La noticia pasó casi
desapercibida en el portal PRENSA OBRERA, allí denuncian hostigamiento,
maltratos y violación de derechos laborales bajo las órdenes del ministro
Leonardo Nardini.
Hostigamiento, maltratos y violación de derechos laborales
bajo las órdenes del ministro Leonardo Nardini.
LA
DENUNCIA:
Una trabajadora estatal de la
provincia de Buenos Aires denuncia múltiples y sistemáticas situaciones de
violencia laboral, y el impacto de las mismas en su salud, especialmente en su
salud mental.
A.T trabaja hace 17 años en el
Ministerio de Infraestructura de la provincia de Buenos Aires. Ingresó como
inspectora de obras públicas y desde hace cinco años pasó a ser jefa de zona de
Mar del Plata, el máximo cargo de carrera dentro del ministerio. Señala que el
ambiente de trabajo cambió cuando asumió la cartera Leonardo Nardini y registra
el inicio del infierno que vive en enero de 2022, durante la gestión de la directora
provincial Marcela Villegas. La situación de maltrato se agrava cuando Daniela
Luna asume el cargo de directora ejecutiva, quien siguiendo órdenes de Villegas
ejerce presión hacia ella, hostigamiento, trato indigno y humillante en el
transcurso de sus tareas laborales.
¿Por qué este ensañamiento? La
finalidad es destituirla de su puesto por no prestarse a las irregularidades e
ilegalidades que caracterizan al negociado y cartelización de la obra pública
en todos los gobiernos. Estos funcionarios quieren empleados que no pregunten
lo que firman ni tengan control sobre quiénes se benefician en las licitaciones
e inspecciones. Recordemos que Nardini es un especialista en hacer “negocios”
con la obra pública: cuando asumió como intendente de Malvinas Argentinas se
destacó por realizar obras cosméticas con las que trazó fuertes lazos con
constructoras, montando una pantalla para tapar la pobreza extendida en el
municipio.
No siendo suficiente el abuso
de poder para doblegar a A.T, la violencia apuntaló a su condición de mujer.
Esto le ocasionó graves daños a su salud física y psíquica, empezó a presentar
ataques de pánico y requerir tratamiento psicológico y psiquiátrico por el
simple hecho de querer cumplir con su trabajo. Por la frecuencia e intensidad de
los síntomas padecidos sus profesionales tratantes le indicaron una urgente
licencia laboral, desde noviembre de 2022, debido a que no se encontraba en
condiciones de sostener sus tareas en un ambiente hostil ejercido por el poder
político de turno.
Aprovechando tal
circunstancia, los funcionarios a cargo la coaccionan para que se reintegre al
trabajo sin la mínima consideración de su estado de salud ni de la evaluación
médica, incluso manipulando los tiempos de presentación de los certificados
para falsificar faltas. Con total impunidad le redujeron injustificadamente su
salario, y con maniobras fraudulentas avaladas por Nardini y en plena licencia
médica la destituyen de su cargo. También recibe amenazas de despido. Todo por
no tranzar con el poder ni hacer la vista gorda con los hechos de corrupción.
En esta situación y desbordada
por la desesperación, A. T. realizó múltiples denuncias ante las sedes del
Ministerio de Trabajo de Mar del Plata y de La Plata, incluyendo a su
representación gremial, la dirección de ATE, pero sin obtener ninguna respuesta
o acción de resolución de la grave problemática. Señala que el sindicato
incurrió en “exclusión de tutela sindical”, dado que expuso al Área de Género y
Diversidad su delicada situación, pero no fue tomada en serio, al tratarse de
una denuncia que los dirigentes de la Verde no querían avalar debido a que se
trataba de un grave cuestionamiento al gobierno provincial al cual están
aliados e integrados.
En busca de respaldo hizo
varias llamadas al Equipo Interdisciplinario para el abordaje de Personas en
situación de Violencia de Género del Ministerio al que pertenece, sin
contestación efectiva alguna. Un largo derrotero de silencios como respuesta
ante la violencia laboral y de género, o lo que es peor respuestas teñidas de
complicidad con los violentos y los acosadores. Lo que le contestaron en cada
una de las comunicaciones es: “no podemos hacer nada”. Incluso gremialistas de
cargos de alto rango en los gremios estatales llegaron a manifestarle que la
actual titular del Anses y candidata a intendenta del partido de General
Pueyrredón, Fernanda Raverta, le había bajado el pulgar a su denuncia.
Los trabajadores no sólo
estamos sometidos a las malas condiciones de trabajo, a la precarización
laboral y a los sueldos de miseria, sino además a la violencia y abuso de poder
en los lugares de trabajo. Este maltrato laboral se presenta como amenaza
encubierta o como humillación y/o hostigamiento en forma constante o repetida y
prolongada a un/a trabajador/a en ejercicio de su función.
La finalidad de dichas
acciones es el sometimiento, atentando así contra su dignidad, integridad
psíquica y física. Cuando este ejercicio perverso sobre la voluntad de una
trabajadora es ejercido por el poder político adquiere formas combinadas de
violencia, porque la forma institucional de la misma imposibilita aún más la
denuncia debido a quién está “arriba” en la estructura de poder del Estado
tiene el atributo de doblegar con total impunidad al que está “abajo”.
A.T. es un claro ejemplo de
cómo la corrupción del Estado y de sus políticos capitalistas no tiene miramientos
a la hora de embestir a los trabajadores mediante múltiples violencias, para
disciplinar al conjunto de la clase trabajadora a costa de despidos laborales y
de la pérdida de la salud psíquica y física y de la propia vida.
El panorama de derechización que
dejaron las Paso exige que los trabajadores más que nunca nos organicemos en
defensa de nuestros derechos y para recuperar las conducciones gremiales que
hoy son garantes y cómplices de las arremetidas contra nuestras condiciones de
trabajo, la precarización, los despidos, la violencia laboral y de género que
sufrimos a diario en nuestros lugares de trabajo.
Basta
de hostigamiento en el Ministerio de Infraestructura de la provincia de Buenos
Aires. Nardini y toda su pandilla deben ser juzgados y se tienen que ir.
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