(San Isidro, 2 de septiembre de 2013). Cientos de fieles, en su mayoría italianos de distintas localidades de Buenos Aires y de otros países vecinos, se reunieron el domingo por la mañana en el Club del Sindicato Obrero de la Industria del Vestido y Afines (SOIVA), en Beccar, para festejar el 49º aniversario de la Virgen del Pettoruto en San Isidro. El intendente Gustavo Posse participó de esta celebración religiosa y popular.
La fiesta, que fue organizada por la Asociación Calabresa de San Sosti Virgen del Pettoruto, y comenzó pasadas las 10, también convocó a representantes de asociaciones italianas, músicos, un coro y mucho público local, del Gran Buenos Aires, Chile y Uruguay. Los asistentes esperaron cantando y bailando tarantela la llegada de la imagen de la Madonna del Pettoruto para dar comienzo a la celebración.
Escoltada por un camión de los Bomberos Voluntarios de San Isidro y móviles del programa municipal Cuidado Comunitario, la imagen de la Virgen fue recibida con aplausos y bombas de estruendo. Luego, el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, encabezó la procesión hasta el escenario del club, donde se ofició una misa solemne.
Durante la procesión y antes de llegar al altar, se realizaron casi una docena de sueltas de palomas como símbolo de alegría y devoción hacia la Santa Patrona.
“La veneración a esta Virgen representa un espacio de reencuentro de amigos y familiares. Me conmueve ver que las nuevas generaciones se suman para continuar la tradición”, expresó Posse.
Cuenta la historia que en el año 1500 en el pueblo calabrés de San Sosti, una persona que fue injustamente acusada de cometer un hecho muy grave se exilió en la montaña del Pettoruto. Un tiempo después se probó su inocencia. En agradecimiento, esculpió sobre una piedra una imagen de la Virgen. La devoción a esta Madonna nace 100 años después, cuando un pastor sordomudo la descubre y recupera la audición y el habla.
Entre los fieles, la concejal sanisidrense Juana Posse subrayó sentirse movilizada y contenta de acompañar a los italianos que “tanto hacen por San Isidro”. “Esta fiesta nos sirve como un momento de meditación y reflexión”, concluyó.