Jenófanes, filosofo
y poeta griego del siglo VI AC creía que la capacidad de conocimiento del
hombre se constituía de series de conjeturas que iban cambiando
permanentemente. Esto pone de manifiesto la endeblez del conocimiento humano, ya
que la conjetura no es certeza, sino tan solo un juicio probable que se forma a
partir del registro de determinadas señales. Por supuesto que en muchísimos
casos la conjetura es errónea. Así, por poner un macro ejemplo, tenemos que
ante la percepción de apariencia de movimiento del Sol alrededor de la Tierra, apareció
la teoría geocéntrica, que hoy sabemos que es falsa.-
Dicho esto me
parece que es bueno el reconocimiento y la permanente consciencia, que sería
deseable, por parte del hombre, de la endeblez de su capacidad de
conocimiento.-
Pero
lamentablemente esto no es así, sino que muy por el contrario el hombre
hipertrofia el valor de sus teorías asignándoles la jerarquía de certezas.-
Es decir, que
las dogmatiza y actúa en consecuencia, muchísimas veces a sangre y fuego y
generando graves desastres como guerras, hecatombes, exterminios para individuos, grupos, y hasta naciones que
no aceptan el dogma y lo contradicen con el pensamiento y con la acción.-
Esto es
absolutamente valido para las llamadas ideologías, puesto que ellas en
definitiva, son una manera de pensar. Surgen del pensamiento de uno o varios
individuos, pensamiento que puede ser absolutamente original, o bien reconocer
algún tipo de elaboración precursora
(esto es lo más común en la historia), y suelen extenderse en variables
cantidades de personas que las hacen suyas.-
Quien o
quienes las elaboran en una primera
instancia intelectual pueden creer que están haciendo una suerte de puro
filosofar, pero me parece que aun así, lo que se elabora en el campo de la razón,
tiene profundas causas inconscientes que condicionan la reflexión. Y en otros
casos, se actúa con intereses concretos, perfectamente conocidos, con la
finalidad de dirigir a las personas en determinada dirección.-
Me es difícil de
creer, por ejemplo, que cuando Einstein elabora su teoría de la relatividad su
razonamiento haya estado contaminado por elementos de algún tipo de interés
que haya sido otro que el de descubrir
una verdad.-
Creo igualmente
que cuando el Conde de Gobineau proclamó en su obra la supuesta superioridad de
la raza aria representada por los pueblos germánicos, por lo menos a nivel no
consciente, su pensamiento estaba motorizado por la intención de lograr un
imperio germánico máximo por encima del resto del planeta.-
Y que cuando
Hitler escribió “Mi Lucha” había en su elaboración, un objetivo concreto de,
más o menos inmediata programación política y de ingeniería social.-
Igual cosa
ocurre, en mi entender, con escritos de
Lenin, de Stalin, y de diversos seguidores de éstos personajes que han apuntado
a implantar, con distintos matices, la visión política izquierdista.-
Me limito a
señalar algunos ejemplos paradigmáticos, pues de lo contrario, la lista sería
interminable.-
Pero sobre todo,
he apuntado a éstos últimos señores por tener el común denominador de concretar
objetivos totalitarios, aunque para hacerlo se cayese en exterminios
genocidas.-
Efectuada ésta
breve introducción, me voy a referir específicamente al título de éste
articulo.-
Es innegable que
toda sociedad es dinámica. Y lo es porque no existe sociedad, ni pequeña ni
grande donde los individuos que la componen piensen y sientan de igual forma.-
De allí se
deriva que cualquier norma constitucional o tratado internacional, o normas de
jerarquía inferior que establezcan como garantía naturalmente intocable el no
permitir la supresión de los beneficios de la libertad en todas sus
manifestaciones, pero especialmente las de entrar, permanecer y salir del
territorio argentino, de publicar las ideas por la prensa sin censura previa, de
disponer de la propiedad, y de profesar libremente el culto, enseñar y
aprender, como lo hace nuestra Constitución Nacional principalmente en el Preámbulo
y en el articulo 14 y demás conjunto de normas concordes, es esencialmente
imprescindible e insustituible. Y esto es así porque son valores que se le
reconocen al hombre por su condición humana, tal como lo resalta el Preámbulo
