La esquina de Coronel Díaz y
Santa Fe fue el epicentro de la devoción popular. Palermo se convirtió en una
fiesta absoluta pasada la medianoche de este jueves, cuando Charly García,
el ícono indiscutido del rock nacional, llegó a su casa para celebrar sus 74
años y se encontró con una marea humana que lo esperaba.
La locura por el
"Doctor" del rock demostró, una vez más, que su música es un
sentimiento que atraviesa generaciones.
La celebración había comenzado
horas antes, en un tono más íntimo pero igualmente estelar. Charly sopló las
primeras velitas en un bar de Chacarita, ubicado en Fitz Roy y Avenida Córdoba,
rodeado de colegas y amigos que son, en sí mismos, parte de la historia grande
de nuestra música.
Entre los presentes que
brindaron con el maestro estuvieron figuras de la talla de David Lebón, Pedro
Aznar, Hilda Lizarazu, Andy Chango, Joaquín Levinton, Benito Cerati y el
Zorrito Von Quintiero.
Vestido con su elegancia
característica —camisa blanca, corbata, chaqueta negra y sombrero a tono—,
Charly no fue solo un espectador. Con un piano a su disposición, desplegó su
arte y regaló a los presentes algunos de sus éxitos inmortales. El momento cumbre
de la velada íntima llegó con una imponente torta de chocolate coronada por una
vela dorada y la sigla que define su filosofía: “SNM” (Say No More), el
concepto que adoptó en 1996 y que se transformó en su sello eterno.
Mientras tanto, en Palermo, la
vigilia de los fans ya era un ritual consolidado. Como sucede cada octubre, sus
seguidores se autoconvocaron con banderas, carteles y la consigna simple pero
poderosa de celebrarlo en vida.
Este festejo, además, cobra un
significado especial tras el reciente lanzamiento de “In The City”, su
sorpresiva colaboración con Sting, un movimiento que volvió a colocar a García
en el centro de la escena musical global, reafirmando su vigencia.
Diez minutos antes de la 1 de
la madrugada, el auto que trasladaba a Charly llegó a su domicilio. La
algarabía fue total. La marea de fans se abalanzó sobre el vehículo,
convirtiendo la calle en un abrazo colectivo. Con la ayuda de algunos efectivos
que lograron abrir un pasillo, el ícono pudo ingresar a su edificio.
Pero la noche no terminó allí. Fiel a su conexión con el público, Charly García salió a su famoso balcón minutos después. Desde allí, saludó a la multitud que coreaba su nombre, cerrando una jornada cargada de música, emoción y la certeza de que, a los 74 años, el "Doctor" sigue siendo el rey.
Crédito fotos: Antonio Becerra
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