vengo a romantizar la profesión. Vengo a defenderla. A sacarla del barro de los gurúes con micrófono y devolverla al lugar que nunca debió perder: el de la verdad, la honestidad y la humildad.
Porque ser periodista no es un título nobiliario.
Es un compromiso con la realidad, no con el relato.
Feliz Día a quienes ejercen el periodismo con rigor, sin buscar adoración ni poder.
Y a los otros…
que bajen del púlpito.
La verdad no necesita trono.
Ni a ellos para sostenerla.
Coni Darchez
Periodista
Concejal de Vicente López