El intendente Gustavo Posse se sumó a los cientos de fieles que, ayer por la tarde, participaron en la tradicional procesión y en la misa que se realizó en honor a esta Santa Patrona.
Como cada 22 de mayo en San
Isidro, vecinos y devotos de Santa Rita se acercaron a la iglesia en Boulogne
para celebrar las fiestas patronales. El intendente de San Isidro, Gustavo
Posse, se sumó a la procesión y a la misa que se realizó ayer en su honor.
Posse destacó el legado de
la virgen que buscó la reconciliación en la comunidad: “Santa Rita es
emocionante, sobre todo por su historia; porque aunque su familia sufrió mucha
violencia por parte de la sociedad, ella supo perdonar y generó una cultura de
paz. Por eso es que pasan los años y siempre está vigente”.
En una tarde fría
pero con sol, la imagen de Santa Rita salió de la parroquia para recorrer las
calles del barrio que lleva su mismo nombre, en la localidad de Boulogne.
Familias enteras participaron en la
tradicional procesión, que partió puntual a las 16, y a la que se fueron
sumando vecinos que, desde sus casas, observaban a la multitud pasar.
En la puerta de su casa,
Mariana Pirc esperó la llegada de la virgen junto a su mamá Helena, en silla de
ruedas. “Hace 40 años vivimos en la zona, por eso somos muy devotos y nos gusta
que pase por acá para que mi mamá la vea, porque antes iba todos los días a
misa pero ahora ya no puede”, afirmó emocionada.
María Teresa Lavín esperó la
peregrinación en la entrada del Instituto Cervantes, colegió que fundó su
abuelo varios años atrás. “Nací y crecí en este barrio, para nosotros Santa
Rita es nuestra; me bauticé ahí y ahora mis hijos van a catequesis. La parroquia
es un lugar de reunión, de comunidad”.
De vuelta frente a la puerta
de la iglesia, los peregrinos repitieron “¡Viva Santa Rita!” mostrando sus
pañuelos blancos. Luego se celebró la misa precedida por el Padre Marcelo
Mazzitelli que hizo una especial petición por la educación y los jóvenes, para
que todos tengan la misma posibilidad y crezca una sociedad más justa.
Santa Rita fue una mujer
que, presionada por su padre, se casó pero su marido fue asesinado. Sus hijos y
parte de la comunidad reclamaron venganza, sin embargo, ella se negó e hizo lo
que supuso que Dios querría: perdonó.
Como parte de la
celebración, al lado del altar estaba una cruz muy grande de madera y el
párroco Mazzitelli explicó la historia de cómo llegó ahí: “Es un regalo que tenemos
en este día de fiesta. Es la cruz que entregó el Papa Francisco en el Encuentro
Mundial de los Jóvenes en San Pablo para que la compartan”.
Al final de la homilía, el
Padre Mazzitelli, aseguró que “Santa Rita significa esperanza. Y el mensaje, en
un país con tanta violencia, es sembrar paz y recorrer caminos de
reconciliación para vivir como hermanos”..