Ayer por la noche, el intendente Gustavo Posse asistió a la misa que el Obispo de San Isidro, Monseñor Oscar Ojea, dio en la Catedral en homenaje al oficial abatido hace cinco años en un robo.
Posse y Barberis, viuda
de Garrido, con Monseñor Ojea
Anoche se celebró una
misa en la Catedral de San Isidro para recordar, en el quinto aniversario de su
fallecimiento, al Capitán Aldo Roberto Garrido, que fue abatido por dos delincuentes
– condenados a prisión perpetua – en un robo. El intendente Gustavo Posse
participó del oficio religioso junto a familiares y amigos del policía,
comerciantes y vecinos.
Pasadas las 20, comenzó
la misa que brindó el Obispo del distrito, Monseñor Oscar Ojea.
Visiblemente emocionada,
Marta Barberis, la viuda de Garrido, afirmó: “Es un orgullo que lo recuerden de
tan linda manera. Esta es una fecha muy dolorosa, y no puedo creer que ya hayan
pasado cinco años”. Y contó que durante la tarde pasó por el busto – que se
creó en su homenaje – y se alegró de verlo lleno de flores.
A su lado, el intendente
de San Isidro sostuvo: “Pasan los años y es justo recordar a las personas
importantes” y destacó que “para que hubiera alguien como Garrido debió haber
una gran mujer a su lado, y esa es Marta”.
“Fue un ejemplo de
servidor público. Lo conocí cuando era adolescente y siempre fue una persona
sumamente querida por todos nosotros. Necesitamos policías cercanos a los
vecinos, que conozcan sus necesidades, como lo era Garrido”, contó el concejal
sanisidrense Carlos Castellano.
Durante la ceremonia
además estuvieron presentes los integrantes de la Comisión de Homenaje a
Policías y ciudadanos Muertos por la Delincuencia.
Integrantes de la
Comisión de Homenaje a Policías y ciudadanos Muertos por la Delincuencia
Otra de las vecinas
presentes fue Hilda D’Aiello, creadora del busto, que se encuentra en la
esquina del Pasaje Capitán Aldo Garrido – ex Chacabuco – y Belgrano: “Aldo fue
amado por todos. Mi nietito, por ejemplo, no podía irse del centro comercial
sin antes saludarlo”, dijo.
“Él dio
todo por San Isidro y tenía una inmensa vocación de servicio”, concluyó
Barberis.