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10/12/25

El día que volvimos a vivir: la gesta titánica de Alfonsín y 42 años de democracia ininterrumpida

 


Por Román Reynoso para Mundo Norte

 

El 10 de diciembre de 1983 no fue simplemente un cambio de mando. Fue el día en que la Argentina dejó atrás la noche más oscura de su historia para abrazar una promesa que, 42 años después, sigue vigente: la vida en libertad. Aquella jornada, Raúl Ricardo Alfonsín asumió la Presidencia de la Nación con un desafío que hoy, a la distancia, parece imposible: reconstruir el tejido social de un país devastado por el terrorismo de Estado, la guerra de Malvinas y una economía en ruinas.



La promesa de democracia para siempre

Alfonsín no solo ganó una elección; ganó la batalla cultural de convencer a una sociedad herida de que la democracia era el único camino posible. Su "rezo laico", recitando el Preámbulo de la Constitución Nacional en cada acto de campaña, se convirtió en el mantra de una generación. "Con la democracia se come, se cura y se educa", dijo, marcando un horizonte ético que, si bien en lo económico tuvo deudas pendientes, en lo institucional fue fundacional.



La valentía en soledad: el Juicio a las Juntas

Para dimensionar la figura de Alfonsín, hay que entender el contexto geopolítico y fáctico de 1983. Argentina estaba rodeada. Augusto Pinochet gobernaba con puño de hierro en Chile, Alfredo Stroessner en Paraguay y Brasil iniciaba una lenta transición tutelada por los militares. En ese escenario hostil, y con las Fuerzas Armadas argentinas aún armadas y conservando un enorme poder de fuego y presión política, Alfonsín tomó la decisión más audaz de la historia moderna: juzgar a los comandantes de la dictadura.

No fue un juicio de "vencedores contra vencidos" como Núremberg. Fue un tribunal civil, bajo las leyes de la República, juzgando a militares que todavía tenían capacidad de golpe. La creación de la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) y el posterior Juicio a las Juntas en 1985, con el fiscal Julio César Strassera pronunciando el histórico "Nunca Más", sentaron un precedente jurídico mundial y devolvieron la dignidad a las víctimas.



Logros que moldearon la República

Más allá del juicio, la gestión alfonsinista (1983-1989) dejó hitos que modernizaron la sociedad:

  • Paz con Chile: El Tratado de Paz y Amistad de 1984 evitó una guerra inminente por el Canal de Beagle, resuelta a través de un plebiscito histórico.
  • Divorcio Vincular y Patria Potestad: Se sancionaron leyes que igualaron derechos civiles fundamentales, resistidas fuertemente por sectores conservadores y la Iglesia de la época.
  • Plan Nacional de Alfabetización: Un esfuerzo masivo que redujo drásticamente el analfabetismo y fue premiado por la UNESCO.

La democracia como carrera de postas

Desde aquella entrega anticipada del mando en 1989 hasta hoy, diciembre de 2025, la democracia argentina ha demostrado una resiliencia asombrosa. Hemos atravesado hiperinflaciones (1989, 1990), el neoliberalismo y la convertibilidad de Carlos Menem, la crisis terminal de 2001 que se llevó puesto al gobierno de la Alianza, la etapa del kirchnerismo con su enfoque en derechos humanos y polarización política, el intento de cambio de gestión de Mauricio Macri y la irrupción del fenómeno libertario con Javier Milei.

Cada gobierno ha tenido sus luces y sombras, sus éxitos y sus fracasos rotundos en materia económica y social. Sin embargo, el logro titánico de Alfonsín permanece inalterable: las crisis, por más severas que sean, se resuelven dentro del sistema. Ya no golpeamos las puertas de los cuarteles; votamos. Ese "pacto democrático", que a veces parece crujir, es el legado más valioso que un hombre de Chascomús le dejó a la posteridad.


Roman Reynoso 2025

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