"En
una revolución, como en una novela, la parte más difícil de inventar es el final"
Alexis Tocqueville
En
estos últimos días estamos presenciando un rápido derrumbe de un “relato”
cargado de miserias, de subestimaciones, de infamias y básicamente de mentiras
que alimentaron con miles de millones de pesos extraídos de otras urgencias,
para mantenerla ficción de una “revolución” que solo busco el enriquecimiento,
de un montón de delincuentes devenidos a dirigentes políticos y funcionarios
que siempre tributaban a la misma caja.
El
desmoronamiento de tamaña mentira se produce por la sola eliminación del relato
mismo, y el impedimento de seguir financiando desde el Estado a un grupo de
medios adictos y de periodistas afines, estos ultimo hoy más preocupados por su
futuro laboral que por desmentir los años de engaños de los que fueron
promotores y principales aliados.
La
dirigencia K, se abroquela en el ridículo y pierde batallas por su sola
presencia, y la sociedad se notifica que fue gobernada por una “asociación
ilícita” hipócrita e inmoral que defendió el latrocinio hasta la locura, y que
aún hoy en estado de paroxismo trata de explicar que el dinero que se contaba
en una “cueva” financiera nada tenía que ver con Cristina más allá que la clave
del Wi-FI era $$presidencia.
Tenemos
que ser muy muy prudentes los argentinos y evitar que el exceso de informaciones
“policiales” nos aturda y que de pronto todo sea lo mismo, y por exceso nos
anestesiemos.
Deberíamos
pienso yo, tener planos de acción y entendimiento, el primero exigir al Poder
Judicial investigación inmediata y veloz, de los delitos que se le imputan a
todos, empezando por el de incumplimiento de los deberes de funcionarios
públicos, solicitar al Congreso la remoción del señor Auditor Echegaray, y
proponer otra figura, en el plano de la acción civil, ignorar, no consumir a
los profesionales del periodismo que fueron cómplices activos de estos
atropellos, no importa que sean periodistas de espectáculos o políticos y
económicos utilizar el medio de la acción y que a sociedad los ignore por
participes necesarios del latrocinio, y de mantener a la sociedad engañada.
La
fuerza social es imprescindible para no solo castigar por lo pasado, si no
prevenir por lo futuro.
Sería
fantástico que millones nos movilicemos para exigir justicia, y cárcel a los
corruptos como en Brasil allí seguramente estaremos Radicales, Justicialistas,
Socialistas, Independientes juntos caminando por un país honesto.
Y
en el plano político, identificar a los responsables oficialistas y semi
oficialistas que no podían ignorar lo que sucedía, y hicieron de “pantalla”, a
ellos también habría que investigarlos, sus Institutos, Fundaciones etc., quien
las financiaba, no sea cuestión que los gastos de ellas salieran del ANSES, o
de otras “cajas” menos visibles.
Estamos
en un momento que puede ser histórico, y aprovecharlo para salir de la condena
“roban pero hacen” ya que tenemos en claro que solo robaron, y elevar la vara
con que la sociedad exige sus administradores.
Llego
la hora de los honestos, la pregunta es... donde estamos nosotros?
Los
abrazo
Dr Guillermo Banzas
Abogado especialista en Derecho Público
Ministerio de Educación. Docente Universitario Profesor.