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Dr. Alberto Cafetzóglus |
Si se observa la trayectoria de la
vida del hombre sobre el planeta desde los más antiguos tiempos, se afianza la
creencia de que, dada su condición gregaria vendría desde el vientre materno
con un germen normativo resultado del
instinto de vivir.-
Ese germen responde al impulso
primordial de la vida:“yo quiero vivir”.-Observando las demás especies, y en
general el fenómeno vital, se constata esa afirmación de la vida como objetivo
primordial, que se halla por encima de cualquier otro.-
Fundamentalmente el hombre es un
animal social porque no puede vivir solo. La primera norma fue por tanto, la sumisión al más fuerte, confiándole
implícitamente la conducción frente a los peligros y desafíos externos, como así
a los internos: la caza y la guerra y el mantenimiento interno del orden para
la preservación del grupo, condictio sine qua non de la supervivencia de los
individuos que lo componían. De esa forma, cada individuo satisfacía su “yo
quiero vivir” ligando ese su objetivo a la vida del grupo y a la eficacia de la
actuación del jefe. La elección y el reemplazo del jefe habría sido una lucha, a
veces a muerte, en la que el triunfo conllevaba la erección en el liderazgo.-
No de otra forma actúan por ejemplo
los lobos, por dar un ejemplo. Todos los integrantes de la jauría se someten a la autoridad y a la
conducción del lobo “alfa”.-
Avanzando en la huella de la Historia , se ve que en
etapas mas o menos cercanas las instituciones de conducción, con modificaciones
paralelas a la evolución psíquica de los individuos, se sofistican. Esas
jefaturas elementales de selección abiertamente salvaje y violenta, en
determinado momento dan paso a la monarquía. En algunos casos es electiva, como
en Roma, en Esparta, entre los germanos, y en el Imperio Azteca, entre otros. En
otros casos aparece la idea del derecho divino, como entre los arios, en el
antiguo Egipto, y con el advenimiento del Cristianismo, con el Papa coronando
reyes.-
En ésos fenómenos jurídico-políticos
la propuesta del monarca no parece haber sido universal sino mas bien a cargo
de los poderosos integrantes de una elite.-
Mas o menos en esa amplia franja
temporal nos hallamos con la republica. La polis griega parece haber sido su
origen por su relativa pequeña dimensión territorial, pues era imposible que
los ciudadanos se desentendiesen de la cosa pública. Por tanto intervenían
directa y colectivamente en el gobierno. Parece ser el origen mismo de la democracia y de la republica.-
La republica romana es más compleja y
elitista, desde que el poder es ejercido directamente desde el Senado por los
patricios, por encima de los plebeyos.-
Finalmente en tiempos mucho más
modernos, Jean Jaques Roussou afirma que la soberanía reside en el. pueblo que
designa sus mandatarios que lo representan, y a partir de la Revolución Francesa
y la Revolución
Norteamericana las ideas de democracia y republica vienen de
la mano de las Constituciones.
Tales Constituciones erigen a los
integrantes del pueblo en mandantes, y a los gobernantes en mandatarios, con el
agregado explicito e implícito de que éstos están limitados y regulados en sus
funciones por las normas jurídicas. Esas normas por ellas contenidas y otras
que las complementan, son derechos naturales que el hombre tiene por su
condición de tal, y en la actualidad así lo establecen normas del Derecho
Internacional Público. Así tenemos: Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre, art.XX; Declaración Universal de los Derechos
Humanos,art.21; Convención Americana
sobre Derechos Humanos, art.23; Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos, art.25. (los indicados están incorporados a nuestra Constitución
por el art.75 inciso 22). Además tenemos la Declaración de los Derechos del
Hombre de 1789, arts.3,15,y 16
principalmente. (no incorporada a nuestra Constitución, pero origen paradigmático
de todo lo posterior).-
Pero no ha sido ni es fácil lograr que
todo ese conjunto normativo funcione como ha sido concebido. El poder es quizás
la pasión mas poderosa a que se ve expuesto el ser humano. Y como se dijo
sabiamente alguna vez, el poder, de por si corrompe; y cuanto mayor es el poder
que se detenta, mayor es la corrupción que causa.-
El bagaje normativo está expuesto sistemáticamente
a ser burlado, sea por la fuerza descarnada de golpes armados explícitos o implícitos
contra los Estados de Derecho (implícitos
son los magnicidios con que se los ha sabido encubrir, casos Lincoln y Kennedy
entre otros), o con manipulaciones maquiavélicas y torcidas de los institutos jurídicos.-
Como ejemplos paradigmáticos podemos
señalar para el primer supuesto la toma del poder por Fidel Castro en Cuba,
armas en mano y so pretexto de derrocar a un régimen dictatorial y violatorio del Estado
constitucional, para, trascartón, gestar y ejercer hasta el presente un modelo
de naturaleza y fines dictatoriales, totalitarios y absolutistas. Y para el
segundo supuesto, el proceso nazi encabezado por Adolfo Hitler que, una vez
hecho del poder por los mecanismos constitucionales de la democrática