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, Pacto de San José de Costa
Rica que es concorde con todos los demás tratados incorporados al art.75 inc.22
de nuestra Constitución Nacional, y en general con todo el Derecho
Internacional Público de éste momento histórico del mundo.-
Consecuentemente
puede afirmarse que los valores garantizados por la Constitución por ser
naturales, devienen intocables. No pueden ser abrogados, modificados, tergiversados
ni sujetos a mentira alguna ni en la mas mínima medida ni por ningún motivo sin
cometer una agresión enorme al sistema jurídico nacional e internacional.-
Así las cosas
los planes y las practicas ideológicas como las de Gobineau, Hitler, Lenin, Stalin
y todos los totalitarios seguidores por derecha, por izquierda o por el centro
son, por antinaturales, perversos y criminales.-
Nuestro sistema
constitucional, a efectos de asegurar la democracia instituye la republica, esto
es que el Estado se estructura en tres Poderes: Legislativo, Ejecutivo y
Judicial que implican una coordinación de pesos y contrapesos a efectos de
preservar los derechos y valores protegidos por las garantías naturales de la
condición humana.-
La republica es
pues una organización esencial e
insustituible para preservar esas garantías ínsitas en lo democrático. También
es por tanto intocable.-
Hoy los derechos
esenciales de cada uno de los individuos que componemos la sociedad argentina
están en peligro por causa de ideologías franca y directamente emparentadas con
lo totalitario, pues interpretan que quien gana la mayoría de los votos en los
comicios es, de hecho dueño del Estado. La teoría es perversa pues a la minoría
se le imponen leyes y actos públicos que la convierten en súbdito de la mayoría
y de sus líderes. Sus integrantes han dejado de ser ciudadanos y se hallan
avanzados en la trayectoria de convertirse en súbditos.-
Con esa
perspectiva se proclama sin empacho la voluntad de “ir por todo”, y en ese
marco la vida no vale nada, se embiste contra la prensa libre interfiriendo la
libertad de expresión, se impide la libre disponibilidad de los bienes propios,
se intenta ideologizar la enseñanza, se impone la mayoría legislativa en el
Congreso despreciando, ignorando y aplastando automáticamente a los
representantes de la minoría, se niega el dialogo y se vive del monologo, se
intenta la manipulación de la opinión publica en forma permanente por los
medios de prensa que responden a la mayoría, y se ataca la última garantía que,
bien o mal, (las perfecciones no existen en éste mundo), tienen los ciudadanos
para preservar su condición de tales, que es el Poder Judicial.-
El Poder
Judicial parece estar reaccionando con vigor, gracias a Dios. Y el Presidente
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha advertido “que las mayorías son
muy importantes en democracia”, pero que “también son las que cometen muchas
equivocaciones”.(La Nacion,17/5/2013,pag.1), advertencia que suena como
dirigida a quienes hoy gobiernan como mayoría.-
Y esto parece
estar en sintonía con lo que siempre predicó y predica el Papa Bergoglio de que
es necesario privilegiar el dialogo.- Esto es de una lógica elemental, pues
solo así desaparecerá ésta sociedad concebida como de amigos-enemigos, concepción
con la que se ha retrocedido varias décadas.-
Los que no
queremos dejar de ser ciudadanos esperamos de la dirigencia política y de los lideres de los demás estamentos, que depongan vanidades y cálculos
para la ocupación de la Presidencia en el año 2015 y se unan sobre unos pocos
esenciales puntos de preservación de la democracia y de la forma republicana de
gobierno, para lo que no hay que pensar mucho pues están sintetizadas en la
Constitución. Pedimos para eso un poco de grandeza. Y exigimos del Poder Judicial
que fortalezca el vigor que parece estar mostrando, que lo fortalezca al
máximo, para resistir la embestida que le es dirigida, para poder preservar los
derechos de los miembros de la sociedad argentina. Porque ese es su primero e ineludible deber, razón de ser básica de su existencia.-
Deben estar a la
altura de la dinámica social del grave momento que se vive. De no hacerse así, tarde
o temprano Dios y la Patria pedirán que rindan cuentas.-
Alberto Néstor
Cafetzoglus