Constitución de Weimar, diagramó y ejercitó también un esquema normativo tan o más dictatorial, totalitario y absolutista que el
del primer ejemplo.-
En ambos ejemplos (como en tantos otros que han corrido a la
par, antes, durante o después), se produce el fenómeno de evasión del
gobernante a la norma limitativa, y la aparición sustitutiva de la voluntad sin
limites de éste en el ejercicio del poder.-
Y otro fenómeno que suele acompañar a
la usurpación, es que los gobernados, en su gran mayoría aceptan la pérdida de
derechos, instituciones y libertades porque pareciera que les resulta mas
aceptable la obediencia al líder que el
ejercicio de sus derechos naturales.-
Semejante aceptación parece ser más
compatible con lo más profundamente visceral e instintivo. Es un retroceso psicológico
casi a la Prehistoria.-
Los mecanismos para obtenerla son
varios.-
Cuando la usurpación es por un golpe
de fuerza, es mas fácil lograrla porque están las bocas de las armas eliminando
a los que piensan distinto, y atemorizando a los que sobreviven de modo tal que
no tienen otra alternativa que callar, callar en el que se suele mezclar el
temor con una suerte de admiración reverencial por la fuerza.-
Cuando no hay violencia armada la
tarea es más compleja: es menester atraer adeptos, lo que se logra
fundamentalmente con una combinación de propaganda expresa y/o subliminal, con
otorgamientos de beneficios monetarios que alivien (y hasta neutralicen) el
esfuerzo del trabajo para ganarse la vida, y el dibujo de un panorama épico, a
cuyo fin es menester la presentación de
uno o varios supuestos enemigos. Respecto de esto último es esencial el buen
manejo de la propaganda.-
En éste proceso se activan distintos
mecanismos psicológicos.-
Los que tienen apetencia de poder político, se acercan al
núcleo de éste poder para asociarse a él y participar de una porción, lo que
conlleva beneficios económicos. No hay que olvidar que el instrumento de poder más
importante es el dinero.-
Los que tienen bienes igualmente se
acercan para preservarlos, y si es posible aumentarlos.-
Y los que nada tienen y reciben beneficios gratis, dan su
aceptación porque es gratificante poder vivir holgazaneando y eludiendo el
esfuerzo del trabajo para subsistir.-
Recientemente fuimos anoticiados en
una publicación mediática por especialistas médicos, que el cerebro desarrolla
el 80% de su crecimiento total en el primer año de vida, para lo que es
esencial que el niño tenga alimentación adecuada. Caso contrario, el déficit de
ese desarrollo, que puede ser de un 10% a un 20%, o a un 30%,no se recupera
mas. Manteniendo pobreza y subalimentación en la mas tierna infancia se
favorece el clientelismo electoral mediante una vía perversa, ya que esos
discriminados disminuidos quedan discapacitados mentalmente para ejercer la
libertad de la lucha por la vida, como así el ejercer y luchar por los demás
derechos naturales que las leyes
constitucionales les reconocen.-
Así se burla la concepción de la soberanía
del pueblo que implica el “deber ser” de generar mandantes y mandatarios.-
El mandato del Derecho que se ha
referenciado, como se ha dicho, supone la existencia de mandantes, a los que les
da derechos y deberes. Ejercitar aquellos y cumplir éstos es todo un trabajo, toda
una atención, todo un esfuerzo. Y al hacer mandatarios, elabora para éstos
atribuciones limitadas por las normas, que tienen un contenido ético
insoslayable: las atribuciones deben ser ejercitadas dentro del canal
normativo, sin el menor exceso ni transgresión, habida cuenta que son única y
exclusivamente servidores de sus mandantes y obligados a cumplir el mandato. Esto
también es una importante tarea que requiere, ante todo la profunda comprensión
de ésa relación, y en segundo lugar, el vencerse a sí mismo cuando la temible
pasión del poder los tienta a dejarla de lado transmutando el “mandatario” en
“monarca”, y el “mandante” en “súbdito”.-
Es una importante batalla dentro del
alma.- Un tremendo desafío que tiene un rol
trascendental en el crecimiento psicológico, espiritual y ético de todos
los integrantes del grupo.-
Sin éstas crecimientos espirituales de
mandantes y mandatarios, las republicas democráticas no tienen destino, como no
sea el de ser meras caricaturas tras las cuales solo viven la hipocresía, y la
decadencia.-
Hipocresía porque quien jura respetar
y hacer respetar los valores de unión, justicia, paz, defensa común, bienestar
general y libertad para todos, o bien está jurando en falso, con lo que consuma
una estafa generalizada al resto de sus congéneres al llevar in mente desde el
vamos objetivos absolutamente distintos, o bien comete traición en sentido lato
del vocablo, cuando en el ejercicio del cargo se deja vencer por la
apetencia del poder para el propio interés.-
Y decadencia porque esa actividad
diaria signada por la estafa y por la traición, genera socios y adeptos a la
sustitución de los valores éticos por los antivalores carentes de ética y
repletos de egoísmo, con lo que los espíritus en lugar de perfeccionarse se
degradan.
Por gentileza de su autor para Mundo Norte